lunes, 13 de enero de 2020

DIÁLOGOS

ENTREVISTA A D. JAIME GÓMEZ DIRECTOR DE LA UNIDAD DE GESTIÓN CLÍNICA DE SALUD MENTAL DEL HOSPITAL VIRGEN MACARENA DE SEVILLA.

En primer lugar mostrar nuestro agradecimiento a D. Jaime Gómez por concedernos esta entrevista y buscar un hueco en su apretada agenda. Fue un encuentro de más de una hora donde nos sentimos muy cómodos.


¿Porqué eligió la especialidad de psiquiatría y cuanto tiempo lleva trabajando de psiquiatra?.

Pues yo elegí la especialidad por vocación y por cuestiones personales, por el deseo de conocer mas a fondo todo lo que estaba relacionado con la enfermedad mental. Es algo que me toca muy de cerca.
Tenía un interés especial por este tema desde hace muchísimos años. En mis inicios estuve a punto de hacer la especialidad de anestesista, pero al final me decidí por la psiquiatría.
Llevo 20 años trabajando de psiquiatra, antes he trabajado en otras especialidades médicas como urgencias y emergencias, he hecho un poco de todo.

¿Qué le parecen las etiquetas diagnósticas que nos ponen?

A mi la palabra etiqueta no me gusta, no me gusta porque yo creo que trato con personas y detrás de cada persona hay toda una historia de vida. Es cierto que algunos diagnósticos nos ayudan a ver que abordaje farmacológico o que plan terapéutico es el más indicado. Es cierto que tenemos que trabajar con diagnósticos porque somos una rama de la medicina. Creo que los diagnósticos son necesarios porque nos permiten tratar cada caso en función de la evidencia disponible.

¿Qué opina de los efectos secundarios de la medicación?

Yo creo que desafortunadamente todo fármaco que tomemos tiene un efecto secundario, por eso tenemos que estar continuamente actualizándonos para ofrecer a los pacientes la máxima seguridad y la máxima eficacia con el menor perfil de efectos adversos.
Lo ideal sería tener fármacos que cumplieran con el cometido sin que tuvieran efectos adversos, esto a día de hoy no es posible, pero dentro del arsenal terapéutico que tenemos también tenemos fármacos que son más tolerables e interfieren menos en la vida diaria de los pacientes.
Nuestra tarea es ofrecer al paciente la mejor opción terapéutica, yo desde hace muchos años le digo al paciente las distintas opciones y los efectos adversos cada una de ellas y le planteo cuál piensa que le puede venir mejor. Esto ya se hace en cualquier especialidad y se llama la toma de decisiones compartida. Nosotros trabajamos para los usuarios y debemos hacerlos partícipes de sus cambios de tratamiento, por ejemplo yo puedo informar al paciente para cambiar a la medicación inyectable, le informo de que puede existir la posibilidad de que aparezca una pancreatítis, pero asumir este riesgo le supone dejar de tomar 63 pastillas a la semana, es ahí donde el paciente toma el protagonismo y decide. Las pastillas se las toma el paciente y por eso este debe tener toda la información para poder elegir bien.
Siempre he intentado buscar el fármaco con el perfil mínimo de efectos adversos.

¿Ha probado usted algún psicofármaco de los que nos prescriben?

Pues si, he probado algunos psicofármacos, esto no se si va a salir, pero yo les decía a los residentes hace muchos años, con algunos fármacos que ya no se usan, “A lo mejor le vais a tener que dar una chupadita para saber lo regular que uno se puede poner”. Es decir, antes había fármacos, cada vez menos, que tenían un perfil de efectos adversos muy malos.
Hay algunas situaciones en las que un paciente puede estar muy inquieto y puede tener incluso dificultades para contenerse, entonces...¿qué sería lo mas adecuado?, pues prescribir algún fármaco que pudiera controlar esa agitación, que se quedara tranquilo pero que no me sedara, que no me convirtiera en un zombi.
Antes hace mas de 20 años solo había fármacos que quitaban esta agitación pero tenían muy mal perfil de efectos adversos, los pacientes se comportaban muy raros, confusos, por eso yo les decía a mis residentes que tendrían que tomar esa pastilla para saber realmente lo que les estaban dando o como se puede llegar a sentir esa persona.


¿Porque en algunas ocasiones cuando vamos a urgencias por un tema somático, nos derivan a psiquiatría?

Esta cuestión a mi me parece lamentable, en los dos últimos años hemos hecho un acuerdo con urgencias para hacerles ver que un paciente con un trastorno mental es exactamente igual que con otros padecimientos.
Un paciente con una insuficiencia renal crónica o una cardiopatía que va a urgencias es atendido por el médico de urgencias y no lo ingresan directamente en cardiología sino que le preguntan previamente que le sucede.
El equiparar que todo lo que le ocurre al paciente tiene que ver con su trastorno psiquiátrico de base es un error. Estamos intentando, por acuerdo con urgencias que esto ocurra lo menos posible, pero desgraciadamente aun ocurre y tiene que ver todavía, en el siglo XXI, con el estigma que hay en muchos médicos. El estigma nace del desconocimiento, el desconocimiento genera inseguridad, la inseguridad desconfianza y la desconfianza hostilidad.
Estamos trabajando en que esto ocurra lo menos posible.


¿Nos puede hablar del modelo de recuperación?

Hace muchos años a mi alguien me preguntó, “¿Oiga, usted que piensa de la psiquiatría comunitaria?” , yo pienso que no hay otra forma de entender la psiquiatría que no se desde el modelo comunitario, no concibo un modelo diferente al modelo de recuperación.
Los modelos hospitalocéntricos que había hace años en los que todo se centraba en el hospital y luego al paciente no se le abordaba en su entorno comunitario son ineficaces.
En el modelo de recuperación, desde el minuto 1, todos los profesionales de salud mental deben trabajar para que el paciente tome las riendas de su propia vida, que decida qué es lo que quiere hacer con su vida.
Yo creo que básicamente es trabajar por el paciente y con el paciente, desde el principio, acompañándolo en la toma de decisiones, cuando las cosas vayan bien o vayan mal, cuando tengan que convivir con sus síntomas o cuando tengan que decidir cuestiones importantes y cruciales para su vida.
Debemos de trabajar para conseguir que el paciente salga de la crisis de la mejor forma posible, intentando de manera conjunta dar forma a todo lo que tenga que ver con su tratamiento.
No hablo del control de síntomas sino de la funcionalidad, desde el punto de vista de que los usuarios son personas que en un momento de su vida padecen un trastorno mental.


¿Qué puede decirnos sobre la integración laboral de las personas con trastorno mental?

Yo creo que es una de las asignaturas pendientes, la tasa de paro en España está en torno al 14% y en Andalucía ronda el 22%, pero si hablamos de personas con trastorno mental se convierte en algo inasumible, la tasa de paro sube al 80%.
Es un reto, yo creo que la sociedad de alguna manera tiene que adaptarse, y el empleo protegido puede ser una opción transitoria, también la adaptación del puesto de trabajo a las necesidades de la personas en ese momento buscando tanto la flexibilidad en los horarios como en los objetivos es una buena opción.
Yo creo que lo mas normal es que a igual trabajo las personas cobren exactamente igual, independientemente de su discapacidad o de si se trata de empleo protegido o normalizado.


¿Están apareciendo nuevas enfermedades mentales? ¿Cuales? ¿Causas?

Es cierto que hay lo que se llaman las patologías emergentes, no son tanto patologías nuevas sino que en ellas están cambiando los patrones de prevalencia (proporción de individuos de un grupo o una población que presentan una característica o evento determinado).
Hay algunos cuadros, sobre todo trastornos de la personalidad, que se dan con una mayor prevalencia, y esto tiene mucho que ver con los cambios en la sociedad, obviamente la sociedad actual no tiene nada que ver con la de hace 30 años.
Últimamente hay mucho interés por un fenómeno que está ocurriendo en Japón donde hay personas que deciden que van a permanecer en su cuarto, algunos ya son famosos, es una tendencia progresiva hacia un mayor aislamiento en los seres humanos. Este aislamiento social también se ve en edades tempranas, antes jugábamos al escondite o al pillar con otros niños, y ahora ves a los chiquillos encerrados en si mismos mirando las pantallas. No se que es lo que va a ocurrir, pero es cierto que las patologías emergentes tienen que ver con las transformaciones que estamos viendo en la sociedad.


Tener una enfermedad mental y crear una familia ¿Es incompatible?

