NO TODO ES LO QUE PARECE

Gracias a las nuevas tecnologías tenemos a nuestra disposición muchas comodidades sin salir de casa. Ya no es necesario ponernos la bata de guatiné y las babuchas de andar por casa para salir a por el pan. Desde nuestra casa podemos acceder a nuestra cuenta bancaria, pagar un recibo o hacer una compra en unos grandes almacenes. Pero cuidado con lo que compramos. Hay veces que no es lo que parece o eso debió pensar un comprador por Internet que la pasada festividad de Reyes quiso regalarse un alargador de pene.
Si has escuchado bien. No todo el mundo está contento con el tamaño y este gallego, tan español como cualquier españolito de a pie con un complejo que quiere verse el susodicho por encima de la barriga, quedo prendado por la publicidad de una página en la que un alargador de rabos era la estrella de la tele venta y podemos imaginar que prometía la increíble longitud del mismísimo Nacho Vidal .
La sorpresa de nuestro insatisfecho comprador internauta fue que al abrir el paquete donde venía su ansiado alargador descubrió que lo que en su imaginación iba a ser un complicado juguete de cuerdas y elástico se quedo en una lupa y eso, visto por los ojos de un buen observador, aumenta cuando se mira a través del cristal.
Las sorpresas del día de Reyes no quedaron allí. Aun le esperaba una en la comisaría, porque nuestro desconforme amigo fue a comisaría a poner una denuncia.
Cuando llego a Comisaría, lo hizo con su lupa y con la dirección de la página Web desde dónde había sido timado. Quería poner una denuncia a la persona que regentaba la página Web por estafa. El policía que cursó la denuncia le dijo que en teoría, la lupa, lo que era agrandar, agrandaba, es decir, al verse el miembro a través del cristal de aumento de la lente este crecía, por lo que la estafa no era tal.
De esta anécdota podemos sacar en claro que tenemos que tener mucho cuidado con las compras que hacemos por Internet y tener presente que lo importante no es el tamaño, sino la calidad. Y si no que se lo digan a mi novia…

Nota :este comentario esta basado es un articulo publicado en “LaVoz de Pontevedra” del 12 de Enero 2012

Pedro