Cuando yo tenía 4 años y mis hermanos mayores tenian 8 y 7 y me llamaban la “mamaíta chica”, yo me ponía los trajes de mi madre, que me
llegaban a los pies, los tacones de mi madre y me pintaba los labios con el
lápiz de labios de mi madre.
Me gustaba
ser como ella y me mostraba servicial cuando me pedían algo. Un día que mis tres hermanos estaban
acostados en la cama de mis padres, me mandaron
a por agua por que tenían sed. Yo cogí, ni corta ni perezosa, y eche mano
del mejor jarrón que tenían mis padres. Un regalo de casamiento era de cristal
fino labrado y con oro por los bordes. Abrí la piletilla que estaba al lado de
los fregaderos y que estaba a mi altura, abrí el grifo y empecé a llenar el
jarrón, llego un momento que pesaba demasiado para mí y se estrelló y se hizo
añicos. Yo de lo que me acuerdo más es que mi padre le pego una buena tunda a
mis hermanos.
Cuando mi hermano el mayor estaba con mi otro
hermano en el instituto se lo llevaba todos los días al muelle de los barcos a
explicarles a sus compañeros de clase todas las partes de una barco, él tenía
una gran vocación por la náutica. Mi madre no quería que fuera marino igual que
su padre, su abuelo, su bisabuelo, sus tíos, etc. Es que mi hermano lo llevaba
en los genes, mi tío marino también, le dijo a mi madre, "verás como a este le
quito la idea de los barcos", y lo metió en las dragas.
Las dragas sacan el
barro de río y mi hermano llegaba todos los días de barro hasta los ojos. Pero
las dragas no le quitaron la idea, y se metió a estudiar náutica. Hizo su
tiempo de prácticas en los barcos como agregado y fue subiendo de nivel, tercer oficial, segundo oficial, primer oficial, y por fin capitán de barco. Recuerdo una ocasión
en que se enroló para navegar con los barcos que se iban 6 meses a Terranova a
la pesca del bacalao, es un trabajo muy duro, mi madre le consiguió unas
camisetas muy gordas, una chaqueta con un gorro azul marino y le tejió un chaleco
muy gordo de lana, de cuello vuelto. Al mismo tiempo que mi hermano estaba
esperando para que lo llamaran para partir, mi madre empezó a hacerle una
novena a María Auxiliadora y cuando fueron a ha salir los barcos llamaron a mi
hermano para decirle que su barco no salía, porque estaba averiado. Así que mi
hermano se quedó en tierra, gracias a la novena que mi madre le hizo a la Virgen, que hizo el milagro.
Reyes Alés.
Me parece que te protegía tus padres y con respecto a tu hermano diría yo que tuvo suerte ya que lo de ser marino es durísimo.
ResponderEliminar