miércoles, 30 de noviembre de 2016

LOS PEORES DÍAS DE MI VIDA

No sé, pero este artículo podría ser una ampliación o una aclaración del artículo precedente titulado “55 años”. Estaba yo repasando un archivo de carátulas de películas y me encontré con la de la cinta de William Wyler “Los mejores años de nuestra vida”, ganadora de varios premios óscar, y me dije que podría escribir , a imitación del título, un artículo titulado “Los peores días de mi vida” por esta crisis transitoria que estoy viviendo. De alguna manera el cine siempre está presente en mi vida.
Mi médica de cabecera me dice que cuando me sienta mal mire siempre hacia atrás que seguramente descubriré momentos en los que he estado peor y así hallaré consuelo. Lo hago como ella dice y es cierto, funciona. Lo que ocurre ahora es que la crisis que estoy viviendo se está prolongando más de la cuenta y es peor que otras que he vivido. Me está castigando más y con más furia.
Estoy viviendo momentos de angustia intensa, atravesando una fuerte carga de ansiedad y muy afectado por mi trastorno obsesivo compulsivo que me machaca hasta límites insospechados. Esto me afecta incluso para escribir mi novela Monólogo en clave neurótica. Mi psiquiatra me ha aumentado la medicación y, a pesar de los efectos secundarios, me siento mejor. Estoy más relajado y duermo un poco mejor. Necesito descansar para no estar después todo el día como un zombi.
A mis hermanas les digo que estoy mejor. Ya sé que es una mentira, pero creo que es una mentira necesaria porque no quiero hacer sufrir a nadie. Ellas tienen sus propias enfermedades y no quiero ser una carga para nadie.

Encuentro en estos artículos que escribo en internet un diario compartido con los amigos lectores. Ellos me leen y me entienden y compartimos las mismas inquietudes y esperanzas.
No puedo llorar por la medicación, pero desde que me han modificado el tratamiento (mínimamente) tampoco tengo tantas ganas de llorar. En ese sentido me siento mejor.
A veces, cuando no puedo romper a llorar, se me queda la angustia dentro y lo paso francamente mal. Es un peso tremendo que anida dentro de mí y que muchas veces no puedo sino aguantar y no queda otra cosa.
Me refugio en el rezo, la meditación y la relajación. En las oraciones hallo una paz inmensa, así como en las otras dos cosas. Y no necesito mucho tiempo.
También camino y así me relajo, además de que me sirve para activar la circulación sanguínea y para adelgazar, que me viene muy bien.
Recuerdo los consejos de los psicólogos de la Ura. He tenido cuatro psicólogos hasta el momento aquí. Del primero recuerdo la frase “no repases tanto”, para ayudarme a superar mi trastorno obsesivo compulsivo. Del segundo recuerdo la frase “repasa más deprisa”, que es la que estoy poniendo en práctica más últimamente y me está yendo bien. Del tercero recuerdo la frase “ama tu T.O.C.”, cosa que intento y cuando lo consigo me va mejor. Y de la última psicóloga recuerdo la frase “quédate en la cama despierto”. Me lo dice cuando no puedo dormir y en lugar de levantarme a las tres de la madrugada que me quede en la cama descansando aunque esté despierto. De vez en cuando lo consigo y me quedo en la cama, aunque sea un rato. Ahora, con la modificación de la medicación que me han hecho, duermo un poco mejor.
Los consejos de los psicólogos me sirven entre otras cosas para ver el lado positivo de lo negativo. Por ejemplo: la ansiedad es buena a veces y nos sirve para activarnos y trabajar, y también para estar alerta ante los peligros. El caso es que de todos los psicólogos aprendo algo y de los libros de autoayuda que he leído a lo largo de mi vida.
Y recuerdo los consejos de otros psicólogos y psiquiatras. Un psiquiatra me dio un brillante consejo: “Evita que surjan nuevas obsesiones”. Han ido en incremento desde que me lo dijo, pero por mi dificultad para hacer frente a las obsesiones, pero otras veces consigo evitar una nueva obsesión y es un triunfo para mí y me siento muy feliz. El mundo de las obsesiones es complejo. La mente probablemente sea la compleja y tiene muchas trampas en las que caemos con tremenda ingenuidad.
Poco a poco voy saliendo del bache. Hoy me siento bastante tranquilo. No he dormido mucho y tengo un poco de somnolencia, pero tengo la mente fresca para escribir un nuevo artículo para la Ura. Y tengo muchas ganas de hacerlo.
Como me dijo una vez una amiga “yo soy más fuerte de lo que creo”. Y eso es cierto. Somos más fuertes de lo que creemos y no podemos dejarnos vencer por esas trampas de la mente. Debemos aprovechar al máximo esa fuerza interior que nos motiva y nos ayuda a vivir y a salir adelante.
Yo, gracias a esa fuerza, he salido de muy malas situaciones y me siento orgulloso de ello. Y ahora soy más fuerte para vencer la soledad y todas las cosas negativas que ésta conlleva.
Pienso que mis artículos pueden servir para otros enfermos, aunque no me guste mucho la palabra enfermos. Sufrimos trastornos y demás, pero vivimos como el resto de las personas, con nuestros altos y nuestros bajos.
Yo siempre saco un resumen positivo de mis malas experiencias. Siempre intento quedarme con lo bueno de lo malo. Y me sirve. Tiro hacia delante con toda la fuerza que Dios me da y yo mismo me proporciono a mí mismo.
Cuando salga de esta crisis existencial seré más fuerte todavía. Aquello de que lo que no mata engorda y te hace más fuerte es cierto. Yo voy a seguir sacando las consecuencias positivas de mis crisis y no me voy a dejar destruir por mí mismo.
Y sé que terminaré mi novela. Con tranquilidad porque es la primera y estoy acostumbrado a escribir poesía. Y conseguiré que me la publique una editorial sin tener que poner yo dinero o una  pequeña parte a lo sumo.
Y acompañado por mí mismo no me sentiré tan solo. Tengo energía suficiente para seguir adelante siempre y no puedo dejarme vencer por mis debilidades y mis momentos de flaqueza.
Y siempre alejado del victimismo. Yo cuento las cosas tal como las vivo, pero no les doy un sentido de tragedia, sino de realidad. Vivo una serie cosas y las cuento sin más para compartirlo con los otros y vaciarme yo un poquito de combustible negativo.
Y así voy viviendo. Y quiero que mi vida sea más rica, quiero darle más sustancia para no sentirme nunca vacío. No quiero dejar de escribir nunca porque esto es lo que más sentido da a mi vida. Espero que este artículo os guste y valoréis el alto nivel de sinceridad que he puesto en él. Salud y suerte.


