lunes, 3 de febrero de 2014

CRÍTICA DE CINE. "LA GRAN REVANCHA"


Se trata de una producción estadounidense de 2013 dirigida por Peter Segal, un especialista en comedias, aunque esta cinta no es sólo una comedia, sino que tiene componentes de drama y es también una película de deporte pues gira en torno al mundo del boxeo. De entre su amplio reparto destacan Sylvester Stallone, Robert de Niro, la siempre bella pero algo fría Kim Basinger y el veterano y siempre eficaz Alan Arkin.

Sylvester Stallone y Robert de Niro interpretan a dos boxeadores de Pittsburgh, Pensylvania, que tienen una enorme rivalidad entre ellos hasta el punto de que alcanza el nivel nacional. Los dos han sido campeones del mundo de los pesos semipesados y sólo han perdido un combate: el uno frente al otro. Así que todo el mundo espera la revancha entre los dos para comprobar quién es el mejor de ellos. Estamos en el año 1983 y los dos boxeadores están en su mejor momento, pero resulta que Razor, uno de los púgiles, anuncia su retiro, haciendo la revancha imposible en ese momento.
Los dos boxeadores son de ficción. No es una película sobre boxeadores conocidos como es el caso por ejemplo de Huracán Carter, una espléndida película de boxeo protagonizada por el gran Denzel Washington. Sus nombres son: al que da vida Sylvester Stallone se llama Henry “Razor” Sharp, siendo Razor su apodo que en inglés significa Navaja. Al que da vida Robert de Niro se llama Billy “The Kid” McDonnen, siendo The Kid su apodo que en inglés significa El Niño. Treinta años más tarde ambos reciben una jugosa oferta de una bolsa económica para un posible combate de revancha y ambos deciden posponer su jubilación porque económicamente no se encuentran en un buen momento. La bolsa es para un pabellón de 5000 personas, pero las peticiones son tantas que al final se pasan a un pabellón de entre 15000 y 18000 personas, que acaba siendo también insuficiente el día del combate. Eso hace que la bolsa suba y que los dos boxeadores tengan más motivación para luchar.

Desde el momento en que ambos aceptan pelear por la posible revancha inician los entrenamientos, que son un poco patéticos porque ambos luchadores están ya muy maduritos. Recordemos que Stallone tiene ya sobre 66 ó 67 años y Robert de Niro ha cumplido ya los 70. Físicamente no están bien, aunque Stallone está mejor porque ha basado su carrera cinematográfica sobre todo en el físico. Pero Robert de Niro está fondón y se atiborra de tarta con sirope. Está barrigón y con las carnes muy colgonas. No es muy creíble como boxeador de 70 años. Es una pelea de cine porque en la vida real no se produciría porque no lo permitiría la Federación Internacional de Boxeo por los posibles daños cerebrales y otros posibles daños físicos porque los púgiles tienen ya reúma, artritis y otras enfermedades. El entrenamiento es un calvario para los dos, sobre todo para Robert de Niro, alias The Kid, pero no tiene más remedio que esforzarse si quiere llegar en buena forma física al combate.

