Recuerdo muchas cosas de mi
paso por las diversas terapias de grupo que he hecho a lo largo de mi vida y
las distintas cosas que he aprendido en ellas.
Recuerdo una vez en una sesión
de terapia de grupo que una de las personas que la integraban dijo que todos
l cama, comer y hacer la digestión, estar en estado de vigilia y dormidos, etc… Coos días teníamos que vestirnos y desvestirnos, peinarnos y despeinarnos
después en lamprendí entonces que esa rutina diaria era la sal de la vida y
que tenía que aceptarla con normalidad y comprenderla perfectamente.
Yo hasta entonces había
tomado la rutina diaria con dolor, con monotonía. Me costaba mucho trabajo
hacer las cosas, superar las dificultades que la vida cotidiana supone. Me
costaba mucho trabajo en definitiva aceptar los rituales. Las palabras de
aquella persona me sugestionaron bastante y me convencieron de que esos
rituales diarios forman parte de la propia vida y que hay que entenderlos como
rutina positiva porque no podemos eludirlos y tienen que estar integrados en
una relación de normalidad con nosotros.
Desde entonces me cuesta
menos trabajo hacer esos rituales, entre los que están también lavarse los
dientes, ducharse, etc… Un largo etcétera.
Hay otros rituales que son
distintos, que son los rituales obsesivos. Estos ya forman parte de una
patología que puede hacer mucho daño. Hay rituales obsesivos claramente
catalogados: los rituales de limpieza, los rituales de repaso, etc… Los
rituales de limpieza llevan a la persona a veces a situaciones límite. Recuerdo
que en otra de mis terapias de grupo había una persona que se lavaba tanto las
manos que las tenía en carne viva. Tocara lo que tocara tenía que lavarse
rápidamente las manos por miedo a contraer alguna infección. Era muy difícil curar
aquello. Y recuerdo a otra persona que se tenía que duchar varias veces al día
por miedo a contraer alguna enfermedad. Es otra situación difícil de curar.
Requiere reeducar a la persona considerablemente para que cambie los hábitos y
se transformen en algo que no son.
Los hay que revisan
constantemente las cosas, entre los cuales me encuentro yo. Reviso varias veces
al día las cosas que hago o tengo que hacer o las cosas de la casa. Es
agobiante y doloroso. Difícil de evitar y que te lleva a una monotonía dolorosa
y obsesiva muy difícil de superar. Estás como metido en un carrusel obsesivo
doloroso del que no puedes escapar por más voluntad que le pongas. Es como
tener siempre las espadas en alto en continua pelea con las obsesiones, con los
rituales. Yo he llegado al acuerdo con mi actual psicóloga para que ella se
quede con las espadas para que no tenga que estar siempre peleándome con los
rituales.
Las sociedades están llenas
de rituales, de normativas para conducirnos con civismo en el comportamiento
diario. Y dentro de las sociedades están las religiones, que tienen unos
rituales muy claros, cada una los suyos con sus diferencias. En el caso de los
mahometanos tienen que rezar cinco veces al día por ejemplo mirando a la
Meca. En el caso de la religión católica
está por ejemplo la misa, con todos los rituales que conlleva. Unos rituales
que hay que seguir a rajatabla y que están instalados en la memoria colectiva
de la sociedad. Están también las oraciones, los rezos que le hacemos a Dios
los que nos consideramos cristianos. Yo rezo todas las mañanas y de vez en
cuando a lo largo del día. Lo hago como algo natural y nada obsesivo. Algo
sencillo, como mi comunicación directa con Dios, mi relación con Él con toda
naturalidad. Es un ritual agradable, que me proporciona felicidad y
satisfacción personal.
Hay que tener cuidado con los
tics nerviosos por llamarlos de alguna manera para evitar que se conviertan en
rituales obsesivos. Por ejemplo: cuando cerramos la puerta de la calle
empujamos para comprobar que está cerrada. Si lo hacemos repetidamente caemos
en la obsesión y entonces es algo doloroso. Lo mismo ocurre cuando cerramos una
ventana, que comprobamos si el picaporte está
bien cerrado. Podemos caer rápidamente en la obsesión y es muy difícil
salir de ella. Tenemos que tener la voluntad suficiente para no convertir lo
normal en anormalidad nerviosa, en compulsión obsesiva.
El trastorno obsesivo
compulsivo es uno de los trastornos de ansiedad más incapacitantes que existen.
