martes, 2 de marzo de 2010

LA ENFERMEDAD MENTAL PRODUCE SOLEDAD Y EXCLUSIÓN SOCIAL

¿En que consiste la vida? Si lo miramos fría y objetivamente veremos que es una especie de carrera contra los demás por rellenar todos los huecos que tenemos desde que nos hacemos adultos y adaptarnos a una sociedad, aunque nunca pensemos en esta última como ente real. Pensamos que obtenemos una calificación superior que nuestros compañeros en los estudios, que nos relacionamos con una pandilla más enrollada que otras, que vamos a fiestas más divertidas que otros, que estamos al día en cine música y libros si nos gustan. Todo es ser un poco mejor que los demás. A medida que se crece pensamos en tener unos empleos mejores, con opción a desarrollar mejores objetivos de trabajos, que tenemos amigas y amigos mejores, con los que pasar fines de semana y fiestas fuera de nuestra localidad habitual, que comenzamos a tener mejores coches que los amigos, mejores reproductores de música, y aun siendo eclécticos en gustos musicales tenemos un repertorio más escogido incluso elitista en solistas y grupos, trayectorias musicales y demás. Tenemos además las mejores películas en colección.
Siguiente escalafón: nuestra pareja, es la más guapa y buena o el mas fuerte y espabilado, buscavidas o mañoso del grupo o con la oportunidad de heredar más y más....
Por esta época más o menos empieza a temblar los cimientos de nuestra mente, nos preocupan continuamente temas que no logramos olvidar de una infancia traumática con razones palpables. Aparecen problemas nuevos sin soluciones a los que podamos hacer frente, comportamientos compulsivos a los que no sabemos si los demás tienen o simplemente los disimulan, pensamientos obsesivos respecto a algún tipo de relación sexual o práctica en concreto. Noches sin dormir, días en los que no se está despierto, conflictos familiares en los que nadie parece estar en la misma onda de comunicación pero en la que todos los de alrededor sí comprenden y oyen.
Un descuadre de posición con lo que debería ser una existencia normal, trabajo, estudios superiores o medios avanzados, amigos, fiestas, familia, vecindario... Nada cuadra, la carrera hacia una existencia normal y anónima se convierte en un mal del que nadie quiere saber nada y una reinversión en el bienestar personal, familiar y de los amigos de verdad, los que te acompañan al hospital, a la cárcel o al cementerio.
Los amigos poco a poco van alejándose, perdiéndose y distanciándose, los familiares de tanto que aguantan los pobres acaban explotando y rindiéndose, y el individuo en cuestión sólo y con la única meta de... ¿qué meta? Si ya nadie cuenta contigo, propios ni extraños, pero esto no se contagia, no son personas peligrosas en su mayoría, se produce una retroalimentación y nos olvidamos lo natural que era sacar buenas notas, la pandilla enrollada, las fiestas, colecciones y gustos musicales, literarios colecciones. Descartado desarrollar trabajo y formar y una familia.¿ Por que a todos le sale de una forma natural y para nosotros es un problema hasta dar una vuelta por el vecindario que nos vio crecer? ...Que cuanto me alegro que salgas a la calle, que qué bien que estas más gordito o gordita (¡miérda! Con el cuerpo atlético que tenía y lo torpón que estoy ahora) ¿y dime que estas haciendo?... se hace el vacío, demasiado que salgo y aguanto el miedo de salir a la calle tras un tratamiento en el que te hace olvidar quien eras y cuales son tus habilidades, como para explicarme sobre las actividades diarias que realizo para ganarme el pan. Si no puedo con mi alma, tengo vagos recuerdos de mis habilidades pero estos recuerdan menos, por que siguen haciendo logros. Y si la vida es dura para ellos, peor para nosotros, que sufrimos un cese de la vida o varios, confundimos objetivos reales y nos apoyamos en objetivos ficticios, infantiles e inclusos no viables.
Podemos llevar una vida normalizada, claro, pero tan despegado de los sueños y proyectos propios y principales que eres una persona completamente diferente a esa muchacha o muchacho que empezó a sentir que no le cuadraba la vida en noches sin dormir y con la gente que frecuentaba o las actividades que realizaba con naturalidad. Que es lo que te produce esa exclusión social: los acontecimientos sufridos y el tiempo que se tarda en abandonar el camino que estábamos siguiendo la vida es difícil para todo el mundo, pero si tienes que volver a empezar, tal vez tu circulo de amistades se halla despegado un poco cada vez.

F. M. K.

2 comentarios:

CRPS León dijo...

Tenemos que aprender a vivir nuestra vida, pero la nuestra, aunque vivamos en sociedad. Tenemos que luchar por nuestros sueños, no por los del vecino, hacer las cosas que me gustan a mí, no a los demás. El problema es que un porcentaje muy alto de veces estamos más pendientes de lo que piensan, hacen, tienen... los demás, que de lo que nosotros mismos pensamos, tenemos o simplemente queremos hacer. Así alcanzaremos la felicidad, si no lo único que vamos a conseguir en esta vida es estar estresados y amargados.
El lema sería: ¡¡¡YO QUIERO...!!!

Anónimo dijo...

Es increible al mismo tiempo que triste que a estas alturas de la vida, siga habiendo tanto desconocimiento sobre la enfermedad mental, esto hace que todavía nos sigan mirando como seres raros, agresivos....
Si hubiera más psicoeducación social yo creo que la cosa cambiaría.
Todavía nos queda mucho camino por recorrer.
Rosa