José Cuadrado Morales

martes, 29 de noviembre de 2016

LA TRAMPA DE LA EDUCACIÓN

El libro de texto es la herramienta que los enseñantes tienen y usan para transmitir el conocimiento a los alumnos. Además, se da por evidente y natural que el contenido de estos libros responde a la verdad en las distintas disciplinas que hay.
Pero distinguiendo  entre lo científico o matemático (que son exactas, concretas….) y materias como la filosofía, historia, literatura, religión o geografía, puede apreciarse un conflicto: la interpretación de lo que se divulga está condicionada tanto por el texto como por el que lo divulga. La realidad, o más bien su percepción, no es unívoca, ni inmutable, sino que está sujeta al contexto general o particular de cada persona; así, el libro puede (en vez de estimular la curiosidad, el librepensamiento o la diversidad y pluralidad cultural) convertirse en objeto de manipulación con el objetivo de que el conocimiento y la información “adquiridas”, no cuestionen (o sí) , el sistema socioeconómico y político imperante.
No en vano, asistimos continuamente al jaleo sobre el sistema educativo. Y cosa no menos importante es cuánto cuesta la educación (universitaria), quién la sufraga, y las condiciones para acceder a los estadios más altos del conocimiento, si son por méritos o por capacidad económica. 

Diego de la Algaba

lunes, 28 de noviembre de 2016

Poesías de ayer IV...


He soñado que salia de mi cuerpo,
he soñado que volaba como un cuervo,
he soñado que buscaba,
un corazón dulce y nuevo,
he soñado que te apresaba...
y tú, mi presa, tú me amabas...

Víctor S. N.


Poesías de ayer III...



Sota de amor,sota de espadas por ti,
las picas enceladas me aconsejan
males de armas lides y querellas.

Sota de amor sotas de oros por ti,
los tréboles me auguran por tu mal,
amor de baraja, amor penumbral.


Sota de amor, sota de bastos por ti,
los rombos me acuartelan"por mi bien"
me dicen las cartas, rombo de a cien.

Sota de amor, sota de copas por ti,
los corazones me invisten de tu brial,
¡cupidosas cartas!vivo de las copas,grial
me alimento de tu aurora,
briosa reina de copas corazonada.


Víctor S. N.


CRÍTICA DE CINE: "100 METROS"

Estamos ante una producción española del año 2016 dirigida por Marcel Barrena, que es también guionista de la película. Del reparto destacamos a María de Medeiros, Dani Rovira, Alba Ribas, Karra Elejalde y Alexandra Jiménez. Sorprende Dani Rovira especialmente porque está habituado a papeles cómicos y aquí hace muy bien un papel dramático. Y es que estamos ante un drama con ligeros tintes de comedia, con una duración de 1 hora y 36 minutos no recomendada para menores de 12 años. Distribuye Filmax.
En la producción hay que distinguir entre las productoras principales y otras productoras menores que hacen su aportación como Televisión Española, Televisión de Catalunya y Movistar +, que cada vez está apostando más fuerte por la producción cinematográfica.
En cuanto a la historia estamos ante Ramón,  un padre de familia (tiene mujer y dos hijos) que vive para el trabajo hasta que su cuerpo empieza a fallar. Diagnosticado de esclerosis múltiple, todos los pronósticos parecen indicar que en un año no será capaz de caminar ni cien metros ( de aquí el título de la película. Y también de que Ramón un día ve una carrera atlética de cien metros en una tablet y comenta inocentemente que “no es tanto”. Después verá con dureza que la enfermedad lo puede dejar completamente paralizado). Ramón no se achica y decide plantarle cara a la vida participando en una de las pruebas más duras del mundo: un triatlón, conocido en el argot atlético como un ironman, literalmente “hombre de hierro”.
Está película está basada íntegramente en una increíble hisoria real, muy bien llevada a la pantalla por el director.
La frase publicitaria lo dice todo: “Rendirse no es una opción”. Y el personaje protagonista no se rendirá ante todas las adversidades que se le presentan y todas las limitaciones que le supone una enfermedad neurodegenerativa como la esclerosis múltiple.
Su mujer se llama Inma y lo apoya en todo momento. Manolo es su suegro, un sujeto algo gruñón que acabará siendo su entrenador personal para participar en el ironman. En su juventud fue ciclista y llegó a ganar una etapa del Tour de Francia, después de lo cual se retiró porque pensaba que ya estaban cumplidas todas sus expectativas. Se ven en la película imágenes reales del auténtico protagonista de la historia subido al podio acompañado por su mujer, Pilar, ya fallecida. Manolo vive solo y es bastante excéntrico. Conocerá durante los entrenamientos con Ramón a una mujer, Noelia, de la que se enamorará y será felizmente correspondido.
Los entrenamientos para el ironman se compatibilizan con las sesiones en las que tiene que tomar su medicación por vía intravenosa, imagino que el Trisavi porque por experiencia lo sé: tengo a mi hermana pequeña, Renata, diagnosticada de esta cruel enfermedad que no tiene cura.
Ramón comparte en las sesiones de Trisavi sus experiencias con el resto de pacientes. Un día se les añade una chica muy joven llamada Arianna, muy bella, que iba para bailarina por vocación y ya no puede ni ponerse de puntillas para dar unos pasos. La enfermedad le atacará sobre todo la vista hasta que se queda completamente ciega.
Manolo, el suegro, intenta animar a Ramón en todo momento porque son muchos los instantes de depresión y decaimiento cuando siente que ya no puede más y que no será capaz de superar la prueba. Manolo le dice frases inteligentes y agudas como que “la vida es una enfermedad degenerativa”, no sólo la esclerosis múltiple.

Ramón soporta las parálisis de su cuerpo de vez en cuando durante los entrenamientos. Su suegro le acompaña en bici cuando se conoce lo del Tour de Francia. Al final le regalará el maillot del Tour como regalo por su insistencia y perseverancia. Los brotes de la enfermedad (como así se conoce a los episodios de la misma) son terribles.
Ramón vuelve a su trabajo antes de que le den una invalidez, pero finalmente él mismo le pedirá a su jefa que lo despida porque no puede trabajar. Es uno de los momentos más tristes y duros de la película.
Pero Ramón no deja de entrenarse. Tiene que terminar la prueba en un máximo de 17 horas. La prueba consta de natación, bicicleta y maratón, en ese orden. Durísima para una persona normal, cuánto más para un esclerótico múltiple.

