ENTREVISTA A D. JAIME GÓMEZ DIRECTOR DE LA UNIDAD DE GESTIÓN CLÍNICA DE SALUD MENTAL DEL HOSPITAL VIRGEN MACARENA DE SEVILLA.
En
primer lugar mostrar nuestro agradecimiento a D. Jaime Gómez por
concedernos esta entrevista y buscar un hueco en su apretada agenda.
Fue un encuentro de más de una hora donde nos sentimos muy cómodos.
Pues
yo elegí la especialidad por vocación y por cuestiones personales,
por el deseo de conocer mas a fondo todo lo que estaba relacionado
con la enfermedad mental. Es algo que me toca muy de cerca.
Tenía
un interés especial por este tema desde hace muchísimos años. En
mis inicios estuve a punto de hacer la especialidad de anestesista,
pero al final me decidí por la psiquiatría.
Llevo
20 años trabajando de psiquiatra, antes he trabajado en otras
especialidades médicas como urgencias y emergencias, he hecho un
poco de todo.
¿Qué
le parecen las etiquetas diagnósticas que nos ponen?
A
mi la palabra etiqueta no me gusta, no me gusta porque yo creo que
trato con personas y detrás de cada persona hay toda una historia de
vida. Es cierto que algunos diagnósticos nos ayudan a ver que
abordaje farmacológico o que plan terapéutico es el más indicado.
Es cierto que tenemos que trabajar con diagnósticos porque somos una
rama de la medicina. Creo que los diagnósticos son necesarios porque
nos permiten tratar cada caso en función de la evidencia disponible.
¿Qué
opina de los efectos secundarios de la medicación?
Yo
creo que desafortunadamente todo fármaco que tomemos tiene un efecto
secundario, por eso tenemos que estar continuamente actualizándonos
para ofrecer a los pacientes la máxima seguridad y la máxima
eficacia con el menor perfil de efectos adversos.
Lo
ideal sería tener fármacos que cumplieran con el cometido sin que
tuvieran efectos adversos, esto a día de hoy no es posible, pero
dentro del arsenal terapéutico que tenemos también tenemos fármacos
que son más tolerables e interfieren menos en la vida diaria de los
pacientes.
Nuestra
tarea es ofrecer al paciente la mejor opción terapéutica, yo desde
hace muchos años le digo al paciente las distintas opciones y los
efectos adversos cada una de ellas y le planteo cuál piensa que le
puede venir mejor. Esto ya se hace en cualquier especialidad y se
llama la toma de decisiones compartida. Nosotros trabajamos
para los usuarios y debemos hacerlos partícipes de sus cambios de
tratamiento, por ejemplo yo puedo informar al paciente para cambiar a
la medicación inyectable, le informo de que puede existir la
posibilidad de que aparezca una pancreatítis, pero asumir este
riesgo le supone dejar de tomar 63 pastillas a la semana, es ahí
donde el paciente toma el protagonismo y decide. Las pastillas se las
toma el paciente y por eso este debe tener toda la información para
poder elegir bien.
Siempre
he intentado buscar el fármaco con el perfil mínimo de efectos
adversos.
¿Ha
probado usted algún psicofármaco de los que nos prescriben?
Pues
si, he probado algunos psicofármacos, esto no se si va a salir, pero
yo les decía a los residentes hace muchos años, con algunos
fármacos que ya no se usan, “A lo mejor le vais a tener que dar
una chupadita para saber lo regular que uno se puede poner”. Es
decir, antes había fármacos, cada vez menos, que tenían un perfil
de efectos adversos muy malos.
Hay
algunas situaciones en las que un paciente puede estar muy inquieto y
puede tener incluso dificultades para contenerse, entonces...¿qué
sería lo mas adecuado?, pues prescribir algún fármaco que pudiera
controlar esa agitación, que se quedara tranquilo pero que no me
sedara, que no me convirtiera en un zombi.
Antes
hace mas de 20 años solo había fármacos que quitaban esta
agitación pero tenían muy mal perfil de efectos adversos, los
pacientes se comportaban muy raros, confusos, por eso yo les decía a
mis residentes que tendrían que tomar esa pastilla para saber
realmente lo que les estaban dando o como se puede llegar a sentir
esa persona.
¿Porque
en algunas ocasiones cuando vamos a urgencias por un tema somático,
nos derivan a psiquiatría?
Esta
cuestión a mi me parece lamentable, en los dos últimos años hemos
hecho un acuerdo con urgencias para hacerles ver que un paciente con
un trastorno mental es exactamente igual que con otros padecimientos.
