viernes, 19 de abril de 2013

CRÍTICA DE CINE


                          Los últimos días

Se trata de la segunda película de Alex Pastor y David Pastor, hermanos. Su primera cinta fue de producción íntegramente americana, Infectados, del año 2009. En este caso han rodado en España, con un presupuesto de 5 millones de euros, algo irrisorio en Hollywood, pero bastante desahogado en nuestro país. Y más concretamente se ha rodado Los últimos días en Barcelona, una Barcelona apocalíptica y casi arrasada, como presagiando el fin del mundo, esos últimos días que darán paso al Armaggedon del Apocalipsis de San Juan. Esta Barcelona semiderruida es mérito sin duda de los encargados de los efectos especiales, que aquí sí están al servicio de una buena historia (no como pasaba con La jungla: un buen día para morir, donde todo era pura pirotecnia que acababa por sepultar la historia), y de los encargados de la escenografía, que construyen una Barcelona sin gente en las calles, con los coches mal aparcados, con porquería y basura por doquier, una Barcelona que recuerda en su silencio a la Gran Vía de Madrid de la película Abre los ojos de Alejandro Amenábar con Eduardo Noriega de protagonista.
 Esta cinta bebe de diversos géneros: ciencia ficción, terror, thriller y cine de aventuras, lo mismo que ocurría con la primera película de los hermanos Pastor, Infectados. Se ve que les gusta estos géneros y hacen un perfecto equilibrio de ellos en ambas cintas, particularmente en la que nos ocupa en esta crítica, demostrando una madurez superior a su experiencia de sólo dos cintas.
 El argumento es bien sencillo: una enfermedad se está extendiendo por toda la Tierra y tiene numerosos efectos secundarios, entre ellos el más destacado es una agorafobia mortal. La agorafobia es una trastorno de ansiedad caracterizado por no poder salir de casa. En esta cinta las personas no pueden salir de casa porque automáticamente caen fulminados y mueren. Los supervivientes se encierran en sus casas o vagan de un lado a otro de la ciudad a través de la red de alcantarillado o de la red de túneles de metro. En esta situación aparece Marc, que no puede salir a la calle, que se enfrasca en una misión casi imposible: encontrar a su novia Julia, que ha desaparecido. Y tendrá que buscarla en el subsuelo de Barcelona porque por la superficie de la ciudad no puede andar. Con esta historia tan sencilla construyen los directores una película más que estimable construida sobre los cuatro géneros a los que hacía alusión antes, géneros infrecuentes en el cine español que es lo que más me ha llevado a elegir esta cinta para mi crítica quincenal.
 La agorafobia, la ciudad arrasada, el fin del mundo son tramas que nos recuerdan a una película que se ha hecho mítica en poco tiempo: Soy leyenda, con Will Smith, del año 2007, adaptación de una novela de Richard Matheson. Aquí ocurre todo lo contrario: de la película Los últimos días surge una novela: La ciudad silenciosa, que refleja muy bien esa Barcelona callada, muda, sin peatones. Se trata de un spin off literario. En el mundo audiovisual hablamos de spin off cuando, por ejemplo, una comedia surge a raíz de otra anterior. Por ejemplo: Aída surgió a raíz de la serie Siete vidas y la superó en éxito, con Carmen Machi de protagonista. Se dice entonces que Aída es un spin off de Siete vidas. Ambas comedias son sit com, anglicismo con el que se designan las comedias de situación como es el caso de ambas. Queda claro pues que la novela La ciudad silenciosa es un spin off literario de la película Los últimos días. Además conviene leer la novela porque en la película algunas cosas no quedan muy claras y es bueno descifrarlas en la obra literaria. Es quizás un error de la película, esos puntos oscuros que no dan la respuesta durante la proyección.