La película es muy emotiva, pero en ningún momento sensiblera, aunque al final se me saltaron las lágrimas. La sala estaba vacía. Podían haberle hecho a 100 metros un poquito de la publicidad que le han  hecho a Un monstruo viene a verme. Esto es algo que me disgusta: mientras películas como la del monstruo recibe mucha publicidad, otras no tienen ninguna o muy poca y están poco tiempo en cartelera. Y en el peor de los casos ni se estrenan y pasan directamente a la televisión.
Hay que decir que Ramón consigue completar la prueba segundos antes de las 17 horas. Se ven las imágenes del protagonista real con su mujer y sus dos hijos, en un paralelismo con las escenas de la película.
Y Ramón no se quedó en este triatlón. Hizo después más carreras: maratones, triatlones, etc… Se indica con un rótulo al final de la cinta.
Como se indica al final con otro rótulo que hay 500000 enfermos de esclerosis múltiple en Europa. Se dice que sufren marginación, incomprensión, depresión y otros muchos males.
La banda sonora es muy buena, íntegramente en inglés, excepto la canción de Nino Bravo Noelia y la canción, original para la cinta, del final de la película compuesta por Amaia Montero (la ex vocalista de La oreja de Van Gogh) y Lucas Vidal interpretada naturalmente por la propia Amaia. La canción va de fondo a imágenes reales de la rehabilitación que tienen que hacer los enfermos de esclerosis múltiple. Es un momento muy emotivo de la película, ya con los títulos de crédito.

Los actores están todos muy bien, sobre todo Dani Rovira, que da mucha credibilidad a la enfermedad, y que vuelve a coincidir con Karra Elejalde después del éxito de Ocho apellidos vascos.
La fotografía es muy apropiada para la historia que se cuenta, predominando los tonos oscuros.
Considero que la película es cine social bien hecho y le concedo tres estrellas. La recomiendo para que se conozca una de las enfermedades neurodegenerativas más duras que existen y que yo vivo día a día por mi hermana. Salud y suerte.

Calificicación:  



José Cuadrado Morales

miércoles, 23 de noviembre de 2016

TRABAJANDO DE NUEVO

Ayer lunes entré a trabajar como peón de albañil, con un contrato para quince días. Primero me seleccionaron para la limpieza de las calles, y al día siguiente, me llaman y me dicen que ha habido cambios por falta de personal y que si me interesa trabajar de peón.
Fui el mismo día que me llamaron al ayuntamiento para que contaran conmigo y firmar, el horario es diferente al de las calles. Es de 8:00 a 16:45 y los viernes es de 8:00 a 14:45, y no se trabaja el sábado. La zona es cerca del cementerio, justo al lado, que hay un parque, es una zona muy tranquila. Ayer lunes como llovió, y no se podía hacer nada, nos fuimos los tres, yo, por si no lo sabéis soy una chica,  y dos hombres que tengo de compañeros, para otra obra en el pueblo que esta bajo techo. Estuve sacando escombros a la cuba, compartíamos la tarea entre nosotros, así hasta la hora de salir.Terminé muy cansada y con un fuerte dolor de cabeza, no estoy acostumbrada tener tanto tiempo el casco puesto y además las herramientas para picar el suelo hacían un ruido terrible. Hoy martes no he estado tan cansada, como en la obra de ayer, hoy he estado en mi zona, y al aire libre, e hecho lo que me han mandado, ayudarles a llevar arena con el carrillo, hacer el cemento…
Hago lo que ellos me manden hacer y les ayudo en lo que puedo. Estoy contenta.

Ludi.

Recreación

lunes, 21 de noviembre de 2016

NO A LA TERRIBILITIS

No hay nada terrible, hay que decirse en muchas ocasiones si queremos salir adelante. La cuestión en nuestro caso es ser más fuertes emocionalmente y no perder los nervios. Esto se puede aprender de personas que han pasado y pasan por una situación difícil como aquellas que padecen enfermedades graves. Enfermedades que les podrían impedir llevar una vida normal.
El caso mas notorio en nuestro tiempo es el de Stephen Hawking, ese gran científico inglés que todos conocemos que padece esclerosis lateral y que solo puede comunicarse con el mundo mediante el movimiento de sus ojos y la ayuda de un ordenador especialmente diseñado para ello. Él sin embargo en vez de dejarse vencer por la enfermedad sigue trabajando, discurriendo y escribiendo sobre lo  que le ha preocupado siempre la Ciencia y lleva una vida además como la de cualquier padre, preocupándose por su familia y por los demás.
Como el hay muchos mas ejemplos de superación. Puede verse también en muchos discapacitados ese afán de superación y de amor por la vida. Lo vemos diariamente mientras nos movemos por la calle.
Cuando nos enfrentemos a un problema tenemos que hacerlo desde la perspectiva de que si no se soluciona como queremos tampoco es tan terrible la situación, incluso si no tiene solución. La cuestión es salir adelante y pensar que si tenemos cubiertas nuestras necesidades más primordiales, como comer, vestir, asearse y tener un techo lo demás debemos verlo como un regalo, aunque pueda agobiarnos ese problema  es ya en si algo bueno, algo que sirve para estar activos y superarnos.
A mi se me esta presentando un problema con el aparcamiento de casa. Vivo en un edificio con garaje que tenemos desde que hace mas de veinte años; ahora como no puedo conducir esta desocupado lo tenemos para cuando me visite mi hermana o para alquilar si es necesario y hay gente que lo ocupa cuando quiere. Pues hay gente que le gusta dar la lata y se mete en él por su cuenta sin pedir permiso a sus dueños. Yo tengo un coche que lleva metiéndose en el garaje desde hace un mes según me ha informado uno de mis vecinos, le he dejado una nota en el coche pero no ha hecho caso cosa que si hacían los anteriores y no puedo hablar con esta persona porque no la encuentro. Pero no me he alterado. He hablado con mi hermana y vamos a intentar solucionarlo poniendo un cepo. Lo primero que pensé es que si no se solucionaba pronto llamaría a la policía, pero creo que esto solo lo haremos en última instancia, es decir si no vemos otra solución. Pasada una semana se ha solucionado el problema mediando el administrador del edificio, a quien hemos acudido (ha intervenido también el conserje).
Los problemas se solucionan con paciencia, es la mejor manera, y teniendo en cuenta lo dicho: no hay nada terrible.


Jesús

POESÍAS DEL AYER II...

Mi lecho

Oh mi bello y tierno lecho,
tantos placeres dormidos,
con mis sueños delirantes
y mi mente bien vividos.

oh mi bello y tierno lecho,
cuan confidente has sido,
de mis sueños palpitante,
de mi tristeza y amoríos.

oh mi bello y tierno lecho,
cuanto el tiempo mío, contigo
¡cuantas perezosas siestas
ambos hemos compartido!

oh mi bello y tierno lecho.
ahora veo que has sido,
de entre todos, mi mas fiel
y mejor amigo.


