jueves, 26 de abril de 2018

NOS PICABAN LAS CHINCHES

Octava entrega de Benjamín e Isaias


En la reunión de nuestras familias, se pusieron de acuerdo para que no nos gastáramos el dinero. Fuimos a ver la psiquiatra Dra. Bárbara, y le contamos lo que nos pasaba y es que le explicamos que teníamos una deuda de mas de 350 euros de haber pagado el alquiler y los recibos de la luz, de la vivienda anterior, a donde nos picaban las chinches y que teníamos un brote de nuestra enfermedad Entonces ella nos dijo que no nos veía tan mal como para retirarnos el dinero que habíamos echo bien en venirnos, que en aquellas condiciones no podíamos vivir. Nos subió la dosis de tranquilizantes ya que nos dijo que nosotros sabíamos bastante de nuestra enfermedad y que nos quedáramos en Faisem de a donde no teníamos que habernos ido nunca. Ya que habíamos probado varias veces porque a nosotros no nos gustaba vivir con muchas gentes y como yo me llevaba muy bien con Ben entonces hacíamos lo que se nos ocurría a los dos . Nos mandaron al mismo piso de Sevilla ya que no teníamos otra posibilidad, nos fuimos, porque no nos fiábamos de uno que estaba allí que lo veíamos como un peligro. Él  dormía de día y de noche se despertaba para visitar las habitaciones ya que el hombre estaba aburrido y descansado pero con el tiempo nos dimos cuenta que estaba muy mal pues hablaba solo se golpeaba el pecho y parecía Tarzan de los monos haciendo gruñido como un animal. A pesar de esto no es tan mala persona. Íbamos fuera a comer ya que a Ben le dijeron que no cocinara en el piso, nos mandaron a comer a un bar llamado SEVILLA el dueño era don J. Luís y su familia, comíamos muy bien pero mejor se come con la esposa de don Luis que hace unos guisos de rechupete.
La paella esta muy buena , la carne en salsa estupenda los garbanzos, los chíncharos , las lentejas, el pescadito frito, y el gazpacho muy rico. Don Luis es una persona que le gusta el cante y la guitarra así como las saetas por semana santa, y el cante rociero y se da mucho a querer por los enfermos mentales que van por allí de buenas a primeras don Luis coge la guitarra y se pone a cantar sevillanas, rumbas flamenco y nos alegra un ratito yo le acompaño, en el cante formando un dúo preparado para la feria. Don Luis tiene mucho arte igual que mi amigo Ben pitando cuadros abstractos, pues le sirve de terapia, ya que no piensa en nada mas se concentra en lo suyo, yo  come concentro en el cante flamenco.. 

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