Como sevillano que soy tengo muchos recuerdos de la fiesta
mas grande que se celebra en Sevilla, la Feria. Recuerdo
que desde bien entrada en mi juventud los meses de abril han ido acompañados de
amigos que saben cantar sevillanas, de buenos guitarristas y de gente que esta
dispuesta a bailarse unas sevillanas con alguien que tiene un par de copitas de
manzanilla.
La feria es para olvidarse de las penas y de la crisis, por
que no, y gastarse algunos durillos en gambas y jamón o en las exquisitas
tortillas de patatas.
Ahora, os digo por experiencia que en la feria no se puede
quedar con nadie. Si vas con un grupo procura llevar a las niñas para que
bailen y al que canta porque como quedes con alguien seguro que no os veis. He
pasado muchas ferias y en ellas he conocido a mucha gente, pero quedar en el
real es imposible. Si sale de una caseta con tiempo para la cita te encuentras
con alguien o al final te tomas una copa en algún otro sitio y la hora en la
que quedaste queda atrás y la cita se hace imposible.
Yo no se cantar ni bailar, soy el mas torpe de todos los
artistas que se puedan encontrar en la feria y sin embargo disfruto como el que
más. Cuando estoy contento, que no es bebido sino alegre, me animo para bailar
aunque no sepa, acompaño a los que cantan y los que bailan tocando las palmas y
si me empujas un poquito me arranco y te canto con la voz rota como el canto de
un pingüino, es decir mejor que me quede callado. Y es lo que tiene la feria
que si no sabes cantar ni bailar y lo único que haces es acompañar a los que
saben puedes pasar desapercibido.
La feria es para vivirla, pero también es una inyección de
dinero para la ciudad. En la feria la capital del mundo es Sevilla y por una
semana el nombre de Sevilla aparece en todo el mundo. La feria nos sitúa en el
mapa. Estos días llegan a Sevilla turistas de todos lados, desde los rincones
más recónditos del globo y llegan para disfrutar de la simpatía y del arte andaluz por antonomasia, del cante y del
baile.
Ahora, te puede tocar trabajarla y entonces tiene mucha
guasa por que se echan muchas horas. Desde aquí me acuerdo de mi cuñao que
trabaja de camarero y aguantar "la guasita" de los que entran contentos es mucha
tela. Pero el arte y el salero de los que trabajan en la feria hacen que todos
nos sintamos a gusto.
Lo que más me gusta de la feria es el alumbrao. Se espera
todo un año paras que la luces de la portada se encienda y que la calles del
real se ilumines de luceros y de farolillos y se encienda el duende que
acompañara toda una semana.
Por el día los caballos y los carruajes le dan un color
diferente al que tiene la feria de noche. Por que son dos feria distintas. Una
la de día y otra la de noche. A mi particularmente me gusta mas de las noche que
la de día, por “la caló”. La primavera se llena de luz pero el calo hace que
los a medios días en la feria se sude casi igual que cuando estamos en plano
verano. Los treinta cinco grados al Lorenzo paseándose por el albero, hay que
tener ganas “pa pasarlos”. Sin embargo la noche templa mas la temperaturas y se puede pasear por el real con la brisa que
llega de la noche mágica. Porque en la feria lo de lo que mas se llena es de
magia y de duende.
Así que desde aquí te digo que si te puede s pegar un diíta
con gente guapa que te acompañe en la feria con ganas de disfrutar, de pasar
unos momentos inolvidable y de olvidarnos de la crisis, la feria es el mejor lugar, animo y ya saldrá
el sol por Antequera que esta semana es
feria.
Pedro Sánchez
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