José Cuadrado Morales es un compañero de la URSM que además es poeta, nacido en 1961 ha publicado ya algunos libros. El que tengo en mis manos lleva por título “La Literatura y yo”. Otros libros de poesía que ha publicado son “El rincón compartido” (1988), “A solas con el amor y el miedo” (1988), “Esta es mi palabra silenciosa” (1989), “Brevísimo paseo por mi vida” (1990), “Micro poemas” (2006) y “Grito” (2006). Ha colaborado en mas de 60 libros colectivos. Escribe porque está vivo y para seguir estándolo. Prepara un nuevo libro de poesía con el título “Eco y voz de ti”.
De manera periódica vamos a publicar algún poema suyo, como el siguiente:
MIEDO
Tengo miedo.
Miedo de que me abandonen las palabras,
de sentirme tan vacío como yo mismo,
de que deserten mis vocablos
y me dejen malherido, cascado, roto y solo,
con una baldía inspiración que anquilose mis versos.
Miedo de no compartir que me ocurre,
de ser testigo aislado de mis trágicos pasos.
Miedo que se extiende rajándolo todo,
terror que contamina desguazándome
cuando las ideas apenas fluyen
y las frases que surgen
tímidamente reflejan mil sueños anhelados.
Soy escritor con miedo
porque no serlo me asusta.
Dejaría de contar lo fútil y lo trascendente,
mis miserias cotidianas y las gestas más auténticas;
cuanto me sucede, sea drama o comedia.
Miedo de acumular lágrimas en lugar de sílabas,
espanto perseverante como navaja helada,
espiral de vértebras debilísimas, escuálidas
donde como poeta me extravíe para siempre.
Tengo miedo, pánico de perderme entre la gente
sin máquina de escribir ni metáforas,
con mi dolor a cuestas y mi tristeza no desahogada,
vencido de esperar consuelo en lingüísticas estancias.
Tengo miedo, no quiero engañaros.
Miedo de petrificarme sin tinta en los dedos,
De mirar el papel hiriente
y hallar mi propio miedo retratado.
De manera periódica vamos a publicar algún poema suyo, como el siguiente:
MIEDO
Tengo miedo.
Miedo de que me abandonen las palabras,
de sentirme tan vacío como yo mismo,
de que deserten mis vocablos
y me dejen malherido, cascado, roto y solo,
con una baldía inspiración que anquilose mis versos.
Miedo de no compartir que me ocurre,
de ser testigo aislado de mis trágicos pasos.
Miedo que se extiende rajándolo todo,
terror que contamina desguazándome
cuando las ideas apenas fluyen
y las frases que surgen
tímidamente reflejan mil sueños anhelados.
Soy escritor con miedo
porque no serlo me asusta.
Dejaría de contar lo fútil y lo trascendente,
mis miserias cotidianas y las gestas más auténticas;
cuanto me sucede, sea drama o comedia.
Miedo de acumular lágrimas en lugar de sílabas,
espanto perseverante como navaja helada,
espiral de vértebras debilísimas, escuálidas
donde como poeta me extravíe para siempre.
Tengo miedo, pánico de perderme entre la gente
sin máquina de escribir ni metáforas,
con mi dolor a cuestas y mi tristeza no desahogada,
vencido de esperar consuelo en lingüísticas estancias.
Tengo miedo, no quiero engañaros.
Miedo de petrificarme sin tinta en los dedos,
De mirar el papel hiriente
y hallar mi propio miedo retratado.
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