miércoles, 16 de diciembre de 2015

CRÍTICA DE CINE: TRUMAN

Comentamos hoy una película española del año 2015 dirigida por Cesc Gay, director que no se prodiga mucho y madura sobremanera sus proyectos cinematográficos.
Los principales y casi absolutos intérpretes son Ricardo Darín y Javier Cámara, quienes dan toda una lección de interpretación. De Darín ya he comentado en alguna ocasión que no es santo de mi devoción, pero aquí lo admiro por su extraordinario trabajo. No dice tantos argentinismos como hace en otras películas, que es una de mis razones de mi fobia hacia él. Sólo le he cazado una vez diciendo voludo, pero nada de pelotudo, la concha de tu madre y expresiones por el estilo, cosa que se agradece. Es labor fundamental del guionista de la cinta.
Darín llora, ríe y está en gran actor. Ha mejorado también su dicción y a ello contribuye el espléndido sonido directo de la película.
Javier Cámara está en su línea de gran actor y tiene su trabajo numerosos matices como Darín. Ha mejorado mucho desde sus primeras apariciones en televisión y sus primeras cintas. Hay que decir que Javier Cámara y Ricardo Darín obtuvieron conjuntamente la Concha de Plata a los mejores actores en el pasado Festival de Cine de San Sebastián. No es normal que se dé a dos actores. Normalmente es a uno solo.
Hay una tercera actriz en discordia que hace de amiga de los dos protagonistas: Dolores Fonzi, una actriz argentina muy conocida en su país. Está muy bien también y hace un estupendo trabajo como contrapunto a los dos amigos.
Y no podemos olvidarnos de Truman, un perro que tiene ese nombre como “actor canino”. El nombre real no lo recuerdo, pero aparece en los títulos de crédito del final de la película. Buen trabajo de los adiestradores del animal para dar de sí mismo lo mejor como “actor”.
La película nos cuenta la historia de Julián (Ricardo Darín), quien recibe por sorpresa la visita de su amigo de la infancia Tomás (Javier Cámara). Tomás viene de Canadá. No se dice en ningún momento dónde vive Julián, pero deduzco que es Europa porque hay una escena de la película donde los dos amigos hablan de hacer una visita de ida y vuelta en el mismo día para almorzar con el hijo de Julián a modo de despedida. El hijo vive en Ámsterdam y deduzco que es una ciudad europea por ese ida y vuelta del que hablan.
La despedida del hijo es muy emotiva. Una escena muy fraternal donde padre e hijo se despiden y ambos saben cuando se abrazan que no volverán a verse.

Julián y Tomás vivirán 4 días, con el fiel perro de Julián Truman, momentos emotivos y sorprendentes, sobre todo derivados de la delicada situación de Julián, quien padece cáncer, que entiendo por los síntomas que se manifiestan en la cinta que es de próstata. Ambos amigos no son muy mayores. Son de edad mediana.
La película es, pues, la historia de una amistad desde niños, una de esas amistades que perduran a lo largo del tiempo y no se rompen. Es una cinta emotiva, sensible, pero no sensiblera. Julián viene a despedirse de Tomás porque sabe lo del cáncer. Tomás hará el amor con la amiga común más como expresión de amistad que como algo sexual. Ambos se abrazan desnudos en la cama durante un largo rato, como estrechando lazos de amistad para compartir el dolor que sienten por la inminente muerte del amigo común.

La cinta tiene numerosos diálogos interesantes, profundos pero no pedantes que nos transmiten ideas sobre la amistad y la complicidad a la que pueden llegar dos personas.
Hay una escena especialmente significativa de la capacidad interpretativa de Darín: cuando le confiesa a su amigo Julián que se ha orinado encima por culpa de la enfermedad. En esos momentos Darín demuestra lo gran actor que es y cómo con pocos matices se pueden traslucir numerosas sensaciones como el miedo o la impotencia.
La cinta cuenta con una excelente fotografía y una espléndida banda sonora que acompaña perfectamente a las imágenes.
Los estupendos diálogos nos demuestran una vez más la sensibilidad habitual del cine de Cesc Gay, un director que sería bueno que se prodigara más para dejarnos más películas que realmente merecen la pena.
La duración de la cinta es de 103 minutos que se pasan volando. La película tiene un ritmo adecuado para que el tiempo no se alargue innecesariamente.
No es apta para menores de 12 años, imagino que por la escena sexual porque el resto de la película es perfectamente válido para cualquier edad, aunque el tema de la muerte no sea un tema tan infantil.
Podemos incluir la película en dos géneros: drama y comedia. El drama es obvio y la comedia porque hay pinceladas de humor repartidas a lo largo del metraje que nos hacen olvidar por momentos el trance por el que está pasando Julián.
 En definitiva: calificamos la cinta de muy buena y le concedemos cuatro merecidas estrellas. Imagino que pronto la quitarán de cartelera porque no ha recibido prácticamente publicidad y sin ésta muchas buenas películas se quedan sin público en seguida. Esperemos que esta humilde crítica ayude a muchos indecisos a ver la cinta. Merecerá la pena, pues, haberla escrito. Salud y suerte.

Calificación: 



José Cuadrado Morales


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