Cada púgil tiene su entrenador personal. En el caso de Stallone se trata del mismo entrenador que tenía hace 30 años, interpretado muy bien por el siempre eficaz Alan Arkin. En el caso de Robert de Niro es su hijo quien le entrena. Aquí entra en acción Kim Basinger, que es la pareja de Stallone, que está algo desangelada y fría y seria, como si no quisiera interpretar este papel, como si lo hubiera aceptado de mala gana. Ya está en una edad difícil para una actriz de Hollywood, la cincuentena, aunque hay actrices a las que parece no afectarle la crisis de la edad, como es el caso de Meryl Streep, que triunfa ahora con Agosto y a la que no le falta nunca el trabajo. Julianne Moore tampoco tiene problemas de trabajo porque aparte de las películas que tiene en cartelera como Carrie donde interpreta a la madre de la protagonista con poderes telequinésicos tiene pendientes de estreno cuatro películas. Pero esto no es lo normal. Y Kim Basinger está incómoda en la película. Y con Stallone hacen un poco la versión de la bella y la bestia. Ya eran pareja hace 30 años, pero Kim tuvo un desliz con The Kid y nació el niño que hoy es el hombre que le entrena. Tiene también un nietecito muy inteligente que le da buenos consejos.
Ambos actores, Stallone y Robert de Niro, han tenido relaciones anteriores con el mundo del boxeo. En el caso de Stallone está Rocky, una película de hace más de 30 años que fue un mito en su momento, dirigida por John Alvidsen y con guión del propio Stallone. Ganó el óscar a la mejor película. Después vinieron cuatro Rockys más numerados hasta alcanzar el sexto con Rocky Balboa, la última y crepuscular secuela de las penurias del popular boxeador, que sí existió en la realidad. En ella Rocky se dedica a recordar los tiempos pasados hasta que un nuevo campeón le reta a un combate y acepta, pero pierde, aunque todo el mundo le aclama como el gran campeón que es y fue de los pesos pesados. En la película Rocky Balboa Stallone se dedica sobre todo a recordar a su mujer fallecida de cáncer y a dirigir el restaurante que lleva el  nombre de su mujer, Adrian.
En el caso de Robert de Niro está Toro Salvaje, sobre la vida de otro boxeador de la vida real. En ella hace una soberbia interpretación y modela su cuerpo en función de las necesidades de la película: adelgaza cuando está compitiendo y engorda cuando ya está hecho una piltrafa. Nada de maquillaje. Todo real. La película está dirigida por Martin Scorsese, a quien podrían haberle dado el óscar al mejor director por cualquiera de las cuatro películas realizadas con Robert de Niro: Toro Salvaje, Taxi Driver, Casino y Uno de los nuestros. Al final se lo dieron por Infiltrados para compensar los olvidos anteriores, una película confusa y mediocre que es muy inferior a las cuatro mencionadas anteriormente.
Hay que decir que en Rocky Stallone se entrena por las calles de Philadelfia, ciudad también del estado de Pensylvania, como Pittsburg, no sabemos si por casualidad del destino o porque se ha querido hace un homenaje en la película a la saga de Rocky al tratarse del mismo estado, Pensylvania.
La película se titula originalmente Grudge Match, que significa el combate del rencor, nada más lejos de la realidad porque ambos púgiles se llevan muy bien y no hay rencillas entre ellos a pesar incluso del desliz de Kim Basinger. Hay sólo una sana y lógica rivalidad, El día del combate se publicita en camisetas y en una avioneta como The Grudgement Day, es decir, El día del rencor. No es cierto. Es mucho mejor el título de la película en español, La gran revancha, y aún mejor sería La revancha a secas, es más contundente y eficaz. Es como si a la película de Stanley Kubrik El resplandor le ponemos El gran resplandor.
 Perdería eficacia. Es mucho mejor El resplandor a secas. El día del combate es el 15 de diciembre del 2013, es decir, hace nada. Cuando llega este día los púgiles ya están preparados. Se han puesto en mejor forma física y disputan enormemente el combate. Pero éste no está muy bien rodado por Peter Segal porque apenas hay golpes en primer plano o en plano corto. Abundan los planes largos. Es quizás una forma de no enseñar el deterioro físico de ambos púgiles. Sólo se ofrecen primeros planos al final del combate cuando ya tienen ya la cara de heridas y de sangre y ocultan las carencias físicas de ambos boxeadores. Si en Rocky Balboa Stallone perdía, aquí gana. Ya se ha producido la gran revancha con treinta años de retraso. Ha ganado Razor, el Navaja. Ha perdido The Kid, El Niño. Pero los dos han aguantado el combate entero, como Stallone en Rocky Balboa. Ha ganado Razor a los puntos, lo que hace más digna la derrota de The Kid.
La película está pendiente de calificación por edades, pero yo le pondría no recomendada para menores de 16 años por aquello de la violencia que supone el boxeo. Dura 113 minutos, un pelín larga, aunque no se hace larga porque abundan los golpes de comedia. La cinta casi funciona mejor como comedia que como película de boxeo. Ya hemos dicho que el director, Peter Segal, es un especialista en comedias. La fotografía está francamente bien, así como la música. Es lo menos que se puede exigir a las películas de Hollywood: que estén técnicamente perfectas porque allí abunda mucho el dinero y el talento igualmente. El director es uno de los cinco productores de la cinta, así que en cierta manera ha hecho la película que ha querido al tener el control económico parcial de la misma. La distribuidora es la potenta Warner Bros Pictures, que ha hecho una buena campaña publicitaria de la cinta en televisión, lo que está haciendo que la gente esté yendo mucho a verla. Está ocurriendo lo contrario que con la anterior cinta que criticamos, la española Viral, que efectivamente duró una semana como ya predije. 
La siguiente que criticaré será Mindscape, dirigida por un español aunque con producción estadounidense, pero también interviene económicamente Atresmedia,  es decir, Antena 3 y La Sexta entre otras, que están haciendo una gran publicidad con la película. Está nominada al Goya a la mejor dirección novel. Y está teniendo buena acogida por parte del público, sobre todo debido a esa difusión televisiva.
En definitiva, La gran revancha es una película entretenida, para echar un rato, para pasar la tarde y poco más. Cinematográficamente merece por nuestra parte un regular y le concedo dos estrellas. Podía haber sido mucho mejor con otro director. Pero está bien el duelo entre Stallone y de Niro, que es una de las razones por las que he querido ver la película. Disfrutadla si la veis. Salud y suerte.

Calificación: 

José Cuadrado Morales

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