“Nihil novum sub sole”. Nada nuevo bajo el sol. Éste podría ser el lema de los nihilistas. Ellos niegan la existencia de todo, de toda evidencia, de toda prueba de vida, de todo fundamento filosófico, de toda vida más allá de ésta, de toda introspección que no suponga la negación del ser, de todo tratado sobre la vida y la muerte porque para ellos es una unidad en sí misma. No hay nada nuevo bajo el sol porque la vida no admite más aditamentos ni ninguna modificación más de su estructura primigenia que nace de la nada y es la nada en sí misma.
Pero si no hay nada nuevo bajo el sol, entonces el nihilismo tampoco tiene sentido en su propia raíz interna. Si niega toda evidencia de ser no puede existir en absoluto el nihilismo como fundamento filosófico porque dentro de la nada la nada misma no tiene cabida. Aquí nace la paradoja del nihilismo: bajo el sol que nos cubre nadie puede negar nada porque nadie existe ni nada existe tampoco. Existe el vacío total, un inmenso agujero negro que todo lo succiona, lo traga, lo digiere y vomita después para que no queden ni los restos de cualquier estructura filosófica con sentido.
El nihilista se niega a sí mismo y todo cuanto conlleva. No se puede negar la existencia de todo organismo viviente y aceptar como posible y verdadero el sistema filosófico nihilista como el absoluto bajo el cual se amparan sólo los que se consideran a sí mismos nihilistas vocacionales. O se acepta todo o no se acepta nada. Ésa es la terrible paradoja del nihilismo: no puede negarlo todo sin incluirse a sí mismo en la negación. La negación ha de ser absoluta si queremos que tenga sentido el nihilismo en sí mismo.
Cada día el mundo es un sucedáneo de vida, una existencia condenada al aburrimiento, al tedio, a la ruptura con la felicidad. El nihilismo niega la felicidad porque niega la esperanza en sí misma. Sin esperanza no se puede vivir porque es como vivir sin ver más allá de hoy, de este instante, de este momento en que respiro. No hay futuro. Sin futuro no hay presente posible porque no podemos soñar, no podemos recrearnos con el qué ocurrirá, el mañana, lo que está por vivir. El nihilismo implica, pues, la parálisis al matar toda esperanza de futuro. Por eso nunca habrá nada nuevo bajo el sol y el sol mismo no existe por lo que no puede haber nada nuevo bajo la inexistencia del astro rey.
El nihilismo mata la diferenciación entre el tiempo subjetivo y el tiempo objetivo. No existe reflexión posible sobre el paso del tiempo y las sensaciones subjetivas que el propio tiempo nos proporciona. El pasado, el presente y el futuro se unifican en la unidad de negatividad máxima y se acaba todo. La vida no puede existir sin tiempo posible para su desarrollo. Si no hay tiempo no hay ser posible. Si el ser no es posible no hay pensamiento que surja de él. Y si no existe pensamiento posible el nihilismo se queda en nada, en nada menos que nada porque no tiene sentido ni la nada que ellos, los nihilistas, propugnan.
No existe la evolución de la vida con el nihilismo. No hay nacimiento, crecimiento y muerte porque ya la negación del tiempo implica la negación de la existencia misma. Un filósofo nihilista no puede existir porque por su propia teoría no ha nacido, lo que sigue aumentando la paradoja del nihilismo. No nace lo que no existe, no existe lo que no ha nacido. Todo es muerte o ausencia de vida, todo es un trozo de hierro frío, inerte, sin emociones, sin sentimientos, sin cambios de humor, sin modificaciones ninguna del pensamiento. No puede pensar un cerebro que carece de existencia. No hay neuronas que fluyan y mueran después. No hay estructuras metafísicas que sean la base de una filosofía con sentido y ciertas dosis de solidez.