Un
paciente con una insuficiencia renal crónica o una cardiopatía que
va a urgencias es atendido por el médico de urgencias y no lo
ingresan directamente en cardiología sino que le preguntan
previamente que le sucede.
El
equiparar que todo lo que le ocurre al paciente tiene que ver con su
trastorno psiquiátrico de base es un error. Estamos intentando, por
acuerdo con urgencias que esto ocurra lo menos posible, pero
desgraciadamente aun ocurre y tiene que ver todavía, en el siglo
XXI, con el estigma que hay en muchos médicos. El estigma nace del
desconocimiento, el desconocimiento genera inseguridad, la
inseguridad desconfianza y la desconfianza hostilidad.
Estamos
trabajando en que esto ocurra lo menos posible.
¿Nos
puede hablar del modelo de recuperación?
Hace
muchos años a mi alguien me preguntó, “¿Oiga, usted que piensa
de la psiquiatría comunitaria?” , yo pienso que no hay otra forma
de entender la psiquiatría que no se desde el modelo comunitario,
no concibo un modelo diferente al modelo de recuperación.
Los
modelos hospitalocéntricos que había hace años en los que todo se
centraba en el hospital y luego al paciente no se le abordaba en su
entorno comunitario son ineficaces.
En
el modelo de recuperación, desde el minuto 1, todos los
profesionales de salud mental deben trabajar para que el paciente
tome las riendas de su propia vida, que decida qué es lo que quiere
hacer con su vida.
Yo
creo que básicamente es trabajar por el paciente y con el paciente,
desde el principio, acompañándolo en la toma de decisiones, cuando
las cosas vayan bien o vayan mal, cuando tengan que convivir con sus
síntomas o cuando tengan que decidir cuestiones importantes y
cruciales para su vida.
Debemos
de trabajar para conseguir que el paciente salga de la crisis de la
mejor forma posible, intentando de manera conjunta dar forma a todo
lo que tenga que ver con su tratamiento.
No
hablo del control de síntomas sino de la funcionalidad, desde el
punto de vista de que los usuarios son personas que en un momento de
su vida padecen un trastorno mental.
¿Qué
puede decirnos sobre la integración laboral de las personas con
trastorno mental?
Yo
creo que es una de las asignaturas pendientes, la tasa de paro en
España está en torno al 14% y en Andalucía ronda el 22%, pero si
hablamos de personas con trastorno mental se convierte en algo
inasumible, la tasa de paro sube al 80%.
Es
un reto, yo creo que la sociedad de alguna manera tiene que
adaptarse, y el empleo protegido puede ser una opción transitoria,
también la adaptación del puesto de trabajo a las necesidades de la
personas en ese momento buscando tanto la flexibilidad en los
horarios como en los objetivos es una buena opción.
Yo
creo que lo mas normal es que a igual trabajo las personas cobren
exactamente igual, independientemente de su discapacidad o de si se
trata de empleo protegido o normalizado.
¿Están
apareciendo nuevas enfermedades mentales? ¿Cuales? ¿Causas?
Es
cierto que hay lo que se llaman las patologías emergentes, no son
tanto patologías nuevas sino que en ellas están
cambiando los patrones de prevalencia (proporción
de individuos de un grupo o una población que presentan una
característica o evento determinado).
Hay
algunos cuadros, sobre todo trastornos de la personalidad, que se dan
con una mayor prevalencia, y esto tiene mucho que ver con los cambios
en la sociedad, obviamente la sociedad actual no tiene nada que ver
con la de hace 30 años.
Últimamente
hay mucho interés por un fenómeno que está ocurriendo en Japón
donde hay personas que deciden que van a permanecer en su cuarto,
algunos ya son famosos, es una tendencia progresiva hacia un mayor
aislamiento en los seres humanos. Este
aislamiento social también se ve en edades tempranas, antes
jugábamos al escondite o al pillar con otros niños, y ahora ves a
los chiquillos encerrados
en si mismos mirando las pantallas. No se que es lo que va a ocurrir,
pero es cierto que las patologías emergentes tienen que ver con las
transformaciones que estamos viendo en la sociedad.
Tener
una enfermedad mental y crear una familia ¿Es incompatible?
Sí
es compatible, yo aquí diría dos cosas en primer lugar que me niego
a hablar de enfermos, me gusta hablar de personas que en un momento
dado, de forma transitoria, tienen un trastorno mental no de enfermos
mentales. Cuando se habla de la enfermedad somática no se generaliza
por que hay enfermedades del corazón, artritis… y 28.000
enfermedades más, a a nadie se le dice que es un enfermo somático,
igual ocurre con la enfermedad mental, como va a ser igual un cuadro
de ansiedad reactiva que una esquizofrenia o un trastorno de la
personalidad.
