Por suerte, aunque nos encontremos en modo "pause", cuando todo esto acabe volveremos a nuestros quehaceres diarios y mientras estudian, los más jóvenes volverán a responder a la típica pregunta ¿Y tú que vas a ser de mayor?
Una persona mayor que conocí hace algunos años decía que en realidad la vida
consistía en dedicarte a lo que te gustase, y pasar tanto tiempo y empleándolo
con tanto provecho que llegásemos a ser los mejores en eso, después sólo
necesitaríamos conseguir que alguien nos diese dinero por ser de ese modo o por
emplear nuestro tiempo en dedicarnos a esa actividad en concreto.
Sé de la existencia de escritores que ahora mismo están de moda que visitaron
el psiquiatra porque sus padres estaban empeñados en que fueran ingenieros y no
perdieran el tiempo tocando la guitarra y escribiendo libros, hasta el momento
en que sus padres se dieron cuenta que se podían vivir de esa forma ganado más
dinero de lo que esperaban, y lo de ingeniero pasó a ser una anécdota.
Pero ¿cuál es la vocación correcta y no sólo una moda pasajera de dedicación y
esfuerzo personal y de por vida? ¿A qué piensas dedicarte toda tu vida en todas
sus facetas y merecer el reconocimiento de los demás hasta llegar a tener a
alguien o a muchos que estén dispuestos a financiarte de por vida para que tu
desarrolles el conjunto de actividades que más te gusten? ¿Cuál es el camino a
seguir para pasar por todas las etapas de formación y reconocimiento laboral
para conseguir que te recompensen con dinero y una vida encauzada al desarrollo
de esa actividad? O mejor aun, ¿a que estas dispuesto a privarte con tal de
dedicarte a la actividad que elijas sin más recompensa personal que el poder
seguir desarrollándola?
Lo descubrirás el día que sin ningún tipo de influencia
te decidas a desarrollar una tarea, te interese la práctica y la teoría, veas
como introducirte en el mundillo, qué plazos debieras cumplir, que realmente y
seriamente te dedicarías a ella sin más recompensa que la comida y el sitio
donde dormir, y no vieras el año en que retirarte de ella, aunque no trabajases
directamente en ella o no con la misma intensidad que cuando tenías 17 años,
lógicamente. El abanico de posibilidades es amplísimo, y hay un dicho que reza
que si consigues trabajar en lo que realmente te gusta, no irías ningún día a
trabajar.
F.M.K.
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