Hay
veces que solo nos damos cuenta de que el valor de un sentimiento se mide más
por los recuerdos que por simples
detalles. Los recuerdos son mucho más importantes de lo que realmente
imaginamos:
Una
canción, un lugar puntual que nunca olvidarás, un complemento para vestir, una
parada de autobús, o cualquier local o centro comercial; Cualquiera cosa vale
para que te detengas solo un instante, medites, sopeses, y te des cuenta de que
realmente merece la pena.
Aunque
también es cierto que el mejor maestro es el tiempo, es el que realmente sitúa
a cada persona en su lugar idóneo. El tiempo es mejor que el destino, a base de
tiempo recapacitas, piensas con detenimiento sin que nada ni nadie te atosigue.
Con
el tiempo comienzas a conocer lo que sientes por una persona, por un grupo, o por una cuidad, todo se va
amueblando en tu mente ordenadamente y siempre con razonamiento, objetividad y
madurez.
Pero
a veces te derrumbas, a veces no puedes más, y es que somos humanos, somos
personas, y no todo el mundo no es fuerte, ya te intenten animar, te intenten motivar, el
valor de un sentimiento será siempre el mas fuerte.
Jaime.
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