Desde que empezó la huelga de los empleados de Lipasam.
Sevilla no huele precisamente a perfume, sino verdaderamente mal, entre un olor
a podrido y un olor a mierda. Después de muchos días, se han acumulado 7
millones de kilos de basura putrefacta en sus calles .
Cundo caminas por las aceras , hay lugares por los cuales no
se puede transitar, hay que desviarse por la calzada, siempre con el temor de
que es por allí por donde circulan los coches, sin olvidarse de que las calles
suelen estar llenas de cacas y meados de perro (pero esto haya o no haya
huelga). No sólo eso sino que además han empezado a aparecer ratas en los
lugares donde hay cúmulos de basura.
Por mi parte, estoy de acuerdo con las reivindicaciones de
los trabajadores de Lipasam, pero por otro lado me resulta una aberración que
tengamos que sufrir las consecuencias de la huelga, el resto de la población.
CECILIA
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