Por algún tipo de razón es la hora de almorzar, esas horas que van desde la una hasta las tres y media, y nos encontramos en la Carretera de Carmona a la altura de Higuera de la Sierra. Tenemos la suerte de encontramos con las puertas abiertas del Bar Sevilla, que tiene mesas libres y sirve menús diariamente.¿Te apetece un buen salmorejo, con taquitos de jamó y huevo duro, de los que rinden culto a las cocinas de nuestros abuelos?¿ O te apetece paladear el buen sabor mediterráneo de las comidas caseras, con la esencia de los ingredientes andaluces elaborados con el amor y la devoción de una excelente cocinera.? Cada cual es libre de elegir como saciar sus apetencias culinarias, pero en lo que si nos podemos poner de acuerdo es que entrando en el Bar Sevilla tenemos bastantes posibilidades de acertar en nuestra decisión.
¿Por qué de entre tantos bares como hay en la Carretera de Carmona elegiremos el Bar Sevilla?
Tenemos algunas razones de peso que nos conducen, sin equívocos, a entrar a conocer las peculiaridades de este establecimiento sevillano. Lo primero y ya mencionado es la especialidad de la casa, el salmorejo. Hecho como se hacia antiguamente y servido en una cazuela de barro, donde conserva aún más su esencia ancestral y su calado andaluz, hace las delicia de los comensales. No es un tópico. Si tienes la suerte de parar un día a almorzar en este maravilloso Bar pide, con toda confianza, un salmorejo y prueba la cocina que ha hecho famosa al pueblo andaluz hasta en los rincones más recónditos de la Tierra.
Otra de las razones por la que no puedes dejar escapar la oportunidad de comer en el Bar Sevilla también te la hemos presentado arriba y es su gran variedad d de comidas caseras, hechas con el cariño y el amor de una estupenda cocinera. Para elegir de primer plato puedes hacerlo entre cinco o seis primeros. Los segundos se te ofrecen en la misma cantidad. Arroces de paella o con carne, espinaca con garbanzos, menudo, lentejas caseras , chícharros, guisantes, habas o chanpiñones con jamón, menudo, patatas con costillas, espaguetis con quesos, urta a la roteña, calamares, san jacobos, ensaladilla, gazpacho, croquetas de bacalao, mero empanado, pavías de merluza… y una lista interminable de posibles sugerencias. No me digáis que no se nos hace la boca agua.
También podíamos alegar como razón para visitar el Bar Sevilla el culto al flamenco y a Sevilla que le tiene hecho Luís, su dueño. Tiene colgado alrededor de todos las paredes del bar retratos de cantaores celebres del flamenco, así como referencias al cante y a la Semana Santa sevillana, con un cuadro de azulejos de la Macarena y una reproducción en miniatura de la Catedral de Sevilla.
Luís es una bellísima persona y su señora Reyes también. Son los que le dan la esencia al negocio. Le transmiten la seriedad que requiere sin dejar de hacernos llegar su cariño y amistad, que comparten con todos los clientes y que hacen que le de un toque especial al bar y sea otro motivo más por el que ir. El ambiente que se respira es un ambiente familiar, de cercanía. De vez en cuando, Luís, que como hemos dicho es aficionado al cante flamenco, coje su guitarra y se arranca con unas sevillanas, un fandango o con cualquier palo que domine.
Estas son las razones por la que desde estas líneas os recomendamos que os paséis por el Bar Sevilla, pero todavía nos queda una peculiaridad más, que no por última es la menos notable.¿Por qué de entre tantos bares como hay en la Carretera de Carmona elegiremos el Bar Sevilla?
Tenemos algunas razones de peso que nos conducen, sin equívocos, a entrar a conocer las peculiaridades de este establecimiento sevillano. Lo primero y ya mencionado es la especialidad de la casa, el salmorejo. Hecho como se hacia antiguamente y servido en una cazuela de barro, donde conserva aún más su esencia ancestral y su calado andaluz, hace las delicia de los comensales. No es un tópico. Si tienes la suerte de parar un día a almorzar en este maravilloso Bar pide, con toda confianza, un salmorejo y prueba la cocina que ha hecho famosa al pueblo andaluz hasta en los rincones más recónditos de la Tierra.
Otra de las razones por la que no puedes dejar escapar la oportunidad de comer en el Bar Sevilla también te la hemos presentado arriba y es su gran variedad d de comidas caseras, hechas con el cariño y el amor de una estupenda cocinera. Para elegir de primer plato puedes hacerlo entre cinco o seis primeros. Los segundos se te ofrecen en la misma cantidad. Arroces de paella o con carne, espinaca con garbanzos, menudo, lentejas caseras , chícharros, guisantes, habas o chanpiñones con jamón, menudo, patatas con costillas, espaguetis con quesos, urta a la roteña, calamares, san jacobos, ensaladilla, gazpacho, croquetas de bacalao, mero empanado, pavías de merluza… y una lista interminable de posibles sugerencias. No me digáis que no se nos hace la boca agua.
También podíamos alegar como razón para visitar el Bar Sevilla el culto al flamenco y a Sevilla que le tiene hecho Luís, su dueño. Tiene colgado alrededor de todos las paredes del bar retratos de cantaores celebres del flamenco, así como referencias al cante y a la Semana Santa sevillana, con un cuadro de azulejos de la Macarena y una reproducción en miniatura de la Catedral de Sevilla.
Luís es una bellísima persona y su señora Reyes también. Son los que le dan la esencia al negocio. Le transmiten la seriedad que requiere sin dejar de hacernos llegar su cariño y amistad, que comparten con todos los clientes y que hacen que le de un toque especial al bar y sea otro motivo más por el que ir. El ambiente que se respira es un ambiente familiar, de cercanía. De vez en cuando, Luís, que como hemos dicho es aficionado al cante flamenco, coje su guitarra y se arranca con unas sevillanas, un fandango o con cualquier palo que domine.
A la hora de almorzar, en el Bar Sevilla puedes encontrar a muchos usuarios de las viviendas supervisadas de FAISEM. Los que vivimos por la zona de la Carretera de Carmona tenemos contratado un almuerzo en el bar de Luís. Allí no existen diferencias entre clientes y todos somos tratados y respetados de igual modo. Esto nos ayuda a relacionarnos con personas que no tienen nada que ver con la enfermedad mental y considero que es muy positivo para todos nosotros. Se tata de que, poco a poco, se consiga una rutina del día a día donde el enfermo no se plantee travas que le limiten y que normalice las relaciones sociales con su entorno y que mejor manera que zambulléndose en un contexto normalizado.
Pedro S.M.
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