 Entre los actores destacan Leticia Dolera, Marta Etura (uno de los rostros femeninos más habituales del cine español, esposa de Luis Tosar), Quim Gutiérrez (con una carrera cada vez más emergente en nuestro cine) y José Coronado sobre todo, a quien la concesión del Goya al mejor actor principal en la Gala de entrega de los Premios de la Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas en su edición del año 2012 por su papel de Santos en la cinta No habrá paz para los malvados de Enrique Urbizu le sentó muy bien porque desde entonces no ha parado de trabajar y tiene incluso varias películas pendientes de estreno. Todo el reparto está muy bien. Y están caracterizados como habitantes del subsuelo barcelonés, como auténticos topos humanos ( cuando empieza la película ya llevan tres meses bajo tierra y cuando termina ya llevan varios años). Los hombres tienen barba de varios meses, melenas con greñas. Las mujeres están desaliñadas. Todos tienen un aspecto de blanca palidez, como de no ver en mucho tiempo la luz del sol, mérito sin duda de los encargados del maquillaje, que hacen un excelente trabajo.
 En Los últimos días queda claro que todos los elementos técnicos están al servicio de una buena historia. Quedan ya mencionados los responsables de los efectos especiales, los responsables de la escenografía y los del maquillaje. Queda mencionar al encargado de la música, que hace un excelente trabajo subrayando los distintos géneros que hemos señalado anteriormente que encontramos en la película. Y destacar sobre todo al encargado de la fotografía, que hace un excelente trabajo jugando con los claroscuros del subsuelo catalán, con la negritud de las alcantarillas y los túneles del metro. Le saca todo el partido posible a la lobreguez del ambiente bajo tierra, algo muy difícil por no contar con apenas luz. Y más mérito teniendo en cuenta que la película se desarrolla en un 90% bajo tierra.
 La película dura 92 minutos. Algo bueno que los hermanos Pastor vayan teniendo tan pronto sentido de la medida. Cuentan lo justo en el tiempo necesario. Hay que decir que a veces, a pesar de todo, hay cierta monotonía en la cinta por premiosa, parsimoniosa y repetitiva. Al desarrollarse en un tan elevado tanto por cierto bajo tierra se repiten innecesariamente los planos y llega a ser monótono y a generar algo de aburrimiento. Nada grave que no se arregle con algo más de experiencia que la que tienen los hermanos Pastor, que apuntan muy buenas manera para el futuro.
 Queda claro que la cinta es de producción española, concretamente de 2012. Y no está recomendada para menores de 12 años, lo que garantiza que la vean prácticamente todos los espectadores que quieran porque no es evidentemente una película para niños, pero sí la pueden ver los preadolescentes y adolescentes.
 La película cuenta con la colaboración de Antena 3 (ahora Atresmedia), lo que supone una publicidad añadida. Esta película no puede competir en publicidad con las grandes superproducciones hollywoodienses que a veces gastan más dinero en publicidad que en la propia película y recuperan el dinero en taquilla. Es lo que está ocurriendo, por poner sólo un  ejemplo de los muchos que hay, con Oblivion con Tom Cruise. Los últimos días sólo ha tenido la publicidad de Antena 3 y del resto de medios de Atresmedia, entre ellos la Sexta. Pero no ha habido dinero para cartelería en las paradas de autobuses, cuñas de radio, cuñas en otras cadenas de televisión, etc… Eso mermará su futuro en la cartelera sevillana porque hasta ahora está funcionando bastante bien en la taquilla, pero pronto pasará el efecto publicitario de Antena 3 y caerá en picado como ha pasado con otras cintas, entre ellas la mismísima Los amantes pasajeros de Almodóvar, ya criticada en esta sección. A cambio Los últimos días cuenta con una poderosa distribuidora, la Warner, que permitirá que la película llegue a muchos lugares del mundo. Algo es algo.
 El eslogan publicitario de la película es: Aunque la Tierra se acabe siempre queda la esperanza. Es un mensaje optimista de los realizadores que se refleja al final de la película cuando vemos a Marc y Julia ya juntos ( Quim Gutiérrez y Marta Atura) viendo a su bebé con el pañal puesto que sale a la calle y no le afecta la  agorafobia o bien ésta no influye en los bebés. Es algo que no deja claro la película. Habrá que leer la novela. Y después se produce una larga elipsis cinematográfica y aparece el bebé hecho un muchacho al que vienen a buscar sus amigos para dar una vuelta. Ocurre lo mismo: no sabemos si ha remitido la agorafobia o que no afecta ni a los bebés ni a los adolescentes porque Marc y Julia siguen sin poder salir a la calle. Éste es uno de los puntos oscuros de la película que no queda nada claro, pero que no merma la calidad general de la cinta.
 Hace unos días vi un documental en la 2 de Televisión Española que se titulaba Supervivencia. Pues eso son los actores en esta película: supervivientes, como diría una amiga de una terapia de grupo. Igual que los enfermos mentales somos supervivientes, también los que sobreviven a la enfermedad en la película son básicamente supervivientes.
 Recuerdo ahora el título de una película de reciente visión: Hoy es el primer día del resto de tu vida. Pues así viven los actores en esta película: como si fuera el último día, igual que Rambo metido en las montañas de Vietnam, aquí metidos en las alcantarillas y los túneles del metro.
Califico la película de buena y le concedo tres estrellas. Les recomiendo que vayan a verla ya antes de que se produzca el bajón publicitario del que hablaba antes y la quiten de la cartelera. Disfrútenla. Salud y suerte.

Calificación: 

José Cuadrado Morales.


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