El nihilismo choca de frente con el existencialismo. Aunque también tienen puntos en común. No podemos olvidar la náusea sartriana, la vida convertida en un doloroso trayecto ambiguo y cargado de obstáculos. La vida como pesadez y pesadumbre, como asco ante el dolor y el sinsentido del ser. El hombre es un ser para la muerte, o el el hombre es un ser para la angustia como diría Kierkegard. La angustia ahoga la garganta y prohíbe la edificación de hábitos propios de la felicidad. El existencialismo también mata la esperanza, pero al menos permite la existencia del ser como patrimonio autónomo de sí mismo. Ésa es la diferencia básica entre el nihilismo y el existencialismo: el reconocimiento o no del propio ser.
El nihilismo choca también de frente con el humanismo, el sistema filosófico que pone al ser humano como centro del universo. Reconoce, pues, como el existencialismo la existencia del ser como parte reconocible de la vida. El ser humano tiene voluntad propia para el humanismo. Puede creer o no en un dios o en varios, cosa que no permite el nihilismo que niega la existencia de cualquier manifestación divina. El hombre frente a su propio yo, su realidad, sus circunstancias. No olvidemos la frase de Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mis circunstancias”. El nihilismo niega las circunstancias, con lo que el ser humano no es más que un guiñapo sin posibilidad de pensamiento independiente posible. No puede creer, no ya en dios, sino en sus propias circunstancias y limitaciones. Las limitaciones son fundamentales para diferenciar a los distintos seres humanos porque cada uno tiene su voluntad y ésta es intransferible y pertenece a la idiosincrasia de cada ser.
Nihilismo, existencialismo y humanismo. Tres sistemas de pensamiento autónomos pero interrelacionados. La nada, el ser y el hombre, una combinación explosiva de incalculables proporciones. El nihilismo niega el ser. El existencialismo justifica el ser como la existencia misma. Y el humanismo cree en el ser humano. De los tres el paradójico es el nihilismo porque con él nada es posible. Niega incluso el existencialismo y el humanismo. Niega su propia razón de ser porque la nada no sirve para construir ningún edificio de pensamiento posible y que tenga la suficiente solidez como para generar esperanza.
La esperanza es imprescindible para vivir . Y el nihilismo niega esa esperanza. Así lo he tratado de explicar en este artículo con la mayor brevedad y simplicidad posibles para no hacerlo farragoso. Queda clara, pues, la paradoja nihilista que niega incluso la existencia de este artículo porque yo, como ser, no existo y entonces no he podido crear ningún artículo posible.
José Cuadrado Morales
Pero si no hay nada nuevo bajo el sol, entonces el nihilismo tampoco tiene sentido en su propia raíz interna. Si niega toda evidencia de ser no puede existir en absoluto el nihilismo como fundamento filosófico porque dentro de la nada la nada misma no tiene cabida. Aquí nace la paradoja del nihilismo: bajo el sol que nos cubre nadie puede negar nada porque nadie existe ni nada existe tampoco. Existe el vacío total, un inmenso agujero negro que todo lo succiona, lo traga, lo digiere y vomita después para que no queden ni los restos de cualquier estructura filosófica con sentido.
El nihilista se niega a sí mismo y todo cuanto conlleva. No se puede negar la existencia de todo organismo viviente y aceptar como posible y verdadero el sistema filosófico nihilista como el absoluto bajo el cual se amparan sólo los que se consideran a sí mismos nihilistas vocacionales. O se acepta todo o no se acepta nada. Ésa es la terrible paradoja del nihilismo: no puede negarlo todo sin incluirse a sí mismo en la negación. La negación ha de ser absoluta si queremos que tenga sentido el nihilismo en sí mismo.
Cada día el mundo es un sucedáneo de vida, una existencia condenada al aburrimiento, al tedio, a la ruptura con la felicidad. El nihilismo niega la felicidad porque niega la esperanza en sí misma. Sin esperanza no se puede vivir porque es como vivir sin ver más allá de hoy, de este instante, de este momento en que respiro. No hay futuro. Sin futuro no hay presente posible porque no podemos soñar, no podemos recrearnos con el qué ocurrirá, el mañana, lo que está por vivir. El nihilismo implica, pues, la parálisis al matar toda esperanza de futuro. Por eso nunca habrá nada nuevo bajo el sol y el sol mismo no existe por lo que no puede haber nada nuevo bajo la inexistencia del astro rey.
