lunes, 3 de junio de 2013

CRÍTICA DE CINE


TIERRA PROMETIDA

En mi anterior crítica prometí que en la siguiente hablaría un poco del tema de los títulos originales y su traducción al castellano. Pues ahí va el cumplimiento de mi promesa.
Algunas veces se deja el título original, como es el caso de To the wonder, película ya criticada en este blog, de Terrence Malik. También es el caso de Lost in translation, segunda película de Sofía Coppola después de su estupendo debut con Las vírgenes suicidas. Después haría María Antonieta. Trabajó como actriz en las tres partes de El Padrino, pero vio que lo suyo no era la interpretación y se pasó a la dirección y está demostrando ser una gran directora. Tiene a quien salir pues su padre es Francis Ford Coppola. Supongo que los distribuidores preferirán dejar el título original intacto por razones de comercialización o por imposición de las productoras o los propios directores. El caso es que las películas con el título original suelen tener buena carrera en taquilla.
Otras veces se traduce literalmente el título original, como es el caso de la película que hoy voy a criticar, Tierra prometida, que es igual en el original: Promised land. Es lo más frecuente. A veces se traduce libremente y se mejora el título original como en la película de Joseph Leo Mankievicz All about Eve, literalmente Todo sobre Eva, que se tradujo en España Eva al desnudo, que se entiende mejor. Es la historia de una aspirante a actriz que se pega a una actriz ya veterana que le enseñará todo lo del mundo de la interpretación. La palabra desnudo no tiene que ver con lo físico, sino con la desnudez del alma, de los sentimientos y toda clase de emociones.
 Otras veces se ponen juntos el título original y el título traducido, como es el caso de Posesión infernal, ya criticada también en este blog, que aparece junto al título original Evil dead, que significa Diablo mortal. Prefiero particularmente más el título traducido. Otras veces la traducción libre no tiene nada que ver con el original, como es el caso de la saga de las películas de Atrápalo como puedas. La tercera parte se tradujo Atrápalo como puedas 33 y un tercio, que no tenía nada que ver con el original, pero se disculpa porque las películas son una parodia de las películas policiacas y el título queda también como una parte de la parodia. Otras veces se hacen traducciones muy libres que son verdaderas barrabasadas que no tienen nada que ver con los originales. Queda con esto cumplida mi promesa.
La película de hoy es Tierra prometida, que como he dicho es la traducción literal de Promised land. Es la última película de Gus van Sant, autor capaz de obras encomiables como El indomable Will Hunting y bodrios como Psicosis, versión del clásico inmortal del maestro del suspense Alfred Hitchkock. Gus se limitó a traducir en imágenes plano a plano el guión técnico de Hitchcock, sin añadir nada original y queda la película como una burda copia de la película del maestro inglés. La escena de la ducha es idéntica, las escenas de Norman Bates en el motel son las mismas, las imágenes de Norman vestido de su madre son las mismas y así toda la película. Al menos tiene de bueno la película que inició el revival de los remakes de las películas de suspense y terror de los últimos 30 ó 40 años como La última casa a la izquierda, Las colinas tienen ojos, La matanza de Texas, la propia Posesión infernal, etc… Algo es algo.
 Tierra prometida es la historia de un Mat Damon que es un alto ejecutivo recién ascendido de una importante multinacional de las conducciones de gas llamada Global que llega con su compañera Frances McDormand a una localidad para intentar convencer a los propietarios de las tierras de que hagan prospecciones e instalar conducciones de gas. Mat piensa que será fácil porque la crisis económica ha azotado mucho la zona y con los millones de dólares que van a dar quedarán rápidamente convencidos, pero la cosa no será tan fácil. La mayoría de los propietarios son ganaderos. También Mat Damon aprovechará esta visita a la localidad para hacer un repaso a su vida hasta el momento presente porque está en plena crisis personal, a lo que le ayudarán Frances McDormand y una chica que conoce en el pueblo.
Pero Mat Damon encontrará dos frentes de oposición con mucho poder. Por un lado un profesor de ciencias ya retirado, que ejerce como profesor emérito, que tiene mucho peso en el pueblo y sus argumentos son muy escuchados por los habitantes de la localidad. Y por otro lado está un grupo de ecologistas con el nombre Atenea, capitaneados por John Krasinski, que llegan a mostrar fotos de vacas muertas de otras localidades donde se han instalado conductos de gas. Mat Damon demostrará que las fotos están trucadas, pero la gente votará que no a la instalación del gas en la primera votación en el pabellón de deportes donde se reúnen para hablar y votar. 
