viernes, 13 de abril de 2012

RELATO

SPACE VISION

Estaba en casa tranquilo viendo la televisión. Emitian un concurso de respuestas y preguntas en el que el concursante, si acertaba correctamente a cien preguntas podía llevarse una cantidad de dinero considerable. Para ello podía usar internet. El programa era entretenido y actual y a mí me divertía ver como se desenvolvía los aspirantes a millonarios. Decidí prepararme un café. Sonó el timbre. Abrí la puerta. No esperaba a nadie. Sonia no llegaba de trabajar hasta las nueve y eran todavía las siete y media de la tarde, por lo que fuí intrigado hacia la puerta. Era una chica joven y muy guapa. Llevaba una carpeta en la que se podía leer Space Vision y su sonrisa parecía sincera.
-¿Es usted el propietario de la casa?
- Si, soy yo, ¿Por qué?
-Vera, mi nombre es Verónica y soy comercial de una empresa de telecominicaciones. ¿Le importa que le haga unas preguntas? Serán tan solo cinco minutos
Me vi en un aprieto. La chica había sido educada y la verdad que no tenía pinta de rollo. Yo tampoco estaba muy conforme con la compañía que teníamos de Internet. Esto ya lo habíamos hablado Sonia y yo y no me molestó en absoluto la idea de que me ofertaran otros servicios por lo que accedí. La invité a pasar. No quería atenderla en la puerta, me parecía brusco si lo cierto era que de una forma u otra estaba interesado. Apague el televisor, la invité a que se sentara en el sofá y le preste toda mi atención, entonces empecé a darme cuenta de que era una chica bastante atractiva. Sonia se habría puesto celosa de verme a solas con ella y más en nuestro salón.
Ella empezó a comentar las ventaja que tenía la televisión por cable de fibra óptica. Yo apenas la escuchaba. Me fijaba en sus medias de licra y en las curvas de sus piernas que eras como serpientes que danzaba al compás del sonido de sus labios, ella insistía en el canal de ficción y yo en sus pantorrillas. Ella me ofrecía un canal de películas de acción en exclusiva para los socios de Space Vision, que emitía películas dos meses después de ser vista en la gran pantalla, y yo apreciaba sus cimbreantes caderas de ninfa del paraíso, me estaba acelerando por minutos. Cuando llegamos a los canales infantiles ella nada más que decía que era para los peques de la casa y yo me preguntaba que como un niño se dormiría entre sus pecho acurrucado por su largo cabello rubio. Tuve que centrarme porque estaba perdiendo el hilo de la conversación con mi calenturienta mente y al final se me iba a notar
Pasamos a Internet, ella me estuvo hablando de los megas de velocidad, del ruter y de las cualidades técnicas, también me hablo del precio, y fue ahí donde yo metí la pata, claro como tenía el calentón que tenía interprete mal un gesto que ella hizo y entendí que estaba dispuesta a mantener una relación. Le dije que si quería ver internet que lo tenia en mi cuarto. Entramos y cuando lo hicimos me tumbe en la cama y le dije que yo también lo estaba deseando. Entonces ella me dijo: ¡pero que haces gilipollas! Y cogió un jarrón de Sonia y me lo lanzó. Este rebotó contra la pared y se rompió, cayendo los pedazos en la cama. Cogió sus cosas y se marchó
Ahora me siento como un verdadero gilipollas. No se que decirle a Sonia sobre su jarrón y no se que decirle al alguien de Space Vision si vienen a preguntarme. Hice el capullo.



La pluma negra.

1 comentario:

  1. Todos los hombres somos iguales, nos da el calenton y babeamos por la más leve insinuación.

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