Hace veinte días que os estuve contando como me iba en esta lucha personal contra el tabaquismo. En estos veinte días ya solo tomo chicles normales. En los primeros días en que se está sin fumar hay algo que no he apreciado hasta que he llevado más tiempo: ciertos problemas persisten (aunque hay que tener paciencia, me digo), y lo estoy notando en el apetito que ha aumentado mucho, con cierta desmesura. Antes comía un poco más de lo que debía pero ahora, en estas últimas tres semanas, como mucho más que antes, sin darme cuenta hasta que el problema está encima. Como a deshora, en momentos en que antes no lo hacía, correspondiéndose muchas veces con momentos en que antes le “dedicaba” al cigarrillo. Hoy me he preocupado un poco por este problema de sobrepeso. Hay que combatirlo también. Pero, poco a poco. Paso a paso. Me digo a mi mismo que es mejor tener peso de más que seguir fumando. Creo que si controlo las comidas, siguiendo las indicaciones que me dan en la terapia conjunta que llevan los especialistas, podré solventar este problema que acaba de aparecer. He hablado con un amigo de la unidad que lleva cuatro meses luchando contra el alcohol, y he sacado la conclusión que ni él con el alcohol ni yo con el tabaco podemos rendirnos. Habrá que hacer dieta.
Hoy me han visto en la unidad de neumología y deshabituación de tabaquismo, la psicóloga. Llevo en este momento un mes y medio sin fumar, y me han medido la cantidad de monóxido de carbono en la sangre. Para sorpresa mía la maquina dice que tengo mas monóxido de carbono en la sangre que cuando fumaba, así que algo debe ocurrir, probablemente un error de la máquina, o que yo haya inhalado humo indirectamente. La psicóloga ha indicado que debemos evitar las situaciones en que podamos estar expuestos al humo, incluso evitar a las personas que fuman. Esto me plantea a mi un dilema de orden ético : ¿se debe llevar hasta este extremo el no fumar?. Si así fuese, aquí en la Unidad de Rehabilitación en que estoy no podría hablar con casi nadie, pues casi todos fuman, no tanto como yo, pero fuman, incluso algunos profesionales. Así que no estoy muy seguro, creo que evitar a las personas con las que normalmente estas por esto no es moralmente aceptable. Otro problema me digo. No se como lo voy a llevar.
Sigue así, que nosotros estamos pensando también en dejar el tabaco,nos uniremos contigo al aire puro. Lo del peso ideal ya vendrá con un poco de dieta lo conseguirás.
ResponderEliminar¡Ánimo y fuerza de parte de todos!
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Fumar es uno de los vicios más difíciles de dejar sin duda,yo emperecé a fumar con 24 años, hasta que un día me note en la garganta dificultades para poder hablar con normalidad, lo primero que pensé, fue que podía tener algo de afonía, pero la cosa no mejoraba. Hasta que dos días después, ya no podía ni hablar, y me entró mucho más miedo. Pensaba que era algo mucho peor que una afonía, así que fui al médico y me dijo que tenía bronquitis, eso me asustó también. Ya le cogí bastante más miedo, pero tuve la suficiente fuerza de voluntad para dejar de fumar de un día para el otro durante tres años.
ResponderEliminarYo sinceramente creo, que casi todo en la vida se puede llegar a solucionar en gran parte, poniendo siempre mucha voluntad.
Un saludo, Jaime Castillo.