De todos es conocida la
organización que lleva los asuntos de la alimentación de la ONU en
el mundo: la FAO. Frecuentemente da informes sobre los países donde
se pasa más hambre y de todos son conocidos los países donde se
pasa peor en este sentido. Y estamos “cansados” de ver imágenes
con niños con las barrigas hinchadas , rodeados de moscas, tomando
el sustento mínimo que se puede tomar para la supervivencia incluido
en un sobrecito no muy grande pero que contiene todo lo básico.
Pero el hambre no es privativa
de los llamados países subdesarrollados o en vías de desarrollo. El
hambre existe en los países capitalistas porque tiene que haber
pobres para que haya ricos, tiene que haber miseria para que haya
riqueza. Ésta está muy mal distribuida y es la clave para que
existan los desniveles tan grandes que existen en la sociedad, en las
sociedades mejor dicho.
Si vamos a los Estados Unidos
por ejemplo vemos la cantidad de personas sin techo que viven en la
calle y que tiran de un carrito de la compra donde llevan todas sus
pertenencias. Viven por así decirlo de vender latas de refrescos y
otras estrategias comerciales humildes. Van a comer a comedores
sociales igual que en España porque en todos sitios existen personas
de buena voluntad que dedican un poco de su tiempo a los demás a
cambio de absolutamente nada, salvo la satisfacción de procurar el
bien ajeno, cosa que es muy importante.
Y no hay que irse tan lejos. Y
hablábamos en el último artículo de los comedores benéficos, a
los que acuden personas a cientos cada día. Y esos comedores existen
también en España. Y existen también en nuestra ciudad.
Se supone que nuestro país
está entre los más desarrollados del mundo, pero hay gente que pasa
hambre. Hambre con mayúscula, que afecta a miles de personas, a
millones de personas. Si no fuera por los comedores benéficos no
comerían nunca o comerían de la basura. Yo he visto personalmente a
personas que comen de los contenedores de basura, muchas veces de los
contenedores que están situados junto a los restaurantes, donde
están las sobras de cada día. No piden limosna. Comen de la basura.
Tienen hambre. Existe el hambre, que no puede negar nadie.
Ahora que empezarán las
campañas preelectorales y electorales los políticos hablarán de
muchas cosas que no le interesan a la mayoría de las personas, de
términos de macroeconomía, de temas para distraer la atención real
de la gente sobre lo verdaderamente importante. Ningún político
visitará los comedores sociales. Ningún político irá a un comedor
social a dar un mitín. Ninguno prometerá la erradicación de los
comedores sociales porque ninguno será ya suficiente porque todo el
mundo tendrá un salario suficiente para vivir o sobrevivir al menos.
Es una fantasía.
Me asquean los políticos y su
profunda hipocresía. Niegan la existencia del hambre y de todas sus
consecuencias. Pero en Sevilla existen al menos cuatro comedores
sociales. Y existen porque hay personas que pasan hambre, no se la
inventan. Van, por ejemplo, a la Iglesia de San Marcos a pedir un
bocadillo que contiene cuatro rodajas de mortadela. Para ellos es un
festín. Tienen algo que llevarse a la boca y al alma. Porque el
hambre humilla a la persona en todos los sentidos, la convierten en
persona dependiente de las peores taras económicas de una sociedad
descompensada, una sociedad que ha crecido creando la miseria y la
marginación para justificar las grandes fortunas. Porque es
fundamental el hambre para la existencia de los grandes capitales.
No exagero. Invito a la gente
a visitar la ciudad de noche. Hay muchas personas que viven en la
calle. Otras tienen más “suerte” y viven en albergues, donde
muchas veces les roban lo poco que tienen. He tenido la suerte de
hablar con estas personas y cada una me ha contado su historia y
sobre todo me han hablado de que pasan hambre y procuran buscarse el
sustento de las más variadas formas. No sólo van a comedores
sociales. Van a iglesias, van a casas de personas generosas que
tienen mucho y dan un poquito de ese mucho que tienen. Hay personas
individuales que cogen de lo mucho que tienen para ayudar a los
demás. Son personas anónimas que no dudan en ayudar a los demás,
en parte para conseguir un poco de cielo.
Es triste que hablemos de
hambre en España. Es más triste todavía que hablemos de hambre en
Sevilla, nuestra ciudad. Hay que erradicar el hambre y debemos evitar
que lleguen las elecciones para que los políticos nos cuenten
fantasías que nunca van a poder cumplir.
El hambre es una realidad
aplastante que sólo se remedia con comida, no con falsas promesas,
con palabras. Las palabras no llenan el estómago. Lo llenan los
alimentos que se acumulan y se tiran en los países desarrollados.
Son los excedentes. Con estos excedentes se podría hacer frente al
hambre en todo el mundo. El Sistema Capitalista fabrica el hambre
porque prefiere destruir los excedentes de alimentación que sobran
cada día más. Una auténtica verdad y una auténtica tragedia. Y es
algo que no entiendo. Que mi persona no puede aceptar porque se
entiende que los políticos están para procurar el bien de los
demás, de los ciudadanos que ingenuamente los votan creyendo sus
palabras a pies juntillas cuando se quedan después en agua de
borrajas.
Hay que invertir el Sistema
Capitalista y crear un verdadero Sistema Comunista que cumpla de
verdad las premisas de este Sistema que nunca se ha llevado a la
práctica verdaderamente.
Es necesario acabar con el
hambre en el mundo para que se pueda hablar de justicia social, de
redención social, de un beneficio humano que afecte a toda la
población del mundo.
Mientras esto no ocurra todos
los regímenes políticos, sean cuales sean, estarán en entredicho
porque serán una mentira, una más de las muchas que los políticos
venden en precampaña y en campaña. Deberían hablar claro y contar
la verdad , y decir lo que se puede hacer y lo que no, de una vez por
todas. Ojalá sea así. Salud y suerte.
José
Cuadrado Morales
Su artículo es muy interesante, sin embargo discrepo de que "es fundamental el hambre para la existencia de grandes capitales". O no le encuentro el sentido. Creo que el hambre existe porque hay personas que sin pertenecer a ningún poder político tratan con tiranía a los otros. Ejemplo: una persona que trabaja 12 horas en una peluquería con un salario insuficiente porque le pagan igual que si trabajara 8 horas, le quita tiempo para compartir con su familia, para asistir a la vida social... sin embargo, come. Pero un día se pone enferma y la tratan mal para que deje el trabajo voluntariamente. Creo que tiene que haber más justicia porque la exclusión social tiene muchas caras.
ResponderEliminarQuerido amigo Imaría: la exclusión social tiene muchas caras efectivamente y una de ellas es el hambre. Y el hambre existe porque los recursos están muy mal repartidos y unos comen opíparamente y otros no tienen que comer y pasan hambre. Tienen que ir a comedores sociales o benéficos, o a conventos por un simple bocadillo y algo de fruta , y algo por el estilo. Para que exista el hambre otros tienen que enriquecerse a costa de esa hambre. Ahí se crean los grandes capitales: en la acumulación de dinero en las manos de unos cuantos, de lo oligopolios. El poder político lo permite por muchas políticas sociales que intente hacer. Sigue habiendo colas de hambrientos y sigue habiendo multimillonarios a quienes les sobra absolutamente de todo. La riqueza está muy mal repartida y creo que el problema no tiene una solución a corto plazo. Si es que algún día la tendrá. Cariñosamente José Cuadrado.
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