El nihilismo mata la diferenciación entre el tiempo subjetivo y el tiempo objetivo. No existe reflexión posible sobre el paso del tiempo y las sensaciones subjetivas que el propio tiempo nos proporciona. El pasado, el presente y el futuro se unifican en la unidad de negatividad máxima y se acaba todo. La vida no puede existir sin tiempo posible para su desarrollo. Si no hay tiempo no hay ser posible. Si el ser no es posible no hay pensamiento que surja de él. Y si no existe pensamiento posible el nihilismo se queda en nada, en nada menos que nada porque no tiene sentido ni la nada que ellos, los nihilistas, propugnan.
No existe la evolución de la vida con el nihilismo. No hay nacimiento, crecimiento y muerte porque ya la negación del tiempo implica la negación de la existencia misma. Un filósofo nihilista no puede existir porque por su propia teoría no ha nacido, lo que sigue aumentando la paradoja del nihilismo. No nace lo que no existe, no existe lo que no ha nacido. Todo es muerte o ausencia de vida, todo es un trozo de hierro frío, inerte, sin emociones, sin sentimientos, sin cambios de humor, sin modificaciones ninguna del pensamiento. No puede pensar un cerebro que carece de existencia. No hay neuronas que fluyan y mueran después. No hay estructuras metafísicas que sean la base de una filosofía con sentido y ciertas dosis de solidez.
El nihilismo choca de frente con el existencialismo. Aunque también tienen puntos en común. No podemos olvidar la náusea sartriana, la vida convertida en un doloroso trayecto ambiguo y cargado de obstáculos. La vida como pesadez y pesadumbre, como asco ante el dolor y el sinsentido del ser. El hombre es un ser para la muerte, o el el hombre es un ser para la angustia como diría Kierkegard. La angustia ahoga la garganta y prohíbe la edificación de hábitos propios de la felicidad. El existencialismo también mata la esperanza, pero al menos permite la existencia del ser como patrimonio autónomo de sí mismo. Ésa es la diferencia básica entre el nihilismo y el existencialismo: el reconocimiento o no del propio ser.
El nihilismo choca también de frente con el humanismo, el sistema filosófico que pone al ser humano como centro del universo. Reconoce, pues, como el existencialismo la existencia del ser como parte reconocible de la vida. El ser humano tiene voluntad propia para el humanismo. Puede creer o no en un dios o en varios, cosa que no permite el nihilismo que niega la existencia de cualquier manifestación divina. El hombre frente a su propio yo, su realidad, sus circunstancias. No olvidemos la frase de Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mis circunstancias”. El nihilismo niega las circunstancias, con lo que el ser humano no es más que un guiñapo sin posibilidad de pensamiento independiente posible. No puede creer, no ya en dios, sino en sus propias circunstancias y limitaciones. Las limitaciones son fundamentales para diferenciar a los distintos seres humanos porque cada uno tiene su voluntad y ésta es intransferible y pertenece a la idiosincrasia de cada ser.
Nihilismo, existencialismo y humanismo. Tres sistemas de pensamiento autónomos pero interrelacionados. La nada, el ser y el hombre, una combinación explosiva de incalculables proporciones. El nihilismo niega el ser. El existencialismo justifica el ser como la existencia misma. Y el humanismo cree en el ser humano. De los tres el paradójico es el nihilismo porque con él nada es posible. Niega incluso el existencialismo y el humanismo. Niega su propia razón de ser porque la nada no sirve para construir ningún edificio de pensamiento posible y que tenga la suficiente solidez como para generar esperanza.
