miércoles, 13 de agosto de 2014

TAMBIÉN RECUERDO MI NACIMIENTO.

Yo tengo recuerdos de cuando era muy muy pequeña. Tendría yo un año y algo cuando mi madre me puso por primera vez en una escupidera a hacer caca. Cuando me levanté y vi aquello tan bien hecho sentí una gran satisfacción porque era algo que había hecho yo solita (creo que ésta es la época anal de la que habla el psiquiatra Sigmund Freud). Me fui corriendo a mi cuarto y volví con mi lápiz. Empecé a remover aquello y en un momento dado, cuando intentaba probarlo, escuché un grito horripilante y recuerdo la cara de horror de mi madre… perdonadme por este escrito tan escatológico pero es que me apetecía contarlo. En otra ocasión me recuerdo a mi misma con un bañadorcito bien apretadito y estaba echada en la arena, ahí tendría yo meses. De pronto me veo las caras de dos borricos que venían hacia mí. Otro grito de película, el de mi madre avisando a mi tía Adela para que me cogiera. Ni que decir tiene que los borricos me podrían haber aplastado. También recuerdo mi nacimiento, cuando yo era muy pequeña tenía una pesadilla recurrente que se me repitió cientos de veces durante los primeros años de mi vida. En ella me sentía muy oprimida, en un lugar rugoso y oscuro, de pronto veía una luz muy fuerte y me despertaba y empezaba a llorar llamando a mi madre ¡mamá! ¡mamá!
Ya de mayor también tuve una vez un sueño muy curioso, me veía yo de mayor en una casa que debía ser donde yo he vivido toda la vida con mis padres. Eran habitaciones enormes y muy oscuras. De pronto en un rincón vi una niña, me acerqué y le dije: ¡oye! ¿Qué haces aquí solita? Y le pregunté ¿Cómo te llamas? Y me dijo Reyes, luego le pregunté ¿Cuántos añitos tienes? Y me dijo: cuatro, la cogí en brazos, la abracé y la besé ¡yo me reconocía a mi misma en esa niña!. Luego salí a una gran puerta con mucha luz y allí me encontré con una de mis hermanas y le enseñé el hallazgo que había tenido.
Por aquel entonces estaba yo leyendo libros de autoayuda que hablaban de hacer las paces con nuestro niño interior. Sobre todo eran libros y videos de una tal Louise Hay.


Reyes

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