Víctor S. N.



NARANJAS

Las naranjas son una fruta que madura en invierno. Ello implica que hay que cogerla en esta estación del año. Pero el invierno condiciona su manejo y la forma de cogerla. Para empezar, hay que levantarse temprano, para no perder, el jornalero, su puesto de trabajo…, aunque esto no quiere decir que no haya que empezar a las diez de la mañana, por ejemplo, pues hay que dejar que el árbol se seque del Rocío de la mañana. Me imagino una cuadrilla a las 7 de la mañana, después del café y de la copa de anís, en el tajo alrededor de un fuego esperando a empezar.
Quiero aclarar que hacer levantarse a un hombre a las 6 de la mañana, es tenerlo controlado,  y sucumbido, pues sabe que si él no se levanta, hay otro que si lo hará, y aquí está la amenaza: hay más trabajadores que trabajo. Diariamente, como antiguamente, quedan citados en un bar, y les confirman a cada uno si van a trabajar al día siguiente; esto exige obediencia y sometimiento.
El  proceso de la cogida de la naranja es sencillo: Si el palo es pequeño, sólo hace falta “faldeadores” (faldas del árbol), y si es grande, hay que tirar de las escaleras, las cuales son tan grandes como pasos (escalones) tengan éstas, y sirven para coger los “pimpollos” (parte alta del árbol). Las cuadrillas las gobierna el naranjero; hombre de confianza del dueño de la huerta, o del comprador de la naranja, y depende de la voluntad de él llevar a quien considere oportuno.
 Cuando la tierra es muy fértil, como la Vega, el árbol crece de manera exuberante, lo que complica el trabajo a la hora de coger el fruto. Además, la naranja que madura demasiado pronto, suele tener falta de azúcar, es ácida. Sin embargo, en tierras areniscas, madura más tarde, (éstas tierras son menos fértiles), posibilitando que la naranja sea más dulce.
 La comercialización, a gran escala, ha estado tradicionalmente, en manos levantinas, pero progresivamente, los importadores europeos se están estableciendo “in situ”, para abaratar la cadena de distribución. Otra cosa sería si la venta y distribución estuviera en manos de cooperativas, que establecieran un precio base del que no bajar…La unión hace la fuerza.


Diego de la Algaba.

VIBRACIONES EXTERNAS

Los planetas ejercen su influencia,
sobre la tierra;
y hasta la luna,
calma las mareas.

Vibraciones externas,
Vibraciones externas.

Las constelaciones bailan sobre la tierra,
y la tierra se mueve;
al compás de las estrellas.

Vibraciones externas,
Vibraciones externas.

La tierra se está moviendo,
y yo recibo vibraciones;
de ella y en el centro.

Vibraciones externas,
Vibraciones externas.
                          
Francisco Manuel.



jueves, 17 de noviembre de 2016

55 AÑOS

Se habla mucho de la crisis de los 40, pero yo no recuerdo haberla vivido. Por aquella época estaba muy dedicado a mi hijo como padre divorciado que soy y no tenía mucho tiempo para preocupaciones filosóficas u ontológicas. Estaba centrado en mi hijo a más no poder y todas mis energías positivas estaban invertidas en su felicidad para que fuera lo que ahora es con 26 años: un hombre equilibrado, feliz, dedicado a sus oposiciones a juez y a su novia que tiene desde hace ya casi 10 años. En este sentido puede decirse que he triunfado como padre y me siento orgulloso de ello.
Ahora tengo 55 años y sí siento que estoy pasando por una crisis. Me van saliendo goteras de las que ya hablé un poquito en el primer artículo de la temporada titulado Impresiones vacacionales. Tengo algunos problemas de circulación. Tengo que untarme todas las mañanas una crema en las piernas para facilitar la circulación sanguínea. Además después una crema hidratante para que la piel nunca esté seca y haya menos problemas de heridas que puedan ulcerarse. Tomo también para esto dos pastillas al día para eliminar líquidos y facilitar también así la circulación sanguínea. Me da mucha pereza tomar medicamentos, y eso que ya soy veterano por los años que llevo tomando pastillas de nervios. Siento mucha pesadez en las piernas y están algo coloradas, algo que me ha comentado mi médica de cabecera que ya no se me quitará. Me han hecho pruebas de vascularización. También las pruebas me producen una enorme pereza y fastidio. Y me asustan un poco.
Padezco también de tensión alta y para esto sirven también las dos pastillas que me tomo para la circulación. Está controlada, aunque a veces se me dispara cuando la ansiedad se apodera de mí y no me deja vivir tranquilo. Me duele la cabeza, me pitan los oídos y otros síntomas. Un fastidio más.
Últimamente me han detectado que tengo el azúcar alta en sangre. Tomo otras dos pastillas enormes para esto, una por la mañana y otra por la noche. Me someto a controles periódicos para que no se me dispare. Sinceramente no me gusta ir a los médicos. Me dan un poco de fobia y soy algo hipocondríaco.
Todos los años hago un tratamiento profiláctico para el colon consistente en tomarme la primera semana de cada mes cuatro pastillas al día durante seis meses. Tengo divertículos y hay que evitar la formación de una diverticulitis, de ahí la profilaxis. Curiosamente esto no me da pereza. No tengo ni idea de por qué cuando es un tratamiento bastante pesado y que lo hago a gusto.
Y por supuesto tomo mis pastillas de nervios, que me acompañan desde hace muchos años. A esto ya estoy acostumbrado. He cambiado tantas veces de tratamiento que ya no me da ni pereza. Es la costumbre. Y una forma de esclavitud. Pero necesito medicación de nervios. Sin ella no podría tirar hacia delante y superar parcialmente mis problemas de obsesión compulsiva y ansiedad.
Aunque ya tengo 55 años no considero que mi vida esté vacía, es decir, que no he llegado a un punto muerto donde no sirvo para nada. Estoy contento con mi faceta de periodista, que ejerzo ahora en internet con mis artículos y mis críticas de cine en el blog de la Ura Macarena. Antes trabajé en El Correo de Andalucía, en el desaparecido Nueva Andalucía, hice esporádicas colaboraciones en ABC y periódicos comarcales, trabajé en Radio Andalucía, Radio Manantial y Radio Guadalquivir. Me sentía feliz, pero la enfermedad mental truncó mi trabajo periodístico. Lo único que no ha podido truncar esta enfermedad es mi trabajo literario: nunca he dejado de escribir.
He publicado 14 libros de poesía, estoy preparando mi primera novela Monólogo en clave neurótica y tengo diversas obras inéditas como Testamento de un depresivo (diario), un libro sobre greguerías, otro de pensamientos y otro de chistes. Sí, de chistes. El que los nervios no me hayan dejado en paz desde niño no me ha quitado las ganas de reír y algún día publicaré este libro que escribí hace ya bastantes años.
En cuanto a vivir solo a veces tengo que decir que la soledad es un lastre, pero otras la mejor compañía. Sí me asusta enfermar viviendo solo. Y me da miedo la idea de morir solo. Forma parte de mi hipocondría. Me dan ataques de pánico y lo veo todo muy oscuro. Aunque sé que de alguna manera he de morirme, solo o acompañado. Como le decía Sally Field a Tom Hanks en Forrest Gump la muerte forma parte de la vida y no me da miedo. La asumo plenamente.

