
La
primavera estaba jugando con el día, lo mismo mostraba una mañana a punto de
llover, que había enseñado una tarde donde relucía el sol. Ahora enseñaba
algunas nubes y amenazaba con dejar un aguacero en la tarde en que ellos habían
quedado para intercambiar ese beso.

Él
la cogió de la mano. La acerco hasta que sus cuerpos se juntaron y apenas
quedaba espacio para que sus rostros se diferenciasen. Y entonces la beso,
mientras el ruido de la lluvia se escuchaba de fondo. Entonces el le dijo:
-Ya
tenemos canción para nosotros, la música que hace el agua al caer en forma de
lluvia será nuestra canción de enamorados.
"Encarni, quiero
felicitarte por tu 33 cumpleaños. Sé que no nos hablamos mucho por lo mal que
nos han ido las relaciones en estos últimos ocho años pero pienso que ante todo
somos hermanos y eso es lo que debería de prevalecer. Tienes un hijo que apenas
conozco y que está creciendo lejos de
mí, donde yo no puedo verlo. Eso me duele porque a diferencia de nuestros
padres yo si estoy vivo y no me gusta tener que perderme el ver como se hace un
hombre el gran Ismael. Tampoco me gusta perderme el ver como la niña que salía
un día de casa se ha vuelto hoy una madre y una mujer. Yo necesito tener a mi
lado a esa mujer que no es otra que mi hermana, en la que en otro tiempo me
apoye para salir adelante y en la que me gustaría seguir apoyándome cuando las
cosas no me fueran bien. Te quiero mucho. Un beso y un abrazo para ti para
Ismael y para Rafa".
La pluma negra.
Lo último, ha sido muy emotivo...
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