
La picaresca, un
elemento tan normal como los toros forma parte de la genética misma que nos
conforma, estamos a la que salta en lo que a oportunismo, ya sea político,
económico o vital, incluso.
Esa picaresca que va desde el simple timo de la
estampita a la que lleva a las
puertas de los bancos suizos. Las corruptelas, los agravios, el quítate tu para
ponerme yo. Todo ha llegado de la
política mejor dicho de la mala política que no tiene nada que ver con
los conceptos casi vacíos de democracia, consenso o participación ciudadana,
que reclaman voz en grito que el voto
que cada cuatro años nos piden tenga significado.

Me da pena que este país, se encuentre dividido porque los cuatro
gatos que mandan busquen más sus propias soluciones que la solución común que aunque utópica es de obligada
búsqueda para encontrar la vía de
entendimiento que una vez nos
prometieron y que hoy parece alejarse
cada vez más y más lejos de lo que
alcanza nuestras manos y nuestra vista.
Germán.
Sinceramente una pena que los ciudadanos hayamos permitido llegar a esto sin levantarnos y sin alzar la voz como debiamos. ahora al menos nos queda una esperanza: Podemos, We Can.
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