Hay películas que reflejan bastante bien este trastorno. El cine siempre está
al tanto de la calle y no deja de lado temas psiquiátricos como es el caso del
trastorno obsesivo compulsivo. Recuerdo una película protagonizada por Nicolas
Cage en la que entre otras cosas tiene que abrir y cerrar las puertas tres
veces seguidas para quedarse tranquilo. Para colmo de males es agorafóbico, es
decir, tiene miedo a los espacios abiertos o espacios cerrados muy llenos de
gente. Y es que los trastornos de ansiedad no suelen ir solos sino en compañía.
Es lo que se llama trastorno múltiple de la personalidad. Yo padezco de esto.
Tengo trastorno de ansiedad generalizada, trastorno obsesivo compulsivo y otras
manifestaciones de ansiedad que hacen que mi vida sea algo más difícil que si
fuera una persona normal. Pero pienso siempre, como reza el título de la
película, que hay cosas que hacen que la vida merece la pena. Hay que luchar
siempre para salir adelante y no dejarnos atrapar por las obsesiones ni los
rituales obsesivos.
Estos también nos enseñan a
valorar más la vida porque podemos pasar de la infelicidad a la felicidad
siempre que luchemos y abandonemos los rituales. Es decir: que trabajando los
rituales podemos ir superándolos y dándonos a nosotros la oportunidad de
avanzar, de mejorar como personas, de madurar, de dejar de ser niños
desvalidos. Hay que luchar para tener seguridad y vivir sin miedo como canta
Rosana en su famosa canción. Yo lucho todos los días contra mis rituales, le
pongo toda la voluntad del mundo y saco de mí mismo lo mejor que tengo para
poder seguir adelante siempre. Porque ésa es la meta: seguir hacia adelante,
trabajando, luchando, no dejándonos vencer nunca por ningún ritual. Que los
rituales no condicionen nuestra existencia más allá de su directa influencia.
Tenemos que ser conscientes de lo que me dijo una vez una amiga: somos más fuertes de lo que
creemos. Y es cierto: cuando estamos al límite sacamos fuerzas de flaqueza de
donde sea y tiramos hacia adelante con la voluntad intacta.
Creo que todos tenemos más potenciales
para superar los rituales y adaptarnos a los rituales cotidianos con normalidad
igual que nos adaptamos a los rituales religiosos que no nos hacen ningún daño.
Somos más fuertes de lo que
creemos y tenemos que demostrarlo día a día. Ésa es nuestra gran meta: nuestra
propia felicidad. Salud y suerte.
José Cuadrado Morales
El ser consciente de tus propios rituales y de la importancia que les das ya es todo un PASO. Enhorabuena, a seguir en ello!!
ResponderEliminarGracias por tu comentario de todo corazón. Me ayuda a escribir mis artículos y mis críticas de cine. El tema de los rituales es muy interesante y es necesario tomar conciencia de ellos para poder superarlos. En eso estamos. Un abrazo muy fuerte y que os vaya todo muy bien. José Cuadrado Morales.
ResponderEliminarEn la vida estan los rituales que no nos deben abandonar jamas como la higiene, la convivencia, la capacidad de amar y ser amados, respeto, trabajo, esfuerzo, honestidad, saber decir no, perdonar y cuando se tiene todo eso pues a luchar por lo que nos guste mas o menos cada uno estaremos en un camino y despues estan los mismos rituales que debemos abandonar osea todo aquello que nos perjudique ya sea el alcohol, las malas juntiñas, la hipocresia, la pereza, el egoismo y debemos destacar el ritual de la religion el que crea en alguna no dejarla nunca de lado ya sea cual sea yo creo que las religiones fueron creadas para ayudarnos a crear una sociedad mejor a que las personas tuvieran unas herramientas con las que poder vivir mejor pero el uso que se les da y se les a dado pues a sido catastrofica y se han apoderado de ellas gran parte de la humanidad para conseguir fines e intereses a consecuencia de lo mas horrible como guerras, matansas, esclavitud pero ahora creo que vivimos la peor se llama capitalismo y segun me an dicho mas de uno no se puede luchar contra el pero yo creo que desde la individualidad y la conciencia colectiva desde ya se puede luchar, uno dice que no gana la guerra hasta que ya no hay mas batallas y hasta que nuestro cuerpo trascienda hay siempre una batalla.
ResponderEliminarAs de tu vida el ritual mas maravilloso y fantastico que jamas hubieses imaginado antes de leer esto, la vida es renovacion, la vida engendra vida y sobre todo despues de ella a donde quiera que vayamos siempre viviremos en el corazon de mucha gente, un abrazo y gracias por escribir desinteresadamente
Quise progresar en el campo laboral y conseguir un ascenso así que busque los beneficios de los Ritual del Trabajo,al utilizarlos con mucha fe mantuve un empleo seguro
ResponderEliminary me senti en armonía.