¿Quién no ha querido inmortalizar un momento especial de su vida mediante una foto? Basta con abrir el álbum de la memoria para recuperar las imágenes preferidas que quedaron plasmadas para siempre en el brillante trozo de papel.
Hay toda una galería de fotografías, partiendo por los nacimientos, los inevitables cumpleaños, los esporádicos casamientos y a veces, la enfermedad. Pero suelen ser las tomas espontáneas, de un día cualquiera en que nada especial se celebra, las más “decidoras”, porque no estamos posando para la ocasión: como cocinar, limpiar el jardín ,atender el teléfono, tender la ropa, descansar en el sofá favorito, acariciar una mascota y así un largo etcétera.
Pese a la tecnología actual perdura la magia de viejas fotos en blanco y negro de la época de los abuelos y como “Casablanca”, parecen tener más encanto con el paso de los años, porque reflejan una moda y estilo de vida que no llegamos a conocer.
La fotografía color no tendrá el tinte nostálgico de la anterior, pero tiene su propio encanto, sabe capturar las tonalidades que nuestros ojos nos brindan. ¿Quién no se deleita con los azules del cielo salpicados de nubecillas más blancas que la nieve?, ¿Quién no hizo una toma a los árboles en otoño, cuando sus hojas se tiñen desde el amarillo-caramelo hasta un profundo marrón-rojizo? , ¿Qué sería del calidoscopio de la moda (estilo Ágata Ruiz de la Prada ) si tan solo reflejáramos las tonalidades grises?
Así como el contraste blanco-negro otorga dramatismo a las imágenes (retratos, paisajes desolados, enfermedad, etc.), el color tiñe de vivacidad las fotos, porque así es la vida : de colores, a veces claros y otras oscuros.
Las fotos familiares y las de los amigos suelen disputarse el sitial de honor entre nuestras preferencias. ¿Quién no guarda una imagen de su primera comunión con un vestido largo y blanco como el de una novia?, ¿Quién no atesora el grato recuerdo de un amigo haciéndole burla a la cámara o disfrutando unas merecidas vacaciones en nuestra compañía? , ¿Qué decir de los animales de compañía, sea una gatita blanca arrebujadita en una esquina del sillón o una perrita azabache corriendo tras una pelota rota de tanto mordisquearla?, ¿Y qué hay del gracioso de la familia que amenaza con estropear el rollo de película con sus múltiples monerías?.
Así como la televisión no terminó con la radio, ni Internet con los periódicos, las nuevas tecnologías no acaban con la fotografía, que es un arte en sí, esté en manos de profesionales-como los reporteros gráficos-, o de simples aficionados como somos todos nosotros.
Rosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario