lunes, 11 de diciembre de 2017

RUTINA DE DEBATE

Se puede llamar rutina de debate a un tipo de reflexión mental que nos puede ayudar a eliminar las creencias irracionales. Las creencias irracionales son ideas que surgen en nuestra mente y que se salen de lo racional, de lo lógico, de lo que tiene un sentido para nosotros comúnmente. Unas de las creencias irracionales que se padece con la enfermedad mental  son las fobias, los miedos ilógicos.

    La rutina de debate consiste en reflexionar sobre estas creencias siguiendo el procedimiento siguiente:

1)      Descubrir o encontrar las creencias irracionales.
2)      Combatir estas creencias irracionales.
3)      Sustituirlas por creencias racionales.

Es lo que me ocurrió a mi con la fobia a ir a mi pueblo. La creencia irracional consistía en pensar que cuando llegase a mi pueblo me iba a encontrar sólo, sin poder ver a mi madre y sin poder recurrir a nadie de ese entorno para poder volver a Sevilla. Encontrarse de repente con que no llega el autobús, que la gente se marcha de donde estás y que no puedes recurrir a nadie. Esta es la creencia irracional que encontré mientras padecía (y todavía padezco) este tipo de fobias. Lo importante de encontrar o descubrir una creencia irracional consiste en plantearse bien el problema que tienes. Yo  lo planteé todo lo mejor que pude en el sentido que digo. ¿Y cómo se combate?. Con ayuda de profesionales como los que he encontrado en la unidad de rehabilitación. Ellos me hicieron ver que lo que yo planteaba no tenía sentido, que me tenía que animar a ir a mi pueblo.
 Me armé de valor para poder ir a mi pueblo y decidí seguir cogiendo el autobús que me llevaba hasta él. Y fui repetidamente en estas condiciones aunque pensando que no tenía sentido lo que pensaba que todo iría con la normalidad que hasta entonces había tenido. Me apoyé en la experiencia previa. Esa fue la manera de combatir esa creencia irracional a nivel mental, esa fobia. 
Seguí llendo en autobús a mi pueblo aunque a veces los retrasos a la vuelta de mi pueblo del autobús me ponían nervioso si se pasaba de los diez o doce minutos. No llegó el autobús más tarde de un cuarto de hora. Eso me ayudó. También el que siempre hubiera alguien en la parada ayudó mucho ya fueran solo una o dos personas. Y lo conseguí dos o tres veces. Luego se acrecentó la fobia pero tuve suerte, ya tenía un amigo que me podía acompañar hasta allí y que conocí en la unidad de rehabilitación. 
Con el estuve llendo muchas veces a mi pueblo y seguí comprobando que las ideas que yo tenía eran  irracionales. Me lo pasaba maravillosamente en mi pueblo mientras visitaba a mi madre en compañía de mi amigo. Esa es otra forma de combatir las fobias que como en mi caso te acompañe alguien. Me pregunto: ¿Si va bien yendo con un amigo porque no va a ir bien yendo sólo?. Y es lo que me planteo actualmente, aunque ya no tiene mucho sentido pues mi madre murió hace año y medio y he perdido el contacto con los amigos de mi pueblo. En cualquier caso podría ir con mi hermana y mi sobrina, pero prefiero dejarlas tranquilas para que disfruten y se relajen los fines de semana que pasan allí, mientras yo aquí en Sevilla las espero siempre con los brazos abiertos.

Jesús


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Jesús: Soy Pepe. He leído tu artículo de las fobias. Muy interesante. Hay como tú dices muchas clases de fobias. Yo padezco algunas. Hay que luchar contra ellas con toda la voluntad del mundo.

Me gusta tu artículo. Cortito pero muy interesante. Tienes mucha capacidad de comprimir lo que quieres decir. Debes de escribir más. Yo lo hago todos los lunes. Espero que tú también leas mis trabajos y espero también tus comentarios.

Un fuerte abrazo amigo mío. Pepe Cuadrado.