Dice Cervantes, en boca del
Quijote: “Sábelo, Sancho, que un hombre no es más que otro, si no hace más que
otro.” Así es, la vida de Cervantes es una continua aventura, que le ha ido dejando un poso de amargura,
pesimismo y escepticismo; no entiende la escasa atención que la administración
le presta, sobre todo cuando está en cautiverio en Argel. Ya una vez publicado
la 1ª parte del Quijote (1605), un político es preguntado por una delegación
francesa, por la edad, profesión, calidad y cantidad de Cervantes: a lo que
responde el político: VIEJO, SOLDADO, HIDALGO, y POBRE. Un miembro de la
delegación francesa preguntó " ¿Pues a tal hombre no le tiene España muy rico y sustentado por el erario público?", a lo que el político le respondió; " Si la necesidad le ha de obligar a escribir, plega a Dios que nunca tenga abundancia, para que que con sus obras, siendo él pobre, haga rico a todo el mundo".
Una frase del Quijote (Cervantes),
parece resumir la obra y la vida del Autor: “Por la libertad, así como por la
honra, se puede y debe aventurar la vida”, conceptos que aplicó tanto a su vida
como al comportamiento de su personaje de ficción. Formalmente, El Quijote es
un libro de los de la “Caballería andante” (Amadís de Gaula), cuyo caballero,
acompañado de su escudero, Sancho Panza, recorre los caminos para deshacer
entuertos, reparar injusticias o proteger a los más débiles de los poderosos.
Pero ¿Qué diferencia al Quijote
del resto de Libros de Caballería? Primero, su sentido del humor, que se
desprende en buena parte del comportamiento de los dos personajes: donde Uno ve
gigantes, Sancho ve molinos de viento o cuando está velando armas toda una
noche, para ser investido caballero, le da por pelearse con las botas de vino
de la bodega, confundiendo el vino con la sangre.
El Hidalgo Don Quijote sufre un
trastorno alucinatorio, y ve cosas que sólo Él ve, mientras que Sancho, en un
principio, se alarma de la locura de su caballero, aunque conforme pasa el
tiempo, se va tornando su postura en ternura y comprensión. Diríase que se
produce una reconversión psicológica de ambos personajes, pues mientras El
Quijote progresivamente, va dejando atrás su idealismo, su trastorno, como
vemos en su testamento final, Sancho, a su vez, se quijotiza, adopta conductas y posturas de
su caballero, se idealiza.
La vida de Cervantes, es una
parábola de la situación social, política, y económica de la misma España. El
oro y la plata que venían de América, se dedican, en el reinado de Felipe II y
sucesores, en costear las guerras de religión en Europa, pretexto éste, para su
dominio político y territorial. Cervantes dedica gran parte de su vida en
luchar contra su sino, pasando dificultades económicas, físicas (su mano izquierda
queda tullida en Lepanto), incluso es hecho cautivo y lo trasladan a Argel,
donde está unos años hasta que lo liberan unos monjes mercedarios.
¿Y el amor del Quijote por las
causas perdidas? Él mismo, dice en el libro: “AMO, Y EN FIN, HE DICHO MUCHO,
DICIENDO QUE AMO”. Es esto, el Amor, lo
que nos sugiere el Autor- Quijote, como forma de conducirnos por la vida, a
pesar de las trabas que ésta nos ponga en el camino.
Diego de la Algaba
El amor entendido como el vivir con lo suficiente para vivificar a otros. Gracias por el texto. Está hermoso e inspirador.
ResponderEliminarSaludos desde México, donde muchos aprendimos a amar e incorporar el español o castellano, gracias a esta obra.
La verdad es que no entiendo mucho lo que quieres decir pero dentro de mi corto entendimiento creo que el amor y la imaginacion no esta reñido con la cordura ya que el quijote se regia por ello . No he leido el quijote pero es una asignatura pendiente. Saludos y gracias por tan magnifico articulo.
ResponderEliminaryfc