La semana pasada publicaba mi artículo de todos los lunes que
hablaba sobre la dificultad para el diálogo propia de los españoles
y más concretamente de los partidos políticos, como había quedado
claramente de manifiesto en la anterior legislatura. Parece que
nuestros señores políticos han leído mi artículo y otros miles de
artículos más que hablaban sobre la necesidad de un gobierno de
coalición para salir de la crisis de gobernabilidad que padecía
España. Es decir: han tomado una píldora de sensatez, han entendido
que no hay mejor camino que el del diálogo para llegar a un acuerdo
y hacer posible un gobierno que nos permita salir de la crisis y
afrontar los muchos retos que hay pendientes por culpa de tantos
meses de gobierno en funciones.
La misma noche de las Elecciones hablaron los líderes de PSOE y
Unidad Podemos para llegar a ese imprescindible gobierno de coalición
porque dado el previsible resultado de las Elecciones sería
inevitable salvo que se quisiera llegar a otras Elecciones, lo cual
ya rozaría el terreno del absurdo. Elección tras elección sería
Penélope destejiendo permanentemente el tapiz para nunca llegar a
ningún puerto perfecto. Por fin empezaban a hablar para entenderse,
que se supone que es lo principal de un auténtico diálogo.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias empezaban a poner los pilares de un
gobierno de coalición, no ya de cooperación como había estado
vendiendo Pedro Sánchez en la anterior legislatura y que era
inaceptable para Pablo Iglesias. Hablábamos en el artículo de la
semana pasada de las cuotas de poder. Iglesias quería una
vicepresidencia y algunos ministerios. Esto que parecía tan
imposible antes ahora parece algo perfectamente factible. No hacían
falta otras Elecciones, pero ya no tiene remedio. Se podría estar
trabajando sobradamente desde hace mucho tiempo sobre los grandes
problemas que afectan al país como el tema de las pensiones, el de
la reforma laboral y otros muchos. Bienvenido sea el acuerdo aunque
sea más tarde. Todo es bienvenido si es por el bien del país, de
España, palabra que no debe asustarnos pronunciar. No es una
propiedad privada de VOX. España siempre en boca de todos los
españoles y en el propósito de todos nuestros políticos. Debemos
todo juntos mirar por el bien de la tierra grande en que vivimos.
Pero el acuerdo alcanzado por Iglesias y Sánchez no es tan fácil.
Entre ellos las cosas parecen claras: tres vicepresidencias, una para
Carmen Calvo, ya vicepresidente actual, y una de las dos que quedan
para Iglesias, lo cual satisfaría sus ansias de poder, pero es la
conveniencia de todo un país, no la satisfacción personal y unívoca
de un político que en principio parecía que sólo quería medrar.
Ahora tiene la oportunidad de aplicar sus ideas poniéndolas de
acuerdo con las ideas de Sánchez. Entre ambos hay muchos puntos en
común y también muchas diferencias, pero han entendido que en ellos
está nuestro país, además de en todos sus ciudadanos.
Hay que conseguir los acuerdos suficientes para gobernar y para ello
necesitan el apoyo de más diputados. Y ese apoyo tiene que venir de
parte de los nacionalistas vascos y catalanes, malos compañeros de
viaje, especialmente de los últimos. No hay más remedio que
conversar. Rufián, de ERC, pide amnistía e independencia. Por pedir
que no quede. Sánchez ofrece diálogo dentro de la Constitución
como no podía ser de otra manera. Queda mucho tiempo para la sesión
de investidura, así que queda mucho tiempo para dialogar. A ERC
también le interesa que mande un gobierno de izquierdas que siempre
es más flexible en principio que un gobierno de derechas, que está
radicalmente enfrentado con la independencia y la cesión de más
competencias.
No se puede conceder la amnistía así como así, pero al final
parece que va a ser imprescindible. La independencia ya es otro tema
más peliagudo que requiere más diálogo y más capacidad para ceder
y para llegar a una mutua comprensión para que todos salgan
beneficiados. Esto no es una utopía. El diálogo hace milagros como
se ha demostrado ahora con Sánchez e Iglesias. El diálogo no es un
imposible para los españoles.
Hemos tenido momentos difíciles en nuestra Historia reciente como la
transición política donde el diálogo fue posible entre partidos de
diversas ideologías. Ahí jugó un papel muy importante la UCD de
Adolfo Suárez, hombre que procedía del régimen anterior pero que
apostó claramente por nuestra Monarquía constitucional.
Ahora es el momento de que Sánchez e Iglesias apliquen la sensatez
que se aplicó entonces para llegar a un gobierno que es
imprescindible para España. Si todos los partidos hablan del bien de
ésta deben de colaborar para que el apoyo sea el mayoritario
posible. Viva la sensatez por fin, que parecía haber abandonado
definitivamente a nuestros políticos. Por fin han demostrado y
tienen que seguir demostrando su amor al país mucho más por encima
del amor a sus partidos y a sí mismos.
Entramos en una época de ilusiones renovadas. Hay que ser positivos
y mirar hacia adelante con el optimismo necesario para que España
funcione y crezca como se merece, y no sea el hazmerreír en que se
estaba convirtiendo por tantas Elecciones por la imposibilidad de
llegar a un acuerdo de investidura.
Ahora todo tiene que ser diferente y dejar sitio a la sensatez para
que podamos salir adelante.
Bienvenida sea esta nueva época.
Salud y suerte.
José Cuadrado
Morales
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