Pienso
que formar una familia tiene sus dificultades, cuando uno tiene un
trastorno mental depende del trastorno, depende del apoyo y de
muchísimas cosas más. Esa persona va a tener una dificultad
añadida, pero eso no implica que una persona que en un momento dado
tenga un diagnóstico de enfermedad mental no pueda formar una
familia. Yo he visto parejas y familias
La
verdad es que cuando ocurre un suicidio es algo traumático. Lo que
queda es decirse a uno mismo que cosa es la que podría haber hecho
yo para que no hubiera ocurrido esta trágica situación en la que
alguien decide que no puede seguir o que el peso de la vida es tal
que no es soportable.
Estas
situaciones te afectan, y mucho, te hacen reflexionar sobre tu
practica clínica diaria y sobre el hecho mismo de ser psiquiatra.
Yo
con el suicidio tengo una cuestión particular y tiene que ver con
porqué decidí hacerme psiquiatra, cuando tenía 9 años alguien
decidió acabar con su vida, se arrojo de un piso, yo iba con mi
bicicleta y esta persona calló a apenas un metro de mi, por poco me
cuesta a mi también la vida. A raíz de esto empecé a pensar sobre
qué es lo que lleva a una persona a querer terminar con su vida. Es
algo muy muy complejo y desde luego, el día que no me afecte seguro
que lo dejo, toco madera, pero en 20 años no ha llegado a ocurrir
con nadie que yo haya tratado, pero si me ocurriera, obviamente, me
afectaría muchísimo.
¿Como
ha influido la crisis económica y de valores y el cambio de gobierno
en los recursos, presupuestos, personal, métodos de trabajo….?
La
Crisis económica ha tenido un impacto bastante negativo, hay
estudios que demuestran que en el período 2010 – 2012, los
servicios de salud mental empezamos a asumir un mayor número de
peticiones de ayuda por situaciones vitales que realmente eran muy
complejas. En muchas de ellas, la solución más que clínica era de
tipo social. Son familias en las que de repente, de la noche a la
mañana todos sus miembros están en paro, en las que de tener una
vida normalizada han pasado a tener una gran dificultad para llegar a
final de mes. ¿Eso afecta a la salud mental? Pues claro que si, como
no va a afectar.
En
cuanto a los cambios de gobierno, aquí en Andalucía, quizás porque
llevan poco tiempo, aun no se aprecian cambios. Yo no tengo afinidad
por ningún partido político. Una sociedad se mide por el estado de
bienestar, por como trata a las personas que en un momento son mas
desfavorecidas que el resto y como actuá para evitar que esa
situación se perpetúe. A mi lo que me importa es que no le pongan
trabas a las personas.
Yo
creo que lo que se necesita es algo mas de recursos y personal, es un
problema que se acumula, nos tenemos que ajustar a lo que existe y a
lo que nos dan y con esto tenemos que intentar hacer las actuaciones
lo mejor posible y de la manera mas eficiente que podamos.
¿Nos
podría contar algunas anécdotas divertidas que usted haya vivido a
lo largo de sus años como psiquiatra?
Hay
muchas, esta tiene que ver con una de las preguntas que me habéis
hecho, una vez, era yo residente de primer año y en consulta me
llega alguien y empiezo a preguntarle, que ¿qué tal?, ¿como se
encuentra?.. su discurso era muy coherente, totalmente centrado.
Empezamos a hablar sobre su vida y que le había traído hasta allí,
cómo estaba de ánimo, etc, y cuando llevamos más de 15 minutos (en
aquella época las historias se escribían a mano y lo único que
ponía en la suya era que era suicida), y me digo yo - “que suicida
tan raro”, total que acabé preguntándole ¿a usted qué le pasa?
Y dice, - “yo no lo se, acabo de llegar a urgencias porque tengo,
como le digo, un problema dental grave, me ha salido un flemón
horroroso y entonce he dicho que tengo un dolor tan grande que me voy
a tirar por la ventana”.
Parecer
ser que el médico, sin haberle hecho ninguna pregunta, puso en su
historia “suicida” y lo pasó a psiquiatría, equívocos de estos
“a patadas”.
¿Quiere
opinar algo o valorar alguna cuestión que se nos pueda haber
escapado?
Hemos
tratado muchos temas, pero creo que aquí lo importante es conseguir
que no basta con que los profesionales de la salud mental pensemos
que es posible modificar la vida de los usuarios, son los propios
pacientes los que deben cambiar las cosas, creérselo y hacerse
responsables, deben buscar ser felices con su realidad, con su vida.
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