Mi vida después de
la enfermedad ha ido poco a poco exprimiendo mis ganas de poder realizar cosas
nuevas.
He ido poco a poco
evolucionando pero no en el buen sentido. Me siento mas acompañado por la gente
que me rodea, pero a la vez me siento solo sobre los problemas que me suceden día
a día. Es un contrasentido
vivir acompañado pero solo a la vez, esta sensación me come por dentro y no me
deja evolucionar como yo quisiera.
Muchos fines de semana salgo con mis padres pero
tengo la sensación de soledad constante.
Creo que en esta
sensación ha influido mucho el hecho de divorciarme y de poder ver a mi hijo
sólo fines de semana alternos, los días entre esas visitas se me hacen eternos.
Ese poco tiempo que paso con él, lo exprimo lo máximo posible, pero cuando se
va me invade un sentimiento profundo de soledad.
Me encantaría
desterrar de mi vida ese sentimiento, pero parece imposible de momento, me
agobia, me consume, me hace tener pensamientos negativos y sobre todo me
inmoviliza.
Es un sentimiento
que no se puede compartir, porque las personas que tengo a mi lado no entienden
que pueda estar con ellos y sentirme solo a la vez.
Tengo la sensación
que si no encuentro una pareja que este a mi lado en esos sentimientos mas
profundos y los comprenda , no creo que lo pueda eliminar.
Siento a veces que
pueda ser desagradecido, ya que hay personas que no tienen a nadie y su soledad
es forzosa, sin tener posibilidad de cambiar su situación.
Por otro lado la
ayuda de los profesionales a los que acudo están encauzados en la enfermedad y
como tratar de curarla, no se dedican a ese pensamiento que me invade y no lo
pueden tratar con pastillas , terapia etc. …
Los pocos amigos
que conservo, me es muy difícil quedar con ellos y tampoco comprenden nada, y están
dentro de sus vidas con sus tareas.
Dentro de este
mundillo que me rodea, mi vida transcurre de manera muy monótona.
Todas las semanas
me parecen iguales, sin tener un aliciente nuevo en mi vida, la única tabla de
salvación es mi hijo y las horas que puedo estar con él.
Pues termino
lanzando un grito sordo sobre mi situación y las ganas de cambiar esta
situación.
Manuel.
Manuel, todos nosotros pasamos por momentos parecidos, donde la soledad nos pesa como alforjas pese a estar rodeados de gente. Buscar pareja se hace cuesta arriba a causa de la enfermedad, pero si tienes buenos amigos en quien confiar tus sentimientos la soledad se hace más llevadera. En tu caso tienes un hijo por quien soñar un futuro mejor. No te desanimes, todo pasa, y el sol vuelve a brillar. Rosa
ResponderEliminarEstimado Manuel: Rosa ya te lo dice casi todo. Nunca estás solo del todo porque te tienes a ti mismo, que eres tu bien más preciado. A mí me lo dijo una vez una persona muy importante en mi vida: apóyate en ti mismo y en Dios. Y eso es lo que hago. Siempre digo que Dios y yo formamos el mejor equipo y eso me ayuda a superar mis momentos de soledad, que como te pasa a ti son muchos. Ya escribí un artículo sobre la soledad en compañía y otros tipos de soledad. Puedes buscarlo y leerlo. No te desanimes ni te vengas nunca abajo porque la vida es hermosa y merece pese a todo ser vivida con ilusión. Levanta ese ánimo porque como dice Rosa siempre el sol vuelve a brillar. Por cierto: yo también soy divorciado y tengo un hijo al que disfruto siempre que puedo. No estás solo. Tienes a los amigos y conocidos que te leemos en este ámbito amplio de internet. Cuídate mucho. Sinceramente José Cuadrado.
ResponderEliminarEn tu relato se aprecia mucha tristeza e impotencia. Aunque yo no sea nadie para dar consejos, decirte que solo tenemos una vida y que debemos de hacer lo imposible por buscar la felicidad. Si una etapa se acaba otra etapa empieza y de nosotros depende que esta sea mejor que la anterior. Lucha por mejorar, por disfrutar de lo que quieres, busca nuevas ilusiones, no te des por vencido.
ResponderEliminarMuchas Gracias por vuestros comentarios y valoraciones.Son todos positivos y con ganas de ayudar.Un millón de gracias por vuestro tiempo he aprendido de todos vosotros.
ResponderEliminarEstimado Manuel: quería añadir a mi comentario anterior que es fácil que cuando la gente se entera de que somos enfermos mentales nos dan la espalda. No es bueno, por ello, ir diciendo la verdad por ahí a cualquiera y en cualquier sitio. Hay que tener un poco de psicología y tener mano izquierda para no ocasionarnos a nosotros mismos perjuicios. Tenemos que cuidarnos a nosotros mismos y para ello tenemos que defender nuestra privacidad por encima de todo porque las enfermedades mentales son "diferentes" a las demás. Creo que me entiendes y que sabes muy bien por dónde voy. Ánimo siempre en tu lucha y recuerda que no estás solo en esta batalla cotidiana. Saca fuerzas de flaqueza y ponte delante de todo para salir adelante. Un abrazo muy fuerte. José Cuadrado.
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