
Y es de forma gratuita que requiere poco esfuerzo. El enfermo mental tiene que aprender a reírse de si mismo, es una forma de empezar a superar los propios problemas.
Yo mismo tengo un libro de chistes escritos hace muchos años y que algún día publicaré. Nunca los he dado a conocer. En ellos he procurado reírme de mi mismo y hacer liviano todo lo que la vida puede hacer pesado o hiriente. Cuando lo escribía reía a carcajadas de las ocurrencias que mi mente tenia. Pongo por ejemplo: Era un hombre con suerte porque fue atropellado por una ambulancia. Creo que el chiste no hace falta explicarlo , pero basta decir que la suerte del hombre al ser atropellado por una ambulancia es que esta lo podía trasladar de inmediato a un centro hospitalario.
Se trata de aligerar las cosas complejas de la vida cotidiana y darles un toque de alegría. Y aplicar este humor a las cosas, que a lo mejor, menos pueden propiciarlo. Ahí esta el arte de los que construyen chistes: hacen de la complejidad sencillez. Yo admiro a los humoristas que se dedican a hacer agradable la vida de los demás. A corregir los errores en los que andamos metidos normalmente y que necesitamos motivos para huir de la monotonía diaria.

Es posible la risa a pesar del dolor y que nada es definitivo salvo la muerte, después de la cual solo dios sabe lo que hay. Pero en esta vida uno tiene que buscarse la risa por si mismo para hallar la felicidad en cualquier momento. Ríanse pues de si mismos y aprendan a contagiar la felicidad a los demás para que la risa sea colectiva y un ejercicio de sanación barata que estimule el deseo de acercarse progresivamente a la vida desde el dolor o la enfermedad. Esta no es definitiva y hay que luchar contra ella de todas las maneras. Y una de esas maneras fundamentales es la risa. Rían pues sin miedo y disfruten de la vida.
José Cuadrado Morales.
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