Ya te conozco, mujer de mis deseos,
no es la primera vez que nos miramos
y veo tus ojos llenos de pasión y temor,
no es la primera vez que paso mis ojos
sobre tu bello cuerpo,
sobre tu boca sensual,
sobre tu cuello blanco y fino como la nieve,
sobre tu ancho y rubio vientre,
en tus anchas caderas,
en tus piernas fuertes y hermosas.
Si, nos conocemos,
tal vez nos falte dar rienda suelta
a nuestra pasión
que ya viene de lejos,
desde que nos vimos la primera vez,
desde que cruzamos nuestras miradas.
¿Qué buscas en mi?
¿Qué busco en ti?
Por favor no juegues conmigo,
tal vez sientas algo mas profundo
por este pobre hombre que te suplica
un poco de placer, un poco de ternura,
un poco de belleza,
algo de comprensión.
No quiero exigirte nada,
me conformo con el día
en que tu seas tu misma
y yo sea yo mismo.
Mujer de mis noches, te deseo.
José G.
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