Pero esa votación no tendrá validez porque no está representada ni la mitad del pueblo, por lo que se dejará para una segunda votación donde esté toda la localidad. Esa votación es el final de la película pero sin verse. Es decir, queda como elipsis, que es una buena decisión de Gus van Sant: dejar el final abierto para que cada uno decida si es sí o es no lo que vota la mayoría de los habitantes del pueblo. Particularmente creo que los habitantes votarán que no. Pues Gus van Sant es capaz de hacer películas intermedias entre El indomable Will Hunting y Psicosis con esta cinta apreciable, aceptable, buena sin más.
Los actores están muy bien. Mat Damon está como actor más maduro, y también mucho más gordo de lo habitual. Ya no es el jovencito soldado Ryan al que había que salvar en la película de los 90 de Spielberg. Ni tampoco es el espía desmemoriado de la saga de Bourne: El caso Bourne, El ultimátum de Bourna y El mito de Bourne. Ya en la cuarta parte no interviene para no encasillarse. No como Tom Cruise que está preparando ya la quinta parte de Misión imposible. Y ya se sabe lo que pasa con las sagas, que van degenerando poco a poco. Como es el caso de Rocky, que  va a peor cada vez, aunque la última pelí cula es bastante digna, titulada Rocky Balboa, dirigida por el propio Slvester Stallone. O la saga de Rambo. O la del propio El Padrino, que aunque la segunda parte era mejor que la primera, la tercera es mucho más floja y ya paró Francis Ford Coppola.
Después está Frances McDormand, una actriz de rara belleza, que suele realizar papeles cortos. De hecho obtuvo el óscar a la mejor actriz secundaria por la película Fargo de los hermanos Coen, Joel y Ethan, recientes triunfadores en Cannes. De hecho Frances está casada con uno de los hermanos Coen, no recuerdo en este momento cuál. Y el trío protagonista lo termina John Krasinski en el papel de líder de los ecologistas.
La película tiene su curiosidad. Iba a ser dirigida por Mat Damon, pero por problemas de agenda no pudo y dada las buenas relaciones con Gus van Sant por El indomable Will Hunting se decidió que fuera Gus y aceptó. En aquella película Mat Damon era el protagonista. Interpretaba a un genio de las matemáticas. Tenía como profesor a Robin Williams. Además el guión lo firmaba Mat Damon junto con Ben Affleck, director de Argo, óscar a la mejor película de 2013, también protagonista de la misma. El guión de El indomable Will Hunting consiguió el óscar al mejor guión original.
La película tiene una estupenda fotografía. Los prados son prácticamente pinturas, postales como las de Néstor Almendros en Días de cielo de Terrence Malick. Se presentan las tierras como bucólicas e idílicas y se fotografían muy bien los primeros planos de los actores que abundan sobremanera en la película.
Otro tanto se puede decir de la música, obra de Dani Elfman, un compositor muy completo y ya veterano a pesar de su juventud y capaz de hacer cualquier cosa: desde la banda sonora original para un héroe de la Marvel como Spiderman hasta Tierra prometida, que tiene una música más intimista que recalca muy bien los momentos de tensión con las discusiones sobre el gas y los instantes intimistas de Mat Damon en su crisis de identidad.
La película dura 106 minutos y no está recomendada para menores de 7 años, lo cual quiere decir que es autorizada para todos los públicos porque los niños no van a ir a verlas porque se aburrirían. El tiempo está muy bien medido y no sobra ni falta nada.
En definitiva estamos ante una buena película que se merece las tres estrellas. Ha tenido una importante distribución con publicidad en las marquesinas de los autobuses, cuñas radiofónicas, anuncios en televisión, etc… Eso garantiza que esté más tiempo en pantalla, aunque como ya he dicho otras veces hoy en día no duran mucho las películas porque las productoras presionan continuamente con películas nuevas.

El eslogan de la película es que Todo el mundo tiene un precio. Pues yo creo que la localidad de la película no tiene precio y no aceptará la instalación del gas y se quedará con sus pastos y sus vacas, pobres pero felices sus habitantes. Disfruten de esta película sencilla pero con sustancia. Salud y suerte.

Calificación:



José Cuadrado Morales

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