Tengo también para animarme mi rutina positiva: viajes a Madrid, Arcos de la Frontera, Aracena, etc… Voy al cine semanalmente. Veo concursos culturales y películas en la televisión. Esto me distrae bastante y me deja bastante satisfecho. No todo es escribir.
En cuanto a la muerte sí me asusta morir lentamente como mi madre: falleció de Parkinson y Alzheimer. Fue un poco conejillo de Indias de los médicos porque le mandaron toda clase de medicamentos en prueba. Yo personalmente hubiera preferido que muriera antes. Se hubiera ahorrado una decrepitud progresiva, un sufrimiento inútil, el no llegar ni a conocer a sus propios hijos, la alteración total de la memoria. En fin: una mixtura muy desagradable que era muy dolorosa de llevar y que me hizo plantearme muchas cosas en su momento.
Echo de menos ahora desde estos 55 años mi infancia: estábamos todos juntos, mis padres y mis dos hermanas. Recuerdo los juegos callejeros, que hoy prácticamente han desaparecido con las consolas y todas las redes sociales. Recuerdo con nostalgia el colegio, después el instituto. Yo no tenía ninguna pereza para estudiar. Me encantaban los libros. Estudiar era fascinante. Aprender. Y echo de menos las meriendas de cuando llegaba del colegio y me ponía a ver la tele mientras comía. Es uno de los recuerdos más agradables de mi infancia: esas meriendas vespertinas que me hacían sentir muy feliz.

Echo también de menos trabajar como funcionario en la Junta de Andalucía. Por mi enfermedad de nervios me dieron la Invalidez Permanente Total y estoy condenado a ella. Yo estaba contento en mi puesto de trabajo, pero pudo más la enfermedad. Ahora cobraría un sueldo fantástico y no mi pequeña pensión, aunque no es tan pequeña comparada con otros tipos de pensión. Yo trabajaba en la Consejería de Economía y Hacienda, concretamente en la Dirección General de Tributos e Inspección Tributaria. Había alcanzado ya por concurso de méritos el nivel 15. En fin: ahora podría tener un nivel mucho más alto. No sé hasta dónde hubiera podido llegar. Han pasado muchos años.
Mi madre decía que temía más a la vejez que a la muerte. A mí, de tanto oírla, me pasa lo mismo. Temo también más a la vejez, a los achaques, a esas cosas que van saliendo, a la soledad, etc… La muerte es una circunstancia última que da paso a otra vida en la que las cosas, pienso yo, serán muy distintas.
En estas líneas lo comparto todo con vosotros, fieles lectores. Soy un ferviente defensor de la vida. Creo en lo avances de la ciencia, cada vez más rápidos. Lo percibo, por ejemplo, en los medicamentos de nervios: hoy son mucho más eficaces que  hace sólo veinte años. Amo escribir y la belleza que me ofrece la vida. Y odio el victimismo, por eso no me quedo sólo con esta crisis que me afecta ahora con estos 55 años, sino que señalo también todas las cosas positivas que llenan mi vida y que siento plena.

Quiero también decir que me gusta mucho el fútbol y que soy un fiel seguidor del Sevilla F.C., que me da muchas más alegrías que tristezas. No voy ahora al campo por problemas económicos, pero suelo escuchar los partidos por la radio y es como si lo viviera en el propio campo por la forma de narrar de los profesionales. Yo también hice esto cuando trabajaba en Radio Andalucía. En fin: he hecho un poquito de todo y sé que aún me queda mucho por hacer, que no me voy a quedar anclado en estos 55 años y que no van a poder conmigo. Después de todo, si he llegado hasta aquí es porque lo he vivido. Ahora pienso en todo lo que me queda por hacer por delante. En verdad aún me siento joven y sé que le voy a sacar partido a los años que me quedan de vida, que espero que sean muchos. No quiero que me pase lo que a Leonard Cohen, que apareció en la tele hablando para decir que sentía próxima la muerte y hace escasos días me enteré de que había muerto. Me pregunto cómo presentía la muerte tan de cerca. Nos ha dejado su último álbum y toda su valiosa discografía.
 En fin: hagamos un homenaje a la vida con cada artículo y sintamos que  vamos a seguir muy unidos a través de estos textos y estos buenos ratos que echamos en internet. Salud y suerte.


José Cuadrado Morales

miércoles, 16 de noviembre de 2016

CUÉNTATE UN CHISTECITO

Un hombre en la consulta del médico:
- No sé que me pasa doctor, si me toco la cabeza, me duele; si me toco la nariz, me duele; si me toco el pie, me duele. ¿qué cree que tengo doctor?
- Pues creo que tiene el dedo roto.

Un día estaban Adán y Dios hablando, y Adán le pregunto:
- Dios, ¿Por qué hiciste a Eva tan agradable?
Y Dios le contesto:
- Para que te sintieras a gusto con ella.
De nuevo Adán:
- Dios, y ¿Por qué hiciste a Eva tan sexy?
Contesta Dios:
- Para que te enamoraras de ella.
Y vuelva Adán y pregunta:
- Dios, ¿Por qué hiciste a Eva tan tonta?
Y Dios le contesta:
- Para que se enamorara de ti.

Un viejo estaba sentado en un banco de un centro comercial.
Un joven se acerca y se sienta también en el banco. (El joven tenía el pelo revuelto y de diferentes colores)
El viejo se le queda mirando fijamente, y el joven le dice:
- ¿Qué pasa, abuelo, nunca hiciste nada salvaje en tu vida?
El viejo responde:
- Una vez me emborraché y practiqué sexo con un loro. Ahora estoy pensando si serás tú mi hijo.


