Hace veintidos años,
llegó un Mendocino a España,
a dar su mano con todo lo que sabía;
entró como asesino,
y resultó ser bueno,
con todo lo que sabía.
La inteligencia que tiene,
es su castigo,
pero es también su regocijo;
vive en la cresta de la ola,
viniendo de las montañas,
cada ves tiene más amigos.
Ahora quieren matarlo,
los que no tienen,
nada de humano;
pero España entera,
lo tiene bien conceptuado,
y seguirá viviendo,
aunque no quieran esos inhumanos.
Es la salvación del mundo actual,
y en España está de paso;
solo dios sabe cual es su destino,
y del mundo su nuevo amo;
pero a España la quiere,
y tardará en irse;
se lo dijo a dios entre sueños,
y dios le hace caso.
Francisco Manuel.
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