RELACIÓN ENTRE ENFERMO Y ESPECIALISTAS
Los que tenemos familia todavía (pues hay algunos compañeros que ya han perdido a la mayoría de sus seres mas queridos) además de en ellos nos apoyamos fundamentalmente en nuestros terapeutas. Lo que tratan de hacer los especialistas es que tengamos la mayor autonomía posible, eso si, sin dejar como digo de pensar en la familia pues las relaciones afectivas con ella realmente son muy importantes, más cuando en mi caso lo que te han diagnosticado es trastorno bipolar esquizoafectivo.
Mi relación con mi psicólogo es para mi muy importante, pues es al que tengo que contarle mis problemas diarios. Yo lo suelo ver cada mes o cada quince días, dependiendo de cómo me encuentre y de cómo me encuentre él. Las charlas suelen ser distendidas y los consejos abundantes por parte del especialista, en quién pongo toda mi confianza para mejorar diariamente. La parte que le toca al enfermo es para mi tan difícil como la que le toca al psicólogo, pues llevar a cabo sus indicaciones se hace siempre en la medida de lo posible ya que los efectos de la enfermedad merman mucho las facultades del enfermo, pero, eso sí, ahí está el psicólogo para armarse de paciencia como me ha ocurrido tantas veces y convencerte poco a poco del camino que debes seguir cuando te vienes abajo. Mi psicólogo me trata siempre como a un amigo al que hay que ayudar, no dejando en ningún momento que la imagen de enfermedad entorpezca la ayuda que te va a proporcionar. Por mi parte nunca falta el respeto que le tengo a mi psicólogo. En algunas ocasiones me ocurre que me agobio al no poder cumplir sus indicaciones, aunque, como digo, ahí está él para armarse de paciencia y concienzudamente, pero sin dejar que se note, hacer el seguimiento que debe llevar conmigo. A mi solo me han tratado los psicólogos de la unidad de rehabilitación (no he visto a ninguno privado) un total de cuatro. Creo que no solo el buen hacer sino la experiencia que tengan va a hacer que la relación sea lo mejor posible. Esa experiencia se consigue poco a poco y apoyándose en quien ya la tiene.
Llevo en tratamiento psiquiátrico desde los 31 años y tengo 45, un total de 14 años.
Me han visto muchos especialistas en psiquiatría durante este tiempo. Hoy lo más importante es el día a día. He tenido seis ingresos en estos 14 años. Durante este tiempo me han tratado especialistas de la seguridad social y privados, y conjuntamente; muchos de los que trabajan en la seguridad social tienen también su consulta privada. Durante los últimos años sólo me han visto especialistas en la seguridad social. En general mi trato con el especialista en psiquiatría ha sido siempre bueno, pero he cambiado con el paso del tiempo de unos a otros, unos por propia iniciativa mía y familiar, otros por parte de ellos y se puede decir que estando de acuerdo las dos partes en general, aunque cuando pasé a régimen ambulatorio de la seguridad social ya han sido ellos los que han decidido cuando era mejor seguir con uno y cuando mejor dejarlo y apoyarse en otro. El tratamiento farmacológico ha cambiado muchas veces a lo largo del tiempo, de manera que he tomado numerosos psicofármacos: antidepresivos, antipsicóticos, ansiolíticos e hipnóticos. Unos me han sentado mejor que otros y he tomado como digo muchos tipos, pero siempre durante un tiempo, y en cada ingreso me han cambiado la medicación. Los resultados podrían ser mejores en este aspecto aunque como decimos algunos parece que se cambia tanto de tratamiento porque “no dan con la tecla” como dice un compañero de enfermedad; también creo que debido a que las características particulares de la enfermedad cambian con el tiempo. Lo ideal sería tener una medicación para lagos tratamientos, pero aunque yo por ejemplo llevo estable más de tres años, y no he cambiado mas que en los últimos meses por una “bajona” que he tenido y sigo teniendo, los altos y bajos de la enfermedad hacen que se cambie de tratamiento cuando es preciso, siempre claro por decisión del especialista y a la vista éstos del estado en que se encuentra el paciente.
El tratamiento psicológico y psiquiátrico de los últimos años es conjunto, es decir, que psicólogo y psiquiatra se comunican uno con otro, poniéndose de acuerdo en lo que respecta a cada uno de ellos. Durante años no ha sido así, sino que solo me han visto psiquiatras. Mi opinión al respecto es clara: la labor conjunta de psicólogo y psiquiatra es la mejor que se puede encontrar para enfrentarse a la enfermedad.
