lunes, 5 de diciembre de 2011

ACOSO ESCOLAR

Cuando yo era chico no me gustaba salir a la calle, era un poco raro, tímido, yo no me lo pasaba bien en la calle, sin embargo mi casa era lo mejor del mundo y la televisión también, me chupaba todas las películas me encantaba el cine. Mientras yo me quedaba en casa viendo la tele, mis amigos se lo pasaban bomba en la calle y en las discotecas, había amigos con los que yo me sentía a gusto, pero había otros que eran unos cabritos y yo no los quería ni ver, se pasaban todo el tiempo conmigo, intentando burlarse, yo me cabreaba por dentro, me ardía el cuerpo, pero eso no me servía de nada , me costaba mucho desahogarme y soltar toda la rabia, mis pensamientos no me dejaban ser libre , siempre había una excusa para no enfrentarme y pelearme con ellos, recuerdo que me daba vergüenza pegarle en la calle delante de las niñas que estaban pendiente de todo, las niñas me traían “loco” .
Yo no jugaba al fútbol por culpa de las niñas, me daba vergüenza de cometer un error y que estas se rieran de mi, como iba diciendo había algunos impresentables que cuando nos reuníamos todos se metían conmigo me cogian el pelo o en el autobús me tiraban bolas de papel, estos mierdas les encantaban a las niñas, pero como dice una canción, el valiente es valiente hasta que el cobarde quiere. Yo era muy tímido, la discoteca no me gustaba, allí se reunían todos jugando al futbolín y bebiendo y bailando, yo bailaba en fin de año pero si aparecía una chica guapa que me gustara me ponía un poco tenso e incomodo, era habitual que en aquella época, como una gracia, algún cabrito me tirara del pelo o me diera una colleja, aunque no daban fuerte solo la hacían para burlarse de mi delante de los demás. Yo no hablaba mucho cuando nos reuníamos, perdón cuando no estaba a gusto, ahora, si yo estaba con amigos buenos se parecían a mi yo hablaba por los codos, bueno que si hablaba me convertía en un profesor explicándoles todo tipo de cosas que yo iba descubriendo e inventando, yo también ayudaba en el colegio a los mas torpes que no entendían lo que explicaba el profesor, y si uno de mis amigos se metían con él yo les decía que lo mejor que tenían que hacer con esa gentuza, recuerdo que cuando se metían conmigo no era capaz de desahogarme por culpa de pensamientos que me lo prohibían, pero recuerdo que si alguien se metía con mi hermano o con un amigo mió lo defendía a muerte y no me daba corte de nada, nunca paso nada malo, pero yo me conocía y sabia que tenían que tener cuidado conmigo.
En el colegio por culpa de uno la profesora nos hecho de la clase, yo no tuve la culpa, se metió el primero conmigo y tuve que salir y lo pase muy mal cuando nos grito y nos dijo que estábamos expulsados, no me desahogaba y en mi casa me moría de rabia.
Yo era el mas feliz en mi casa, me encantaba ver la tele hasta las cinco de la mañana por lo menos, las noches me encantaban y por las mañanas a dormir hasta las tres de la tarde, cuando no iba al colegio. Recuerdo que en séptimo de EGB, me quisieron pasar de un curso a otro, una profesora mandaba un examen y ese día a mi solo me mandaba a pegar pósters en la clase, ella sabía que el examen me lo sabía, todos se morían de envidia, porque no querían hacerlo y lo tenían que hacer.

David



Yo particularmente no me sentí acosado en el colegio o en el instituto más que en algunas ocasiones por parte de mis compañeros, pero entiendo lo que quiere decir David. En mi caso en el colegio, mientras cursaba la EGB en mi pueblo, me encontraba bastante bien en general con la mayoría de compañeros, con los que jugaba al tiempo que estudiaba. De la infancia, de la EGB, no recuerdo ningún caso sobre mi persona de acoso escolar. Me resultaba pesado soportar a mis compañeros en algunas de las bromas que les gastaban a los maestros, como desorientarlos en sus explicaciones haciendo todo tipo de ruido. Corrían tiempos muy distintos a los de hoy, los profesores tenían una autoridad en la que a veces se sobrepasaban con sus alumnos: me refiero a los típicos palmetazos y una vez viví en primer plano un zarandeo excesivo por parte de un profesor a un alumno. Pero no era lo normal en los profesores este comportamiento ni tampoco el de los alumnos, por parte de ambas partes se daban casos aislados de comportamiento anómalo. Lo que ocurría con algunos compañeros de colegio es que se reían de sus maestros y algunos grupos de ellos le seguían la corriente. Y por otra parte los maestros tenían una autoridad excesiva para controlar estos comportamientos, sobrepasándose en ocasiones creo que por entonces en la mayoría de los casos con el consentimiento de los padres de los alumnos. Eso si, pienso que los maestros deben tener en todo momento autoridad y medios suficientes para controlar el comportamiento de sus alumnos, lo que se estaba consiguiendo en los últimos años en que di clase, allá por el 2006 – 2007, ya con la LOGSE implantada, con las sanciones verbales y por escrito, justo cuando yo tuve que dejar la enseñanza, algo que he vivido en propia persona como maestro o profesor, mas bien como maestro, es decir en la E.S.O. Creo que hemos pasado de un extremo al otro en lo que se refiere al control del comportamiento del alumnado. Mi última experiencia fue bastante buena en cuanto a esto en términos generales trabajando como maestro. El acoso escolar lo deben de combatir todos los miembros de la comunidad educativa. Juntos se puede. Personal docente y no docente y Padres y los mismos alumnos.


Jesús

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por desgracia el acoso escolar siempre ha pasado y cada vez esta pasando más, siempre hay los chulitos piscinas que no respetan a nadie y se meten con los más indefensos, estos niñatos no tienen educAción ninguna no respetan ni a sus padres y se hacen los más gallitos cuando están en grupo porqué cuando están solos no son tan valientes.Juanma Cuesta

Anónimo dijo...

Algunos psiquiatras dicen que los enfermos mentales somos violentos. Yo diría que no. Los que son violentos son los que acosan cuando niños, los que triunfan a base de codazos y los que matan a sus mujeres por puro machismo. Los enfermos ni siquiera nos sabemos defender. Un abrazo. Gracias.