miércoles, 28 de septiembre de 2016

IMPRESIONES VACACIONALES

 Pues se han terminado las vacaciones porque todo tiene su fin, pero han sido unas vacaciones muy ricas y llenas de experiencias, no todas buenas. Intentaré hacer un resumen de lo que me ha pasado estos últimos dos meses.
Como todos los años hasta el momento he viajado a Madrid durante 4 días, del 13 al 17 de agosto, coincidiendo con las Fiestas de la Paloma. Es la fecha que siempre suelo ir. En esta ocasión no he hecho lo primero que habitualmente hacía: ir a ver el Templo de Debod. Por alguna razón, a pesar de ir en el AVE, llegué muy cansado y no me encontraba con fuerzas de subir a la montaña en la que está el famoso templo egipcio y lo dejé para el día siguiente. Luego ya me enteraría de que estaba empezando a padecer problemas circulatorios que me causaban un gran cansancio y que ha sido una de las cosas por las que me he incorporado un poco más tarde de lo habitual a la Ura.
Aprovechando las fiestas he ido a ver en el teatro la zarzuela La verbena de la paloma. Ya la vi el año pasado, pero en un sitio muy malo que me impedía la visibilidad de todo el escenario. Este año quería ver la zarzuela mejor y pagué un poquito más para una entrada del patio de butacas y la vi estupendamente. Me encantó. Es espectacular toda la puesta en escena y la fuerza de la música que sigue intacta desde su creación.

Aproveché mi viaje a Madrid para ver películas que habitualmente no se exhiben en Sevilla, normalmente en versión original subtitulada. El cine ha sido protagonista de mis vacaciones porque he visto muchas películas tanto en los cines como en televisión, más en televisión porque me daba mucha pereza ir al cine. Recuerdo que la primera película que vi en televisión al inicio de mis vacaciones fue Sin perdón,  dirigida y protagonizada por Clint Eastwood, que sigue siendo un excelente western que no ha perdido nada de su fuerza original. Y la última que he visto ha sido Forrest Gump, una cinta que sigue emocionándome como la primera vez que la vi a pesar de haber perdido ya el factor sorpresa.
Caminé mucho por Madrid. Después me enteraría de que hice bien por los problemas circulatorios que se me detectaron. Pero me cansaba mucho y tenía que sentarme con frecuencia. Pero no cogí ni una sola vez el metro y las distancias en Madrid son muy grandes. Pero le eché voluntad.
He querido también aprovechar el viaje a Madrid para vivir un poquito más su gastronomía. Pensaba ponerme a régimen ya serio cuando volviera del viaje y comí todos los platos típicos de Madrid como el cochinillo asado que está riquísimo. La gastronomía es una manifestación más de la cultura de una ciudad y la he disfrutado. Ahora estoy a régimen. Ya he perdido 11 kilos pero todavía me quedan bastantes por perder pero estoy en serio todo lo que puedo.
Fui también a la exposición del Museo del Prado dedicada a El Bosco, que en principio terminaba el 11 de septiembre, pero se ha prorrogado dado el éxito que está teniendo. Reconozco que me decepcionó un poco porque esperaba más obras de El Bosco, pero había muchas de sus discípulos y no tantas como yo quería del pintor al que se le rendía culto con la exposición. Después ya me enteré de que la producción de El Bosco, al menos la que se conserva, no es muy extensa y lo que muestra el Museo del Prado es aproximadamente un 75% de su producción. La estrella de la exposición sigue siendo El jardín de las delicias, obra en propiedad de El Prado y que en consecuencia forma parte de la exposición permanente de la pinacoteca. La exposición de El Bosco se titula El jardín de los sueños. La verdad es que El jardín de las delicias es una obra sobrecogedora y es la estrella de la exposición. Siempre se encuentran matices distintos en ella y no se cansa uno de admirar el complejo cuadro de El Bosco, que es un apodo. No recuerdo su nombre original.
En fin, que he aprovechado lo máximo posible los cuatro días de viaje a Madrid. Creo que el año que viene descansaré e iré a otro sitio para descubrir cosas nuevas. Al menos es el propósito que me he hecho este año.
He desarrollado mi novela Monólogo en clave neurótica. He hecho muchos esquemas y me temo que tardaré en terminarla dos o tres años. Para mí es mucho más difícil escribir una novela que un libro de poesía así que los que están acostumbrados a un libro mío anual tendrán que esperar el año que viene. Sigo desarrollando la compleja personalidad de mi personaje central y su progresiva locura. Es un experimento nuevo la novela y espero encontrar editorial que me la publique. No quiero autofinanciarme en esta ocasión como he hecho en veces anteriores. Espero tener suerte.
He luchado mucho estas vacaciones contra mis inseguridades, estas inseguridades que convierten a veces mi vida en un pequeño infierno. Poco a poco voy venciéndolas y saliendo adelante. Y también he luchado mucho contra mis obsesiones, que me causan mucho daño y me roban mucho tiempo. Es un tema complejo que condiciona mucho mi vida. Pero tengo confianza en salir adelante porque voluntad no me falta ni capacidad de lucha.
Se me olvidaba que en Madrid vi a los compañeros poetas de la Asociación Prometeo de Poesía, que tanto ha hecho por mí. Viejos amigos que conocí cuando fui en 1990 a dar un recital en el sitio donde habitualmente se reúnen. Fue una experiencia inolvidable como inolvidables han sido todas las publicaciones que he hecho para Prometeo.