J.O.H.
Mi relación con mi psicólogo es para mi muy importante, pues es al que tengo que contarle mis problemas diarios. Yo lo suelo ver cada mes o cada quince días, dependiendo de cómo me encuentre y de cómo me encuentre él. Las charlas suelen ser distendidas y los consejos abundantes por parte del especialista, en quién pongo toda mi confianza para mejorar diariamente. La parte que le toca al enfermo es para mi tan difícil como la que le toca al psicólogo, pues llevar a cabo sus indicaciones se hace siempre en la medida de lo posible ya que los efectos de la enfermedad merman mucho las facultades del enfermo, pero, eso sí, ahí está el psicólogo para armarse de paciencia como me ha ocurrido tantas veces y convencerte poco a poco del camino que debes seguir cuando te vienes abajo. Mi psicólogo me trata siempre como a un amigo al que hay que ayudar, no dejando en ningún momento que la imagen de enfermedad entorpezca la ayuda que te va a proporcionar. Por mi parte nunca falta el respeto que le tengo a mi psicólogo. En algunas ocasiones me ocurre que me agobio al no poder cumplir sus indicaciones, aunque, como digo, ahí está él para armarse de paciencia y concienzudamente, pero sin dejar que se note, hacer el seguimiento que debe llevar conmigo. A mi solo me han tratado los psicólogos de la unidad de rehabilitación (no he visto a ninguno privado) un total de cuatro. Creo que no solo el buen hacer sino la experiencia que tengan va a hacer que la relación sea lo mejor posible. Esa experiencia se consigue poco a poco y apoyándose en quien ya la tiene.
Llevo en tratamiento psiquiátrico desde los 31 años y tengo 45, un total de 14 años.
Me han visto muchos especialistas en psiquiatría durante este tiempo. Hoy lo más importante es el día a día. He tenido seis ingresos en estos 14 años. Durante este tiempo me han tratado especialistas de la seguridad social y privados, y conjuntamente; muchos de los que trabajan en la seguridad social tienen también su consulta privada. Durante los últimos años sólo me han visto especialistas en la seguridad social. En general mi trato con el especialista en psiquiatría ha sido siempre bueno, pero he cambiado con el paso del tiempo de unos a otros, unos por propia iniciativa mía y familiar, otros por parte de ellos y se puede decir que estando de acuerdo las dos partes en general, aunque cuando pasé a régimen ambulatorio de la seguridad social ya han sido ellos los que han decidido cuando era mejor seguir con uno y cuando mejor dejarlo y apoyarse en otro. El tratamiento farmacológico ha cambiado muchas veces a lo largo del tiempo, de manera que he tomado numerosos psicofármacos: antidepresivos, antipsicóticos, ansiolíticos e hipnóticos. Unos me han sentado mejor que otros y he tomado como digo muchos tipos, pero siempre durante un tiempo, y en cada ingreso me han cambiado la medicación. Los resultados podrían ser mejores en este aspecto aunque como decimos algunos parece que se cambia tanto de tratamiento porque “no dan con la tecla” como dice un compañero de enfermedad; también creo que debido a que las características particulares de la enfermedad cambian con el tiempo. Lo ideal sería tener una medicación para lagos tratamientos, pero aunque yo por ejemplo llevo estable más de tres años, y no he cambiado mas que en los últimos meses por una “bajona” que he tenido y sigo teniendo, los altos y bajos de la enfermedad hacen que se cambie de tratamiento cuando es preciso, siempre claro por decisión del especialista y a la vista éstos del estado en que se encuentra el paciente.
El tratamiento psicológico y psiquiátrico de los últimos años es conjunto, es decir, que psicólogo y psiquiatra se comunican uno con otro, poniéndose de acuerdo en lo que respecta a cada uno de ellos. Durante años no ha sido así, sino que solo me han visto psiquiatras. Mi opinión al respecto es clara: la labor conjunta de psicólogo y psiquiatra es la mejor que se puede encontrar para enfrentarse a la enfermedad.
J.O.H.
Lo has contado fenomenal.Y además por mi experiencia comparto contigo el hecho de esta labor conjunta:psiquiatra-psicólogo-paciente. Es la mejor forma de poder "aprender" a vivir con la enfermedad mental. Gracias por compartir tu historia. Me gustó leerte.
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