Amanece, que no es poco. Tomo
prestado provisionalmente el título de la estupenda, divertida e
hipersurrealista película de José Luis Cuerda para iniciar este artículo. Con
la que está cayendo, como se suele decir, amanecer ya no es poca cosa, sino
algo muy importante y suficiente. Se habla de que se van a recortar las
pensiones, o al menos de que se van a congelar o, en el mejor de los casos, a
subir un miserable 0,25%, que es una vergüenza. El Gobierno ha congelado el
sueldo de los ministros y de los altos cargos de la administración, pero no se
puede comparar sus sueldos con la miseria que suelen cobrar la mayoría de los
pensionistas. Por eso esa subida me parece ridícula y vegonzosa. El caso es que
las pensiones ya no subirán lo mismo que el Índice de Precios al Consumo, el
IPC, sino que irá por libre, según las
leyes que vaya sacando el Gobierno de turno mientras que en los gobiernos esté
el Partido Popular. No sé lo que ocurriría con el PSOE porque tampoco me merece
mucha confianza. No sé que ocurriría tampoco con un gobierno de Izquierda
Unida, partido que votaré en las próximas elecciones para ver si así
desaparecen los sobres de dinero negro y las subidas y bajadas discriminatorias
de las pensiones y los sueldos de los miembros del gobierno y demás.
Se habla también de que por
cuarto año consecutivo se va a congelar el sueldo de los 200.000 funcionarios
de Andalucía. Al menos el Ministro de Hacienda ha dicho que se van a mantener
las pagas extraordinarias. Pero el caso es lo que dicen los sindicatos, que al
final de estos cuatro años los funcionarios habrán perdido del 15 al 30% de
poder adquisitivo. Y la cosa sigue bajando.
Se habla también del copago
hospitalario de los enfermos crónicos o graves, lo cual me parece una medida
parafascista porque atenta completamente contra los más necesitados, contra la
clase media baja que es la que soporta el peso de la crisis en mayor medida. Y
como estas normas muchas otras que tiene previsto el gobierno sacar adelante
porque tiene su rodillo para hacer lo que le venga en gana sin tener en cuenta
las recomendaciones del resto de partidos políticos.
Se habla igualmente de la
devaluación progresiva del euro, que es cada vez mayor. En Alemania ha ganado
las últimas elecciones Angela Merkel, que es la que manda en Europa. Siempre
digo que Alemania perdió las dos Guerras Mundiales que provocó, pero ha ganado
la guerra económica. Lo que dice Merkel es lo que se hace. Por lo menos eso
ocurre claramente en España, donde el mentiroso compulsivo Mariano Rajoy hace a
pies juntillas lo que la canciller alemana dice. Carecemos de personalidad
propia y estamos atados al poder de la derecha más dura.
Pero olvidémonos por un
momento de estas digresiones políticas y económicas y pensemos en las cosas
positivas que nos ocurren diariamente a nosotros, a cada uno de nosotros.
Cuando amanece mi lunes yo sé que tengo que hacer informática en la
Ura Macarena , que hago cada vez con más
ilusión. Escribo mis artículos quincenales y mis críticas de cine también
quincenales y eso me proporciona una enorme felicidad. Cuando amanecen mis
lunes sé también que tengo la relajación en la
Ura. Mi cuerpo se prepara así para afrontar
la semana relajando todos los músculos empezando por la cabeza y terminando por
los pies. Y también los amaneceres de los lunes me traen el yoga de la Ura. Hacemos numerosas posturas
como el cocodrilo, la cobra, la pelota, el soldado, el guerrero, el gato, la
vaca, etc… Cada una tiene que ver con un órgano distinto del cuerpo humano y
todo tiene como finalidad la relajación total del organismo. Y lo consigo.
Cuando amanecen mis martes sé
que los tengo libres en la Ura. Los
dedico a hacer mis gestiones diversas de médicos, bancos, etc… Es mi tiempo
libre de la Ura y
lo aprovecho al máximo para estar tranquilo el resto de días de la semana.
Cuando amanecen mis miércoles
sé que tengo pintura en la Ura. El
mundo se llena de colores y acuarelas y todo parece como más hermoso y
profundamente bello. Y sé que tengo tertulia, donde dialogamos libremente sobre
diversos temas como el que estamos tratando últimamente, el alcoholismo, que ya
traté yo en otro artículo con el título dipsomanía, que es lo mismo que el
alcoholismo, pero que es una palabra más técnica. Y cuando amanecen mis
miércoles sé que tengo psicomotricidad en la Ura , que es como gimnasia que empieza por el
estiramiento, la siguen los ejercicios más violentos y terminamos con una
relajación muy suavita parecida al yoga, con los dedos pulgar y corazón unidos
sobre las piernas y el cuerpo en forma de pelota, una postura de yoga. Y cuando
amanecen mis jueves vuelvo a tener psicomotricidad, que me deja cansado y
relajado al mismo tiempo. Y cuando amanecen mis viernes vuelvo a tener pintura
y tertulia, con lo que se acaba la semana de la Ura , muy bien aprovechada y que me sirve de
mucho.
