miércoles, 29 de junio de 2016

¿CÓMO PERCIBIMOS LA REALIDAD?

Manipulación de la realidad.- ¿En qué se distingue generalmente una democracia de un sistema totalitario, como el Nazismo o el comunismo?  Éstos últimos son sostenidos por la Fuerza y la represión, porque carecen de legitimidad, ya que una parte de la sociedad impone su sistema de valores político-económicos a la gran mayoría. La Democracia, sin embargo, sí tiene legitimidad legal y moral, es como si se tratase de una cuestión de procedimiento, en donde cada acto político, económico o social tienen que ser legales y perseguir el Bien social o común, partiendo de la base 1 persona = 1 voto.
Subjetividad de lo percibido.- ¿Es objetiva la percepción de lo real? ¿Qué es la realidad, lo real..?. Digamos que lo real es lo que perciben nuestros sentidos: Vista, oído, tacto…que llega al cerebro, y éste, mediante su andamiaje cultural o cognitivo, procesa lo percibido por cada individuo y es único, personal, de ahí que se diga que la “objetividad no exista”.
El Hombre, animal gregario.- Si no existe la objetividad, y cada individuo percibe la realidad de forma distinta… ¿Por qué tiende a hacer lo que hace el grupo? ¿Por qué el hombre, desde sus primeros estratos evolutivos, ha ido uniéndose con aquellos que le son más semejantes, hacen grupo, y así, están más protegidos de la Naturaleza o de las circunstancias. Por ello, el gregarismo  es un  sistema de protección colectiva, de autodefensa.
Determinismo social o Progreso anárquico, espontáneo. -De la contradicción entre el atávico gregarismo del hombre y su subjetividad innata, surgen elementos que remueven las ideas tenidas hasta entonces por naturales y necesarias. Son los genios, los artistas, científicos o líderes sociales, que hacen que las sociedades cambien, evoluciones. Pero dicho esto, el talento espontáneo necesita un caldo de cultivo, una esponja social, que asuma como suyas el nuevo estado de las cosas.
De ahí la discusión sobre si es el grupo social  quien pone las condiciones necesarias e imprescindibles para que surjan “elementos revolucionarios”, o son éstos, cual punta de lanza, los que abren brecha con sus ideas y comportamientos para que la sociedad se transforme.   


Diego de la Algaba.

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