Se que existe un lugar mas allá del firmamento,
donde nacen los versos que yo nunca pude encontrar,
donde el alma y la luz se fundieran en el zenit
como dos labios apasionados llenos de esperanzas y sueños de amor, así te amo yo.
Tu belleza, tu aura placentera, tu dulce voz, tus jugosos labios,
tu suave cabellera, tu expresiva mirada…
¡Quién fuera luz del alba para acariciarte cada mañana!.
Alma de mi alma, carne de mi carne,
te quiero tanto, que no podría estar ni un segundo sin poder amarte.
Francisco Jimenez Jimenez
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