UN DIA EN EL ZOO

Hace muchos años realicé una visita al zoológico de Buenos Aires (Argentina). Fuimos dos de mis primas, mi abuela, mi madre y yo, también vinieron los hijos de mis primas.

Allí había muchos animales, que digo muchos no, muchísimos.

Este zoo es muy antiguo, cuando mi madre era pequeña, paseaban a los niños en elefante, les ponían una silla donde los montaban y les daban una vuelta. Dejaron de pasearlos porque un día una elefanta se volvió loca y se salió de la jaula doblando los barrotes y empezó a caminar llevándose todo por delante, no hubo heridos, pero después del susto dejaron de pasear a los niños por si las moscas.

Bueno, siguiendo con el paseo, vimos leones y leonas, osos, elefantes, avestruces, hipopótamos, rinocerontes, serpientes, delfines, monos. También vimos unos animales muy curiosos, llamados guanacos, parecidos a las llamas, que de vez en cuando escupen.

Entre los monos, había un chimpancé recién

nacido, que tendría ya algunos meses, que estaba solito en una jaula, acondicionada especialmente para que no pudiera hacerse daño, acolchada, con juguetes y un sitio para dormir. Además le proporcionaban un biberón para que se alimentara, cada vez que lo necesitaba. Su madre lo había rechazado y se le veía muy triste.

Entre los hipopótamos había uno que tenía la boca abierta y enseñaba sus enormes dientes y muelas.

Aquel día llevaba una cámara de fotos, eché varias fotografías, lo malo es que poco a poco, con el

paso de los años se me fueron extraviando, y hoy por hoy ya no me queda ninguna. Algunos pensaréis, ¿pero cuando hizo ésta visita?, la hice cuando era pequeña, pero la recuerdo como si fuera hoy. La hicimos, hace ya muchos años, antes de que mi abuela viniese a vivir con nosotras, cuando mi madre y yo viajamos desde Sevilla a Buenos Aires, a la boda de la más pequeña de mis primas.

Cecilia Menassa