miércoles, 30 de abril de 2014

AUTOAYUDA

Cuando hablamos de autoayuda pensamos inmediatamente en libros que tratan ese tema. Se pueden dividir en dos grandes grupos: los que tienen valor literario, aparte de valor divulgativo, y aquellos otros en los que predomina el valor divulgativo sobre la calidad literaria y están escritos de manera funcional, científica para hacer llegar claramente los mensajes que se desean dejar claros. Entre los que tienen valor literario podemos destacar a Paulo Coelho, a quien todo el mundo conoce, articulista de muchos medios de comunicación que tiene libros recopilatorios de artículos y libros aparte que tratan temas para la autoayuda y que llegan a numerosas personas.
Entre los libros en los que predomina el valor divulgativo quiero destacar a dos que son dos clásicos de los libros de autoayuda escritos por Paul Watzlawick. Me los recomendó mi psicoterapeuta bioenergetista del Centro de Psicoterapia y Técnicas de Grupo , donde yo iba por un precio simbólico porque también me veía en la Seguridad Social. Entonces no los compré. Los compré en 1993 cuando hacía expresión corporal en la Unidad de Día de Psiquiatría del Hospital Universitario Virgen Macarena. Me lo recomendó una chica extranjera que estaba haciendo las prácticas de psicología en España. Los libros son Lo malo de lo bueno y El arte de amargarse la vida.
Lo malo de lo bueno es un homenaje verdadero a la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein porque trata precisamente de la relativización de los problemas. Ni lo malo es tan malo ni lo bueno es tan bueno. Todo es relativo. Y podemos encontrar cosas malas en las buenas y viceversa. Por ejemplo: en lo malo de lo bueno se puede decir que si te toca la lotería, algo bueno, tienes que pagar un dinero importante a Hacienda, algo malo. Ejemplos así de sencillos. Y en lo bueno de lo malo por ejemplo si se rompe una relación, algo malo, puede darnos a conocer a otra persona mejor con la que compartir nuestra vida, algo bueno. Y así se podrían poner numerosos ejemplos.
El arte de amargarse la vida es un libro admirable donde se trata el tema de cómo nos amargamos por nada, de cómo hacemos un problema enorme de una menudencia.
Por ejemplo: un  hombre necesita un martillo para clavar una puntilla, pero no tiene. Entonces quiere ir al vecino de al lado a pedirle uno. No sabe si lo tendrá. Y se pregunta si lo tiene si se lo prestará o no. Piensa que igual le cae mal y no se lo presta. Y llega a la conclusión de que le cae mal y no se lo va a prestar. Y va a su casa y le dice directamente: no quiero tu martillo. Ha elaborado toda una teoría del mal partiendo de un pensamiento negativo porque en realidad no sabe si se le cae mal al vecino y si tiene martillo o no. Como esto muchas cosas que indican la importancia que tiene el pensamiento negativo es nuestra vida, cuando lo que hay que tener es un pensamiento positivo.
Entre los libros de valor divulgativo y escritura funcional y clara, científica, destacan los escritos por los psicólogos cognitivos conductuales Carmen Pastor y Juan Sevilla, que tienen casi un sello editorial propio de la cantidad de libros que llevan publicados. Me los recomendó una psicóloga cognitivo conductual que tuve a lo largo de mi extensa carrera como enfermo de salud mental.
Entre los libros de ambos psicólogos destacan El tratamiento psicológico de la ansiedad, El tratamiento psicológico del trastorno de ansiedad generalizada, El tratamiento de la depresión y sobre todo por lo que tiene que ver conmigo El tratamiento del pánico y la agorafobia y El tratamiento psicológico del trastorno obsesivo compulsivo.
El pánico lo he superado bastante. Ahora tengo menos miedo de salir a la calle y menos fobia social. He tenido que luchar muchísimo. La agorafobia es el miedo a los espacios abiertos o a los espacios grandes con muchas personas como Hipermercados o Grandes Almacenes. En esto también he avanzado bastante y ahora apenas tengo agorafobia.
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC para abreviar) sí me tiene bastante pillado. Repaso física y mentalmente las cosas un montón de veces al día y es un sufrimiento inmenso el que paso. Hay muchos otros trastornos obsesivos compulsivos como la limpieza. Hay personas también que se lavan las manos 100 veces al día porque piensan que cada vez que tocan algo van a coger gérmenes y se van a poner malas. Cuando yo daba clases de inglés tenía un alumno con esa obsesión y tenía las manos en carne viva. Daba pena verlo.