Hay días que amanecen más
oscuros que otros y me asaltan los pensamientos tristes y negativos. Y pienso
en lo peor, pero siempre me acuerdo de lo que me dijo una psiquiatra una vez:
que no es el final. No. Sólo una vez es el final y es cuando nos morimos, pero
cuando nos toque, cuando nos llegue el momento y ya está. Hay que luchar como
sea contra esos pensamientos negativos y dejarlos morir cuando nazcan. El punto
y final lo tiene que poner la propia existencia.
Yo me levanto todos los días
a las 6.30 sin tener necesidad ni obligación. Es que me gusta ver amanecer. Ver
cómo entra la luz progresivamente por la ventana y el sol cuando no hay nubes
como hoy, que hace un día otoñal y está lloviendo. Siento el amanecer como el
primer día de mi vida y así siento que siempre estoy naciendo, empezando a
vivir, estrenando el mundo pero con pleno conocimiento de causa. Siento que la
vida está entera para mí y que todo se ha renovado de noche para que mi
amanecer sea cada día distinto.
Y cuando amanece sé que
durante el día seguiré escribiendo mentalmente mi nuevo libro, Rosa de vida,
que saldrá en la primavera del 2014. Me sentaré en mi butacón azul y escribiré
mentalmente parte de mi libro y me sentiré feliz porque estaré creando como a
mí me gusta. Mi libro sigue adelante y ya lo veo en la estantería donde tengo
los libros que he publicado en los últimos años. Mi vida así tendrá más sentido
y me sentiré orgulloso de mí mismo. Yo creo que cada uno tendrá algo que le dé
sentido a su vida y que podrá practicar a diario para dar sentido a su
amanecer.
Cada día estrenamos la vida
nuevamente. Todo tiene un sentido distinto y cada amanecer es vestirse de una
piel distinta que renueva la energía para seguir tirando, para seguir adelante,
para continuar luchando contra la adversidad, y no sólo las políticas y
económicas, sino las adversidades del alma, de la mente y del cuerpo.
Tener salud es el mayor de los tesoros y debemos dar las gracias a Dios de tenerla, a pesar de nuestros trastornos psicológicos, pero hay que pensar que hay enfermedades peores que causan más sufrimiento tanto psíquico como físico. Y no es aquello de mal de muchos consuelo de tontos. Es sencillamente la realidad porque nosotros nos mantenemos más o menos con la medicación y la voluntad, que es muy importante, pero hay enfermos que ni siquiera tienen medicación para sus enfermedades ni consuelo científico posible. Hay que mirar siempre a quienes están peor. Hay que ser solidarios y tener caridad. Hay que tener de hecho las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Con ellas la vida se nos hace más liviana, más llevadera. Y no es un mero consuelo religioso, sino una realidad que podemos comprobar día a día en el transcurrir del tiempo.
Tener salud es el mayor de los tesoros y debemos dar las gracias a Dios de tenerla, a pesar de nuestros trastornos psicológicos, pero hay que pensar que hay enfermedades peores que causan más sufrimiento tanto psíquico como físico. Y no es aquello de mal de muchos consuelo de tontos. Es sencillamente la realidad porque nosotros nos mantenemos más o menos con la medicación y la voluntad, que es muy importante, pero hay enfermos que ni siquiera tienen medicación para sus enfermedades ni consuelo científico posible. Hay que mirar siempre a quienes están peor. Hay que ser solidarios y tener caridad. Hay que tener de hecho las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Con ellas la vida se nos hace más liviana, más llevadera. Y no es un mero consuelo religioso, sino una realidad que podemos comprobar día a día en el transcurrir del tiempo.
Cada amanecer debemos estar
fuertes para todo lo malo que nos pueda ocurrir. Debemos ser fuertes para
soportar los envites de la vida en forma de enfermedad o cualquier otra
adversidad. Debemos ser optimistas ante la vida y pensar que siempre es un
nuevo día que nos invita a estrenar la existencia como si estuviéramos en un
planeta distinto cada vez. No es meramente un consuelo, sino una filosofía de
existencia para que no perdamos las energías en proyectos innecesarios y en
sufrimientos prescindibles. Hay que saber
vivir, algo que se va consiguiendo día a día. Es lo que se suele decir cuando
se es mayor: ahora que he aprendido a vivir me voy a morir casi. Pues se trata
de aprender a vivir pronto para disfrutar de la vida lo máximo posible.
Eso es lo que os deseo: que
aprendáis a vivir la existencia y a tener en cuenta que cada día que pasa no se
vuelve a vivir. Hay que tener en cuenta la fugacidad de la vida para valorar
más aún el tiempo que pasa. Disfrutad de la vida, que a pesar de los políticos
y otras adversidades, es hermosa. Salud y suerte.
José Cuadrado Morales.
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