La esperanza es imprescindible para vivir . Y el nihilismo niega esa esperanza. Así lo he tratado de explicar en este artículo con la mayor brevedad y simplicidad posibles para no hacerlo farragoso. Queda clara, pues, la paradoja nihilista que niega incluso la existencia de este artículo porque yo, como ser, no existo y entonces no he podido crear ningún artículo posible.
José Cuadrado Morales
Hola José.
ResponderEliminarEste articulo nos parece impresionante, bueno y muy claro en la explicación de cada una de las tendencias filosoficas explicadas: nihilismo, existencialismo y el humanismo. Si tuvieramos que ponerle un pero es simplemente que es muy largo, y alguno de nosotrso nos cansamos un poco.
Un abrazo.
No hay que llegar a la paradoja.Se puede ser nihilista light.Como los tiempos.Y así no hay que llegar al reducionismo absoluto.
ResponderEliminarNi siquiera los agujeros negros....son tan negros. ;)
Fascinante articulo,hermoso
ResponderEliminarYo soy nihilista porke me considero tal y ni tu me lo puedes negar, pero me es posible cegarme aunke sea por un rato en pasiones y cosas de esas ke te provocan la sensacion de felicidad ke es tan bella, gracias por este articulo.
Abrazo y te deseo felicidad.
Fascinante articulo,hermoso
ResponderEliminarYo soy nihilista porke me considero tal y ni tu me lo puedes negar, pero me es posible cegarme aunke sea por un rato en pasiones y cosas de esas ke te provocan la sensacion de felicidad ke es tan bella, gracias por este articulo.
Abrazo y te deseo felicidad.
soy nihilista :no encuentro nadie q me comprenda q piense como yo
ResponderEliminarno tengo valores no quiero hacer nada me da igual el dinero el. coche no me gusta nada ni me hace feliz nada ni creo relaciones amorosas ? alguien me entiende?necesito gente q me entienda q me comprenda q quiera vivir pero si se encuentra solo q no le importe morir
Eso es una gilipollez. El Nihilismo no es nada de eso. Eso de que el Nihilismo es la nada !eso es mentira! Yo soy nihilista y aquí estoy escribiendo esto. ¿Que pasa, como soy nihilista no puedo escribir? Ser nihilista es lo mas grande que parió panete? ¿porque tratan de confundir a la gente? El nihilismo significa ser consciente de que el mundo es lo que es y que tu eres lo que eres. El nihilista solo hace lo que en cada momento le apetece. El nihista se da cuenta de que solo es un punto en el espacio y, como tal, es insignificante. A veces ocurre que las cosas insignificantes son las que acaban triunfando, entonces el nihilista celebra su triunfo. Por ejemplo, existen muchos nihilistas que son ricos, es mas, la gran mayoría de ricos son nihilistas. Yo por ejemplo no trabajo, especulo en bolsa de valores con contratos de futuro de petroleo brent, me saxo 700€ al mes mas o menos, no es gran cosa pero para mi es mas que suficiente. ¿Que pasa ahora no soy nihilista por que especulo en bolsa? ¿Como que no? Claro que soy nihilista, y mas que nadie, por eso especulo en bolsa, porque me la suda lo que pueda pasar. Supongamos por un momento que millones de nihilistas como yo unos ponemos a la baja con el petroleo y hundimos el precio provocando la tercera mundial ¿que diría un nihilista? Pues esta claro, diría "¿y que? !tendre que comer!". Un nihilista no piensa en el futuro solo aprovecha lo que le de el presente. Y si puede ser sin trabajar, pues mejor. No es consecuente de sus actos puesto que comprende que las cosas pasan porque si y punto ¿para que intentar ir en contra de las olas?
ResponderEliminarGran confusión entre nihilismo y negacionismo envuelto en sofismas varios.
ResponderEliminarLos mayores nihilistas son los que no saben que lo son.
Todo el mundo occidental es nihilista hace varias décadas, y cada vez más.
"El desierto avanza...."