En la cuestión de la autoayuda está también el aprovechamiento de las distintas terapias que ofrece el Sistema de Salud Pública, apartado de Salud Mental. Hay muchas terapias como la psicoterapia individual, la psicoterapia de grupo, la expresión corporal, la terapia bioenergética, la psicoterapia de pareja, la psicoterapia cognitivo conductual y muchas otras. Cada profesional aplica la que considera más oportuno y como pacientes tenemos la obligación de coger todo lo más positivo de esas terapias para autoayudarnos y salir adelante con todo nuestros problemas.
La fe es una cuestión también muy importante para la autoayuda. Yo cuando me despierto por las mañanas lo primero que hago antes de levantarme es decirle a Dios que me ayude y me dé fuerzas para afrontar el día. Después de desayunar voy a mi pared blanca a rezar unas oraciones y a recitar unos versos. Eso me autoayuda un montón y me da fuerzas para salir adelante durante todo el día.
Para la autoayuda es también muy importante el amor, no sólo el de pareja, sino el amor en sentido general. Vale también el amor a las cosas queridas o a los animales. Hay personas que van por la calle paseando a sus perros y les están hablando como si fueran personas que las están entendiendo.
Es necesario para la autoayuda echar cuenta a todas las cosas que nos dicen los profesionales. Yo tengo muchas cosas grabadas de distintos psicólogos, psiquiatras, médicos de cabecera, psicoterapeutas, etc. Por ejemplo una cosa que me dijo una vez una médica de cabecera: cuando estés pasando un mal momento piensa en el pasado y seguro que encuentras otro momento en que lo he pasado peor y he sido capaz de superarlo. Y es cierto: funciona. Siempre hay otros momentos en los que lo hemos pasado mal pero los hemos superado.
Recuerdo también lo que me dijo una vez una psicóloga: que cuando me pregunten cómo estoy diga bien aunque esté muy mal para así ayudarme a mí mismo a sentirme mucho mejor. Y es verdad: funciona perfectamente. Uno acaba sintiéndose mejor a fuerza de decirlo. La mente nos juega malas pasadas y tenemos que tener la voluntad suficiente para luchar contra ella y vencerla.
Recuerdo también lo que me dijo una vez una psiquiatra: que cuando esté mal no piense que es el final. Y es cierto: funciona. Pienso que no es el final y me siento mucho mejor. También me dijo que me arrimara a algo que aportara ilusión. Por ejemplo: yo tengo la ilusión del Sevilla F.C., me ilusiona mucho cuando gana y no me entristezco demasiado cuando pierde. Tiene todavía esta temporada la posibilidad de entrar en la Liga de Campeones y también de jugar la final de la UEFA Europa League. Veremos a ver si es posible.
También en la autoyuda tenemos que tener en cuenta los consejos que nos regalan los amigos. Por ejemplo: mi amiga María José me dijo una vez algo que no he olvidado en toda mi vida. Me dijo que yo era más fuerte de lo que pensaba. 
Y es cierto. Soy más fuerte y me lo demuestro día a día. También mi amigo Enrique me dijo una vez algo muy valioso: que cuando tenga una crisis de pánico espere unos días a que pase y entonces compruebe que no era para tanto. Y es verdad: no pasa nada con el pánico. Lo vivo y punto. No me voy a morir ni nada por el estilo.
Para la autoayuda también sirven los frecuentes Cursos de Pensamiento Positivo que se dan en muchos sitios. En ellos se puede aprender a controlar la mente y a que ésta no nos domine por completo con sus estratagemas.
Es fundamental tener con nosotros mismos expresiones de afecto. Por ejemplo: yo de vez en cuando me beso los nudillos de la mano derecha y me doy tres besos en el anverso de la misma mano. Antes me hago la señal de la cruz. Ese gesto me ayuda bastante a salir adelante y me hace sentir muy feliz.
Es bueno acompañar esos gestos con palabras o frases como: venga, ánimo, adelante, tú puedes, tú eres capaz, etc… Esto autoayuda bastante y da unas fuerzas enormes para salir adelante. Tenemos que ser generosos con nosotros mismos y aplicarnos la frase de que la caridad bien entendida pasa por uno mismo. Y el amor bien entendido pasa también por uno mismo.
 He intentado escribir este artículo de la manera más sencilla posible, como un psicólogo cognitivo conductual, para que se me entienda bien y conseguir que se sientan bien los que tengan a bien leerme. Con que uno sólo de mis lectores se sienta más reconfortado ya habrá merecido la pena el artículo. Salud y suerte.


José Cuadrado Morales

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que chulo el artículo. Creo que has conseguido tu propósito, que se entienda muy bien. Genial.