Un hombre al que para la policía y le ordenan que abra el maletero.
Dentro había un montón de cuchillos, y el hombre dice:
- Es que soy lanzador de cuchillos.
Y el policía responde:
- Ah si? demuéstralo.
Entonces este toma a su esposa que iba en el coche y la pone contra un árbol y empieza a tirar los cuchillos.
En ese momento pasa por allí otro conductor que presencia la escena y se dice a si mismo:
- Joder, sí que sé están poniendo difícil la prueba del alcohol.


Se estrella un avión en las montañas y quedan 3 supervivientes: un francés, un alemán y un español. 
Pasan los días y empiezan a tener mucha hambre. Entonces dice el francés: "Yo me corto un brazo para que comamos".
Pasan los días y dice el alemán: "Yo me corto una pierna".
Después de unos días dice el español: "Bueno, ya me toca", y se baja el pantalón.
El alemán y el francés exclaman: "¡oh! ahora vamos a comer salchicha con huevos".
Y contesta el español: "Si, si, leche calentita y a dormir"

Jaime.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Poesías de ayer...

Divina flor de veinte pétalos, capullo de amor,
Aura de vida, diamante en bruto, halo bello
Y fresco, rosa del viento, olor a jazmín, cabello
Lacio y el cimbreo de tus hojas, brisa de amor

Aura de vida, flor de pétalo y cincel de alabastro
El tallo, forja del viento y la mar, húmeda, salada,
Clamando al cielo, bóveda espigada, celeste,  poblada,
Radiante, estrellada y nítida, suave nube de astros.

¡Vive dios que es bonita!, linda orquídea, precioso pétalo
De flor, romance de mi amor, linda proeza, gran hado,
¡germinación esplendorosa, vida latente y viva!

Por fin la he hallado, estaba ahí,tan solo un pomelo,
Rico dulce y tierno, era mi amor, el secreto ácido;
Por fin la he hallado, rasgando el alma, mi fe mi vida. 


Víctor M. S.

domingo, 13 de noviembre de 2016

NO TODO ES LO QUE PARECE.