Sí es compatible, yo aquí diría dos cosas en primer lugar que me niego a hablar de enfermos, me gusta hablar de personas que en un momento dado, de forma transitoria, tienen un trastorno mental no de enfermos mentales. Cuando se habla de la enfermedad somática no se generaliza por que hay enfermedades del corazón, artritis… y 28.000 enfermedades más, a a nadie se le dice que es un enfermo somático, igual ocurre con la enfermedad mental, como va a ser igual un cuadro de ansiedad reactiva que una esquizofrenia o un trastorno de la personalidad.
Pienso que formar una familia tiene sus dificultades, cuando uno tiene un trastorno mental depende del trastorno, depende del apoyo y de muchísimas cosas más. Esa persona va a tener una dificultad añadida, pero eso no implica que una persona que en un momento dado tenga un diagnóstico de enfermedad mental no pueda formar una familia. Yo he visto parejas y familias


¿Como vive la desaparición por suicidio de uno de sus pacientes?

La verdad es que cuando ocurre un suicidio es algo traumático. Lo que queda es decirse a uno mismo que cosa es la que podría haber hecho yo para que no hubiera ocurrido esta trágica situación en la que alguien decide que no puede seguir o que el peso de la vida es tal que no es soportable.
Estas situaciones te afectan, y mucho, te hacen reflexionar sobre tu practica clínica diaria y sobre el hecho mismo de ser psiquiatra.
Yo con el suicidio tengo una cuestión particular y tiene que ver con porqué decidí hacerme psiquiatra, cuando tenía 9 años alguien decidió acabar con su vida, se arrojo de un piso, yo iba con mi bicicleta y esta persona calló a apenas un metro de mi, por poco me cuesta a mi también la vida. A raíz de esto empecé a pensar sobre qué es lo que lleva a una persona a querer terminar con su vida. Es algo muy muy complejo y desde luego, el día que no me afecte seguro que lo dejo, toco madera, pero en 20 años no ha llegado a ocurrir con nadie que yo haya tratado, pero si me ocurriera, obviamente, me afectaría muchísimo.


¿Como ha influido la crisis económica y de valores y el cambio de gobierno en los recursos, presupuestos, personal, métodos de trabajo….?

La Crisis económica ha tenido un impacto bastante negativo, hay estudios que demuestran que en el período 2010 – 2012, los servicios de salud mental empezamos a asumir un mayor número de peticiones de ayuda por situaciones vitales que realmente eran muy complejas. En muchas de ellas, la solución más que clínica era de tipo social. Son familias en las que de repente, de la noche a la mañana todos sus miembros están en paro, en las que de tener una vida normalizada han pasado a tener una gran dificultad para llegar a final de mes. ¿Eso afecta a la salud mental? Pues claro que si, como no va a afectar.
En cuanto a los cambios de gobierno, aquí en Andalucía, quizás porque llevan poco tiempo, aun no se aprecian cambios. Yo no tengo afinidad por ningún partido político. Una sociedad se mide por el estado de bienestar, por como trata a las personas que en un momento son mas desfavorecidas que el resto y como actuá para evitar que esa situación se perpetúe. A mi lo que me importa es que no le pongan trabas a las personas.
Yo creo que lo que se necesita es algo mas de recursos y personal, es un problema que se acumula, nos tenemos que ajustar a lo que existe y a lo que nos dan y con esto tenemos que intentar hacer las actuaciones lo mejor posible y de la manera mas eficiente que podamos.


¿Nos podría contar algunas anécdotas divertidas que usted haya vivido a lo largo de sus años como psiquiatra?

Hay muchas, esta tiene que ver con una de las preguntas que me habéis hecho, una vez, era yo residente de primer año y en consulta me llega alguien y empiezo a preguntarle, que ¿qué tal?, ¿como se encuentra?.. su discurso era muy coherente, totalmente centrado. Empezamos a hablar sobre su vida y que le había traído hasta allí, cómo estaba de ánimo, etc, y cuando llevamos más de 15 minutos (en aquella época las historias se escribían a mano y lo único que ponía en la suya era que era suicida), y me digo yo - “que suicida tan raro”, total que acabé preguntándole ¿a usted qué le pasa? Y dice, - “yo no lo se, acabo de llegar a urgencias porque tengo, como le digo, un problema dental grave, me ha salido un flemón horroroso y entonce he dicho que tengo un dolor tan grande que me voy a tirar por la ventana”.
Parecer ser que el médico, sin haberle hecho ninguna pregunta, puso en su historia “suicida” y lo pasó a psiquiatría, equívocos de estos “a patadas”.



¿Quiere opinar algo o valorar alguna cuestión que se nos pueda haber escapado?

Hemos tratado muchos temas, pero creo que aquí lo importante es conseguir que no basta con que los profesionales de la salud mental pensemos que es posible modificar la vida de los usuarios, son los propios pacientes los que deben cambiar las cosas, creérselo y hacerse responsables, deben buscar ser felices con su realidad, con su vida.


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