He visto más a mi hijo. Él ha bajado un poquito también por las vacaciones el pistón de las oposiciones a juez y hemos disfrutado más el uno del otro. Celebramos mi 55 cumpleaños. Me regaló una camisa muy bonita. Me siento ya un poco mayor y siento que tengo que aprovechar mejor el tiempo porque la vida pasa y cada vez a una velocidad mayor.
He leído libros. Mi hijo me regaló uno precisamente por mi cumpleaños además de la camisa: una Antología de Poemas y Canciones de Bertolt Brecht, más conocido por su actividad como dramaturgo que como poeta. Me han gustado sobre todos las canciones, que riman mejor que sus poemas. Supongo que será un problema de traducción. Pero el libro merece la pena.
Y me han atacado un poco las enfermedades. Primero los dichosos nervios, que no me dejan tranquilo y estoy siempre luchando para que no se apoderen de mí. Ésta es otra de las razones de haberme incorporado un poquito más tarde de la cuenta a la Ura. Como me sentía muy cansado fui a la médica de cabecera que me dijo que tenía problemas de insuficiencia venosa periférica, vamos, de la circulación, por eso me cansaba tanto. Eso es lo que me ocurría en Madrid. Tengo que llevar puestas unas vendas oclusivas durante el día para favorecer el retorno sanguíneo. Me han mandado una pomada que ya me la he terminado. Tengo que untarme crema hidratante para evitar úlceras y demás. En fin: una lata.

 También he tenido un eczema en los oídos. Me he tenido que untar otra crema. Una lata andar con cremas, la verdad, pero no tenía más remedio porque el problema iba a más hasta que ha remitido. Me han hecho una analítica reciente que daba el azúcar un poco alto y me han recetado una pastilla a tomar la mitad por la mañana y la mitad por la noche. Tengo que perder peso sin falta. Ya he dicho que he perdido 11 kilos, pero son muchos más los que tengo que perder. Antes de escribir este artículo he ido a un zapatero a que me haga agujeros en el cinturón porque estoy adelgazando. Eso se me hace sentir mejor conmigo mismo e ilusiona en cierta manera.
He tenido otra cosillas menores pero se me han ido quitando con tratamientos. Ahora me siento mejor y procuro cuidarme un poquito más. Tengo que mirar por mí. Eso lo he pensado mucho estas vacaciones. Vivo solo y tengo que mirar por mí.
He hecho más cosas durante las vacaciones pero ya es suficiente con lo que he escrito. A veces me he venido muy abajo y otras veces mi ánimo ha estado arriba. Es una montaña rusa que me cansa y me cansa profundamente. Estoy harto de estar malo por decirlo con  sencillez. Cansado de soportar subidas y bajadas que no me llevan a ninguna parte. Sólo a sufrir y pasarlo mal. Tengo que buscar vías nuevas de escape y superación de mi enfermedad. Es uno de los propósitos que me hago para el nuevo curso porque para mí es como si fuera hacer un curso el venir a la Ura, fundamentalmente por la clase de informática. Es estos artículos seguiré hablando de mí y de muchas cosas. Y seguiré con las críticas de cine como siempre. En fin: la vida sigue igual y siempre vienen cosas buenas también que me hacen sentir mejor. Cuando menos te lo esperas (como dice el título de una película) surge algo  bueno que me eleva la moral y me hace un ser libre de mi enfermedad al menos durante un tiempo por  corto que éste sea.
Me doy las bienvenida al ordenador y espero seguir teniendo buenas relaciones con  él y espero por encima de todo continuar con mi relación con vosotros, lectores,  que sé estáis ahí y me dáis ánimo con vuestros mensajes que me llenan de ilusión  y dan mucho sentido a mi trabajo.
Seguiré adelante luchando como siempre, aunque a mi psicóloga no le gusta el verbo luchar. Pero para mí es una lucha continua en la que no se puede bajar la guardia. En fin: vamos para adelante. Salud y suerte.


José Cuadrado Morales

1 comentario:

unidaddiaerrenteria dijo...

Vaya vacaciones... nos has dado envidia!! qué bien has aprovechado tu estancia en madrid: cines, paseos, exposiciones... quien pudiera