El caso que nos ocupa es el de un hombre joven, de unos cuarenta años, discapacitado mental. Que tiene un puesto en la administración pero que se ve ridiculizado por sus compañeros porque su enfermedad le dice que él es un ser superior y que está por encima de la media, tanto físicamente como  mentalmente, pero eso no es cierto, es su fantasía y eso lo que provoca son risas y burlas de los compañeros. No saben tratar a un enfermo y eso hace que lo excluya cuando llega la hora del desayuno y procuran tener las relaciones justas con él. Sin que se note mucho, vayan a pensar que eres amigo  suyo y eso te caiga encima.
Este hombre de cuarenta años, es Eduardo. Es alto, rubio con poco pelo ya, a pesar de su juventud, tiene los ojos verdes y la medicación hace que salive mucho, por lo que cuando habla se ve la saliva en su boca y eso echa para atrás aún más. Él cumple con su trabajo. Es buena persona.
Como vive solo y apenas tiene gastos puede permitirse el lujo de alimentar a una manada de gatos que cada noche, sobre las once, esperan su ración de pienso en los bajos de su edificio. Los gatos más viejos no dejan comer a los más jóvenes y muchas veces se ve obligado a cargar con el saco de pienso para que todos puedan comer. Eso no lo hace una persona que carezca de sentimientos. Más bien todo lo contrario. “Las personas no me dan el afecto que necesito y lo busco en los animales”.
Pero un traslado de personal lo cambio todo. Un administrativo se marchó a otro departamento y se incorporó un chico joven de unos veinticinco años. Este chico, en principio, estaba muy condicionado por cómo lo aceptaría los nuevos compañeros. El único que se acercó a darle la bienvenida fue Eduardo y eso le motivo para mantener una relación de amistad con él. Los demás, como vieron que era amigo de “este ser superdotado”, empezaron a darle un poco la espalda y apenas cruzaban los buenos días con él. Eduardo ya no desayunaba solo sino que lo hacía con Jordi. Este no tardo mucho en darse cuenta de que algo le pasaba a su nuevo compañero pero no le dio más importancia. Simplemente lo acepto igual que él lo había aceptado también.
En uno de sus desayunos Eduardo le confesó algo a Jordi que se sentía solo, que nadie en la oficina lo trataba bien. Él era un ser superdotado, de una inteligencia superior a la media, con unas cualidades física muy por encima de los que fumaban y de los que no. Era un ser especial. Había una voz que le decía que no se preocupase. Que pronto seria reconocido por la Iglesia como un ser que está por encima de los demás. Jordi escuchaba todo esto y no lo juzgaba, simplemente sabía que era parte de Eduardo. Que su persona era así y que le quedarían muchos desayunos escuchando eso. Pero él en realidad no era un mal tipo. Simplemente un enfermo y no se explicaba cómo sus compañero le habían hecho ese ostracismo. Que también se lo habían hecho a él por desayunar y compartir algunos minutos de la mañana con Eduardo.
El tiempo fue transcurriendo y la amistad entre Eduardo y Jordi fue incrementando. Cada vez se pasaba más por la mesa de Jordi para pedirle un consejo o simplemente por charlas unos cinco minutos. Jordi se estaba volviendo indispensable para Eduardo y este se sentía por fin escuchado. Se fue creando un vínculo de amistad. Ambos amigos eran conscientes de la desaprobación de los demás compañeros pero a ninguno de los dos les importaba. Y menos a Jordi. Si no eran capaces de ver que este hombre necesitaba una forma especial de cariño ¿Cómo relacionarse con gente tan superficial?
Una mañana de viernes, Eduardo invitó a comer en su casa a Jordi. Este se vio en un compromiso. Si le decía que no se lo podía tomar a mal y estropear la manera que Eduardo  tenía de verlo. Estaba obligado a aceptar. Y su respuesta fue que sí, que estaría encantado de almorzar con él el sábado a medio día, que los pasteles los ponía Jordi.
Eduardo le escribió en un papel su dirección. Le dijo que el solía comer sobre las dos y que si no le venía mal la hora. Para Jordi eso  era lo de menos. El sábado a las dos estaría allí, con una bandeja de pasteles para el café. Lo pasarían bien. “A mí me salen muy bien las paellas, que te parece si hago una para dos personas, de carne y marisco”. “Estupendo”.  Jordi no dudaba de las habilidades culinarias de su amigo pero el arroz es un plato delicado y hay que saber cocinar bien para que salga bueno. Se imaginaba comiendo sin ganas una paella espantosa y teniendo que poner buena cara. Eso era divertido, verse en una situación así era cómico. O por lo menos esperpéntico.
El fin de semana llegó y antes de que terminase el viernes, Eduardo recordó su cita a Jordi. “No te preocupes, allí estaré”.
El sábado por la mañana Jordi se levanto cerca de las once. Los fines de semana solía aguantar un rato más en la cama. No tenía la presión de hacer grandes cosas. Entre él y Marta lo recogían todo en un momento. Marta era la chica con la que ahora estaba viviendo. Lo único que necesitaba era un buen café y sentarse delante del ordenador para seguir con su novela. Jordi soñaba con hacerse escritor y algún día terminaría su texto y lo presentaría a una editorial. Seguro que se lo aceptaría. Era un escritor que se consideraba bueno. No un premio Nobel pero ya había ganado varios concursos de relatos libres y ahora había decidido de dar el salto a la novela.
Se puso a escribir y cuando se dio cuenta eran las doce y media. Tiempo suficiente para ducharse, arreglarse y salir para casa de Eduardo. Marta iba a ver a su madre por lo que también estaría ocupada gran parte del día. Así que los dos tenían cosas que hacer pero esta vez por separado.
La paella estaba exquisita y se notaba que Eduardo tenía una habilidad innata para la cocina. Mientras almorzaban este le contó otra vez lo de que era una persona especial y que eso no sabían valorarlo en la oficina. La Iglesia se lo reconocería. Jordi intento desviar el tema y no entrar en detalles. Se sentía cómodo con Eduardo porque este era natural, pero cuando empezaba a hablar de cosas así, a Jordi se le partía el alma. Por eso lo rechazaban por ser precisamente una persona especial. 
Llego la hora de los pasteles y Jordi fue al frigorífico por ellos. Entre los dos recogieron la mesa y Eduardo le dijo que los dulces mejor se los tomarían en otra habitación, más acogedora y de forma más intima, para valorar el regalo que le había hecho. Jordi entró en una habitación donde había una mesa del Ikea y cuatro sillas. Al entrar notó como Eduardo cerraba la puerta detrás de él y echaba un candado. 
“Qué es esto Eduardo. ¿Tú no entras”. No obtuvo respuesta. Lo más que escucho fue una silla arrastrándose por el suelo del piso y situándola al otro lado de la puerta. ”Vas a ser mi amigo durante todo el fin de semana”. “Te he elegido a ti entre todos los de la oficina porque serias el único que aceptaría venir a mi casa” “Pero ¿qué es todo esto Eduardo?” pregunto. No sabía si este le oía o no porque Eduardo gritaba cuando le había hablado. “Es muy sencillo, Jordi.  No estoy dispuesto a pasar un fin de semana solo y tú vas a ser mi compañía. He pasado fines de semana solo durante años, fiestas de Navidad, Semanas Santas, Vacaciones…este fin de semana lo vamos a pasar juntos, aunque nos separe una puerta” Jordi estaba atónito “¿Qué me quieres decir, qué me vas a secuestrar un fin de semana” y entonces se echo a reír. Esto sí que era esperpéntico. 
Por unos momentos Jordi no supo muy bien qué hacer. Soltó los pasteles sobre la mesa del Ikea y golpeo con todas sus fuerzas la puerta. Todo fue en vano. Se hizo sangre en los dedos. “Esto es ridículo, Eduardo, ábreme la puertas, por favor, ya está bien la broma” “No es ninguna broma, la puerta la abriré el domingo por la noche, ahora lo que necesito es que me escuches, que compartas conmigo tus ideas, que charlemos. Ser dos verdaderos amigos. En el mueble que esta frente a la puerta encontrarás ron, hielo y refrescos. Bébete algo si te apetece. Para comer tienes los pasteles. Solo será un día y medio”.
Jordi intento llamar a Marta pero su móvil estaba sin batería. ”Maldita sea, que inoportuno”. No escucha nada dese detrás de la puerta. No sabía si Eduardo seguía ahí. “Estas ahí” “Si, aquí esperando estoy, esperando a que comencemos una conversación” “Esta bien, Eduardo, si me dejas marchar no lo tendré en cuenta, te lo prometo, seguiré siendo tan amigo tuyo como antes” pero Eduardo no contestaba. El silencio se apodero de las dos habitaciones que se separaban por una puerta que Jordi se dio cuenta de que no tenia picaporte por su lado. “Está bien te contaré la última peli que he visto y me dejaras salir” fue lo que propuso. Eduardo se negó a aceptar la sugerencia. “Me contaras la última peli, como te va con Marta, como te encuentras en la oficina y todo lo que desees, tiene todo un día y medio para hablar”. Esto empezó a preocupar a Jordi. No era una broma. Pensaba retenerlo contra su voluntad todo un día y medio. “¿Pues sabes lo que te digo? Que no pienso contarte nada de nada. Voy a estar callado todo el rato, o mejor dicho, todo el mal rato que me vas a hacer pasar” Eduardo se entristeció. Ahora tenía un amigo que no quería hablar. ¿Dónde estaba el fallo? 
Los primero veinte minutos no intercambiaron palabras. Eduardo se sentía triste. Tenía a un amigo detrás de la puerta y este había tomado la decisión de no hablar, “Ya se le pasará” pensó. Pero también paso la primera hora, y la segunda y así una tras otra. “Bueno, Jordi, voy a darle de comer a los gatos, Luego seguimos nuestra charla” Salió a la calle con su bolsa de pienso hecho de comer a los gatos. Disfruto del aire que corría aquella noche. Una brisa fresca y agradable. Volvió a casa. Se sentó en su silla y le pregunto a Jordi si se había perdido algo interesante. No escuchó respuesta. Eso lo entristeció aún más. Eduardo tenía dudas ¿Había hecho lo mejor? Era esa una forma sana de convencer a un amigo para charlar. Evidentemente no. Así que decidió abrir la puerta y dejar marchar a Jordi. Este al escuchar el correr del cerrojo despertó de su letargo y espero  que la puerta se abriera. Se dirigió directamente hacia Eduardo y se lió a golpes contra él. Le dio tanto puñetazo que Eduardo empezó a sangrar. Todos en la cara. Cogió la silla y le golpeo con ella. Descargando toda su furia, que no era más que de incomprensión. Cuando quiso darse cuenta Eduardo no respondía ¿Lo habría matado? Enseguida cogió un teléfono y llamo a una ambulancia, después a la policía. Conto todo lo sucedido y que tenía miedo por la vida de su amigo.

