miércoles, 29 de marzo de 2017

SIN MIEDO A LAS RESPONSABILIDADES

Una de las cosas que no se debe tener cuando se esta realizando cualquier actividad es miedo a las responsabilidades.
Mientras estaba trabajando en la enseñanza hubo momentos en que le temía a todo, a los administrativos, a los inspectores, a los directivos, a los compañeros y a veces aunque muy pocos también a los alumnos (a ellos a los que menos). Eso es normal me parece. Pero sobre todo le tenía miedo a no hacerlo bien, a no estar preparado. Eso conllevaba poder perder el trabajo. Y con estos miedos estuve tres años. Al final de estos tres años llego el primer ingreso. En gran medida la enseñanza para mi era algo vocacional.
 Recuerdo que de adolescente solía estudiar en una pizarra que era como la mitad de una oficial de aula de instituto que me habían comprado mis padres. La vocación hace que no veamos otra salida laboral más que la relacionada ella.
 Y para tener una buena salud mental pienso que lo mejor es estar dispuesto a trabajar en cualquier cosa que puedas realizar, incluso cuando lo que vas a dejar sea para lo que mejor estés preparado (si es que esto es así). Yo siempre pensé que otras alternativas a la enseñanza, como investigar u otra cosa como las aplicaciones medicas de mi carrera (la  radio física por ejemplo) eran buenas. Pero no me encontraba preparado para ello. 
Investigar no pude y en radio física fue en lo primero que intente una oposición, aunque la suspendí. Ahí por otra parte era muy difícil encontrar plaza. Fue un solo intento y lo dejé. Me abrumaba el equivocarme con un aparato radiactivo. Finalmente me encontré con que mi vocación era la mejor alternativa. Y ahí me centré. Y por ahí llegó, después de una buena dosis de paciencia, mi destino laboral. Pude acceder a la bolsa de trabajo de la consejería de educación después de aprobar algún examen de oposición. Pero a los tres años de hacer  sustituciones y de estar dedicado en cuerpo y alma a ella llego el primer ingreso como cuento. Lo pasé muy mal al ingresar. Al terminar el curso pase al Paro.
 Estuve dos meses en él. Me ví en la cola y pensé que tendría que conformarme, que cualquier alternativa laboral sería buena, cualquier trabajo que pudiera realizar sería bueno. ¿Y que ocurrió?. Que pasados esos dos meses me volvieron a llamar de la Delegación, me mandaron fuera de Sevilla, pasé de sustituto a interino y ese año fue uno de los mejores   años en que he dado clase de los doce que estuve haciéndolo, intentándolo todos los años con todas mis energías. Hay que perder el miedo a las responsabilidades es lo que he aprendido si se quiere que las cosas funcionen precisamente como tu deseas que funcionen.




«…Educar es la tarea social emancipatoria más avanzada… La educación tendrá una función determinante en la creación de la sensibilidad social necesaria para reorientar a la humanidad… No deberíamos permanecer en el mero discurso de la resistencia crítica, sino que se trata de ocupar de forma creativa, los accesos al conocimiento disponible y gestionar, de modo positivo propuestas de dirección de los procesos cognitivos, de los individuos y de las organizaciones colectivas, para conseguir metas vitalizadoras del tejido social…»
(Hugo Assman).

Jesús.

2 comentarios:

  1. Qué bueno que no dejes que el miedo te paralice. Un abrazo

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  2. Hola, te cuento que yo estoy en ese proceso, me aterra todo, incluso los estudiantes, no sé como tratarlos; he pensado en buscar otras alternativas de empleo aunque que en el fondo la oferta laboral que mas aparecerá en mi camino es la docencia

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