Cuando llego la policía lo primero que hizo o fue preguntarle como había ocurrido todo. Jordi lo explico detalladamente. Eduardo estaba muerto. Le preguntaron qué día era hoy y el contesto que sábado por la noche. Era martes y el lunes se le vio a él y a Eduardo salir juntos de la oficina. Que Jordi llevaba una caja de pasteles y que trabajaron durante toda la mañana con normalidad. Lo que el contaba no se correspondía con los hechos. Había cientos de testigo. Eduardo era muy querido en la oficina y  a todos les estraño mucho que el martes no fuera a trabajar porque cumplía siempre a pesar de tener resfriado y de encontrarse malo. Jordi no daba crédito.”¿Qué me está acusando de asesinato?”
El policía agacho la cabeza. Indico a otros agentes que lo esposasen. “Lo que usted me cuenta no se atiende a lo que ha sucedido. El sábado su chica, Marta y usted, almorzaron con su suegra. El sábado por la noche salió de copas y la camarera que le atendió nos dijo hasta lo que usted había tomado, su chica una caipiriña, usted ron con refresco. El domingo estuvo escribiendo todo el día en casa. Su chica así lo afirma, y el lunes usted fue a trabajar. 
Fue el martes cuando usted urdió su plan por los celos que le tenía  a la popularidad de Eduardo y lo mal que le trataban a usted en la oficina. Lo engañó y le hizo que lo invitase a su casa que usted pondría los pasteles y sin mayor síntoma de humanidad cogió esa silla y le golpeó hasta matarlo, es correcto” Jordi se quedó estupefacto. No creía lo que escuchaba. Esto debería de ser un sueño. Algo no encajaba “¿Y los desayunos? ¿Qué me dice? ¿Con quién desayunaba Eduardo?” “con usted, era la única persona que lo hacía. Todos sus compañeros le obviaban, él era el único que sentía lastima y era el único que se acercaba a usted”
Lo metieron en el coche patrulla y enseguida lo llevaron a los calabozos. Allí se encontró con un hombre de unos cuarenta años, con poco pelo pero rubio, y con los ojos azule. Estaba encerrado por secuestro. 

Pedro.

viernes, 11 de noviembre de 2016

CRÍTICA DE CINE: LA CHICA DEL TREN

Estamos ante una producción estadounidense del año 2016 dirigida por Tate Taylor y protagonizada por Emily Blunt, Rebecca Ferguson, Haley Bennett, Luke Evans y Justin Theroux. Hay que decir en este punto que Emily Blunt es lo mejor de la película y en cierta medida la salva.
Estamos ante un thriller de duración 1 hora y 52 minutos. Se hace un poquito larga. No está recomendada para menores de 12 años y distribuye DeaPlaneta.
En cuanto al argumento hay que decir que Rachel Watson es una mujer devastada por su reciente y terrible divorcio que dedica cada mañana de camino a su trabajo a fantasear sobre la vida de una pareja aparentemente perfecta que vive en una casa por la que su tren pasa cada día. Pero una mañana Rachel es testigo desde la ventana del tren de un impactante suceso y se ve involucrada en el misterio que ella misma revela. Dejamos ese misterio oculto para no desvelarlo a los posibles futuros espectadores de la película.
La cinta está basada en un bestseller de Paula Hawkins publicado en 2015 que ha vendido millones de ejemplares en todo el mundo. Su paso al cine era una realidad a voces.
La frase publicitaria de la película es muy apropiada: “ Hay cosas que preferirías no haber visto”. La novela original ha sido adaptada al cine por Erin Cressida Wilson, quien ya ha hecho otras adaptaciones conocidas como Retrato de una obsesión.
El director, Tate Taylor, dirige esta cinta tras el taquillazo que supuso Criadas y señoras en 2011.
Decir por curiosidad que el tren de Rachel va todos los días a Nueva York, concretamente a Manhattan. En la novela se dirige a Londres. Son cosas de las adaptaciones.
Rachel es divorciada y alcohólica desde antes del divorcio. Acude a Alcohólicos Anónimos. Allí habla con una profunda timidez y tiene grandes dificultades para expresar lo que siente y padece. Atraviesa una profunda crisis. Está muy mal. Emily Blunt, insisto, borda el papel.
Rachel ha estado casada con Tom, quien se ha vuelto a casar con Ana. Tienen una hija llamada Ibi. En la película hay una escena en la que Rachel entra y secuestra por unos minutos al bebé. Es una manera de demostrar no sólo su frustrada maternidad, sino también su carencia afectiva que la ha llevado a convertirla en una persona mentalmente inestable.
El bebé de Tom y Ana es cuidado por una niñera, Megan Hipwell, que está casada con Scott. Tiene un profundo trauma porque cuando tenía 17 años tuvo una hija con su novio Max y se le ahogó con ella en la bañera al quedarse dormida. Esto la ha obligado a ir al psiquiatra, con quien mantiene una relación que puede costarle el trabajo al psiquiatra.
Megan también es amante de Tom, quien la deja embarazada. Al enterarse de esto le dice que aborte y no acepta eso porque echa de menos al bebé que murió cuando ella se quedó dormida en la bañera. Como Tom ve que no acepta el aborto y que eso le puede traer complicaciones mata a Megan.

Después Rachel y Ana, ex mujer y mujer de Tom, lo matarán conjuntamente al enterarse del episodio con Megan. Engañaba a su mujer y eso Ana no lo podía soportar.
Megan y Rachel eran amigas. Se conocieron en una galería de arte porque a ambas les gustaba la pintura.
En la realidad Rachel ya no trabaja. Hace el viaje en tren a Manhattan para guardar las apariencias y aparentar una cierta normalidad.
Rachel tiene también una buena amiga con la que comparte todas sus intimidades: Kathy.
La película es confusa, sobre todo por las técnicas narrativas escogidas por el director y el montador para contar las diversas historias, entre ellas flashbacks diversos, imágenes repetidas como la del rapto del bebé de Ana y Tom por parte de Rachel y otros recursos estilísticos.
Al final Rachel saldrá fortalecida de tanto sufrimiento y se sentirá con más energía para salir adelante, aunque con evidentes secuelas por todas las cosas que le han sucedido. Hay una escena en la cinta donde se ve cómo acude al mismo psiquiatra de Megan para que la trate también a ella.
Hay que insistir en que Emily Blunt tiene un largo camino en el mundo de la interpretación. Ya ha hecho otras película interesantes y el futuro se le presenta muy halagüeño.
La música, la fotografía y todos los elementos técnicos y artísticos están bien engrasados. Es lo menos que se le puede pedir a una película: que esté técnicamente bien hecha.
Particularmente no me ha gustado la película. Algunos que han leído la novela opinan que tampoco es tan buena. Yo esperaba más de la cinta por todo lo que se ha hablado de la novela y de la película. Al final ésta se convierte en un thriller convencional en torno al misterio que descubre Rachel y poco más.
Considero que la cinta es regular y sólo puedo concederle dos estrellas. Aunque Emily Blunt merece cinco. Salud y suerte.

Calificación: 




José Cuadrado Morales